La justicia brasileña apunta contra el ex ministro De Vido en el Lava Jato
Dos condenados en Brasil dicen que el ex funcionario recibió sobornos como parte de la operación por la venta de Transener a la firma Electroingeniería SA
La justicia brasileña dio otro paso hacia Julio De Vido . En la investigación Lava Jato, primero llegaron las condenas a dos operadores que se acogieron a la delación premiada y apuntaron contra él; ahora, los fiscales presentaron cargos por corrupción y lavado contra Jorge y Bruno Luz, dos lobbistas vinculados al ex ministro de Planificación Federal kirchnerista.
Los fiscales acusaron a los Luz de participar en una red dedicada a la distribución de coimas -«propinas», en la jerga- en el área internacional de la petrolera estatal brasileña, Petrobras, para obtener y destrabar negocios multimillonarios que beneficiaron a la firma cordobesa Electroingeniería, entre otras.
Tanto Soares como Cerveró ya fueron condenados. El juez Sergio Moro, a cargo de la megacausa Lava Jato, le impuso 16 años de prisión a Soares y otros 12 años a Cerveró. Y ambos ya se acogieron al régimen de la delación premiada, entregaron documentación y relataron lo que hicieron y presenciaron durante aquellos años.
Al aceptar colaborar con la Justicia, Soares y Cerveró contaron, entre otras operaciones delictivas en las que intervinieron, cómo fue la venta de la empresa Transener -que pertenecía a Petrobras- a Electroingeniería, con la ayuda del entonces ministro De Vido.
Según reconstruyó Moro, el lobbista Soares primero tentó a Cerveró para influir en la venta de la compañía, y después completó el círculo. «A pesar de que el negocio estaba cerrado con el fondo americano Eton Park, después de que Cerveró aceptara beneficiar a Electroingeniería, la combinación del pago de una propina y la negativa del gobierno argentino a [aceptar] al fondo americano como comprador de Transener, incluso con la intervención criminal de políticos argentinos, Transener fue comprada por Electroingeniería», relató el juez.
Para eso, según detalló Moro en la resolución de febrero pasado por la que había ordenado la captura de los Luz, la venta de Transener entre 2006 y 2007 incluyó varias reuniones en Brasil, pero también en Buenos Aires entre Luz, Soares, Cerveró, los dueños de Electroingeniería, Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta, De Vido y su entonces asesor, Roberto Dromi.
Según el magistrado, Cerveró cobró US$ 300.000 cuando Electroingeniería se quedó con Transener, la misma cifra que retuvo Soares pero con un destino aún incierto. En su fallo, el juez apenas consignó que ese dinero que movió Soares sirvió para «el pago de propinas a diversos funcionarios públicos como resultado de tal negocio».
Cerveró admitió que cobró esos US$ 300.000, que utilizó para comprar un inmueble en Brasil, y luego apuntó contra el ex ministro: «Ciertamente De Vido recibió más que eso como propina», afirmó.
Con Cerveró y Soares ya como delatores, Moro avanzó sobre los restantes lobbistas. «El investigado Jorge Luz figura como intermediario de una propina relacionada con la venta de la empresa Transener, de Petrobras, para la empresa Electroingeniería, de la Argentina, lo que ocurrió en 2006 y 2007», explicó. Ese rol incluyó «actividades criminales de políticos argentinos».
Con Jorge y Bruno Luz ya detenidos en Estados Unidos y extraditados luego a Brasil, donde se encuentran detenidos desde fines de febrero, llegó entonces el turno de los fiscales de presentar la acusación formal contra ambos. «Les correspondió a Jorge y Bruno Luz la intermediación en los pagos a parlamentarios federales del PMDB [por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, que integra el presidente Michel Temer] a través de estratagemas de lavado de dinero por medio de una cuenta oculta en Suiza a nombre de la forma off shore Pentagram, que era controlada por los acusados», indicaron.
Los fiscales detallaron que la operatoria del pago de sobornos a políticos del PMDB y ejecutivos del área internacional de Petrobras también contó con la ayuda de dos financistas uruguayos, Jorge y Bruno Davies, imputados en la megacausa Lava Jato.
Para los Davies no se trata de su debut en las noticias policiales. Ya en 2008 habían aparecido por primera vez en los radares de la justicia brasileña por su presunto rol en la triangulación de las coimas que Alstom pagó a políticos brasileños. Siete años después, en 2015, las autoridades uruguayas intervinieron y suspendieron su sociedad bursátil Interbaltic.