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El Concejo de Yerba Buena sesiono el Jueves pasado

Los ediles aprobaron varias excepciones al Código Urbano.

En una sesión que comenzó alrededor de las 19.30 y acabó pasada la medianoche del jueves 13, los concejales de Yerba Buena les otorgaron a dos clubes deportivos y a una fábrica de cerámicos -instalados en esa ciudad- excepciones al Código de Ordenamiento Urbano. En los tres casos, las venias se aprobaron con los votos favorables del presidente del cuerpo, Benjamín Zelaya; de sus pares radicales Maximiliano García y Lucas Cerúsico; del macrista Pedro Albornoz Piossek y de los peronistas Héctor Aguirre y Walter Aráoz. Los ediles José Macome; Marcelo Rojas y Javier Jantus se pronunciaron en contra de las normas aprobadas.


1- Para empezar, los concejales trataron un expediente que había ingresado a sus despachos en agosto del año pasado, a través del cual el empresario José Luis López les solicitaba que le otorgaran, por una vía de excepción, una factibilidad de uso comercial para una cancha de fútbol cinco ubicada en la avenida Aconquija 2.028, que ya se encuentra construida y en cuyo predio funcionan unos locales comerciales y un gimnasio. Unos meses antes, la Dirección de Planeamiento Urbano del municipio se había negado a concederle ese permiso.
El principal argumento esgrimido en aquella ocasión por el área que conduce el arquitecto Ernesto Marchetti es que, en esa zona, no está permitida la instalación de un club deportivo al aire libre, de acuerdo a la zonificación fijada por el Código de Ordenamiento Urbano. Otra objección es que el proyecto no cumple con la incorporación de módulos de estacionamiento. También observaron que el cerramiento de la cancha hace las veces de cerco divisorio. Lo correcto hubiera sido -consignaron- que dejaran una distancia mínima de 1,20 metros hacia los costados y de tres metros hacia atrás. Por último, detectaron irregularidades en el Factor de Ocupación del Suelo (FOS).
Ante esa negativa, López acudió al Concejo Deliberante. Y allí obtuvo -esta vez- una respuesta favorable a sus intereses: los ediles sancionaron, en su mayoría, una ordenanza a través de la cual facultan al intendente, Mariano Campero, a que otorgue la habilitación comercial.
Fundamentaron su decisión en cuatro cuestiones principales: que la zona posee una densidad comercial media alta (1); que Yerba Buena carece de espacios para la práctica de deportes (2); que esas prácticas son necesarias para la salud de la población (3) y que, si bien es cierto que la cancha no respeta las distancias entre las paredes linderas, en este caso colinda con los fondos de los vecinos, no con las viviendas. “Es por esto que aceptamos analizar la vía de la excepción”, se lee en el texto sancionado ese miércoles.


2- Luego, el grupo conformado por los seis ediles disidentes (hoy) al oficialismo local otorgó una segunda excepción. Hace unos días, los empresarios Alvaro Valladares y Eliana Muratore le habían pedido a ese cuerpo legislativo que los autorizara a agrandar su escuela deportiva, situada en La Madrid al 1.000. En concreto, pretenden construir una segunda cancha de césped sintético y una cancha para básquet, voley y patín. “Queremos solicitar la habilitación por la vía de la excepción, dado que la misma no está enmarcada dentro del Código. Sin embargo, tendrá una gravitación excepcional entre la niñez y juventud”, dijeron.
La reflexión convenció a los ediles, pese a que, días atrás, habían recibido otra carta enviada por una decena de habitantes de la zona, quienes -al contrario- se oponen a la ampliación. En sus quejas, dicen que las canchas no se usan en horarios diurnos, únicamente, sino también de noche, pues las alquilan a adultos. “Las luces, muy potentes, dan a las ventanas de todas las personas que viven sobre la calle Chacho Peñaloza”, se lee en esa nota. También mencionan lo penoso de transitar en auto por la cuadra, debido a que la escuelita de fútbol no cuenta con estacionamiento. A ello se le suma el colegio situado enfrente, y el paso de una línea de colectivos.


3- La tercera excepción se la confirieron a Juan Carlos D’Andrea, socio gerente de la cerámica Marcos Paz, entre Boulevard 9 de Julio y Federico Rossi. En diciembre último, el empresario le había requerido al intendente Mariano Campero autorización para construir una dársena de estacionamiento frente a su local de ventas. “Contamos con una cochera para 25 autos. Pese a ello, se hace inevitable que los clientes estacionen afuera, lo que dificulta la fluidez en el tránsito”, le explicó. Sin embargo, no se le otorgó la factibilidad. Carlos Lobo Chaklián -subdirector de Catastro y Edificación- le contestó que el Código de Ordenamiento Urbano no permite el aparcamiento en la vía pública, si no que debe ser dentro de los predios privados y fuera de la línea de retiro obligatoria.
Los seis ediles contrarios a Campero no estuvieron de acuerdo con el veredicto de la Municipalidad. Y sancionaron una ordenanza a través de la cual autorizan a D’Andrea a hacer su dársena. Entre sus razonamientos, escribieron que estos espacios generan seguridad, ordenan el tránsito y contribuyen a la seguridad vial. “Se debe ser prudente al afirmar las reglas en el Código. Esta firma no va a invadir el espacio público para satisfacer la obligatoriedad de contar con estacionamiento, porque ya lo posee. Su propuesta se presenta como una alternativa”, redactaron.
En esa sesión, se declaró, además, de Utilidad Pública y Sujeto a Expropiación al predio donde funciona el club “El Sapito”, en el cual el fideicomiso “Las Higueritas Barrio Boutique” aspira a construir un barrio privado. Finalmente, trataron el pedido de prórroga de la cooperativa Fe y Esperanza Limitada, para presentar los planos del loteo que quiere realizar entre los barrios el Bernel y San José III.

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