De qué trabajan ex funcionarios kirchneristas en tiempos de oposición
Comercios, alquiler de inmuebles y programas de radios son los rebusques momentáneos de algunos de los políticos que no tienen cargo.
La piña más difícil que recibió Sugar Ray Leonard no fue de otro boxeador arriba del cuadrilátero. El golpe letal se lo dio la realidad. Fue cuando se bajó del ring para siempre. «No hay nada en la vida que se compare con ser campeón mundial, con que te levanten el brazo en ese momento de gloria, con miles, millones de personas alentándote», confesó hace unos años esta leyenda, uno de los Cuatro Magníficos del Box de los años 80. La depresión del campeón es una ola de vacío que no invade a los deportistas cuando paran de correr. Para sobrellevar la sensación de pérdida de fama, reconocimiento y valor casi todos buscan sentirse útiles en otra actividad. Sugar Ray se convirtió en comentarista de boxeo en canales deportivos y hasta se probó como actor y también da charlas sobre autosuperación.
Una sensación desoladora similar atraviesan los políticos cuando el tiempo reglamentario de sus cargos en los poderes Ejecutivo o Legislativo llega a su fin. Tras 12 años de gobierno, en 2016 muchos ex funcionarios kirchneristas tuvieron que volver al llano para comprobar que hay vida después de la política. Nunca dejan la arena de la militancia del todo, pero de algo tienen que vivir. Desde inversiones en comercios, como la panchería de Guillermo Moreno, o el grow shop de Alex Freyre, hasta programas de radio, bares culturales o la vuelta a sus estudios jurídicos, como Aníbal Fernández, la imaginación apareció ante el vacío de poder.
Días atrás, la ex titular del INADI durante la presidencia de Néstor Kirchner, María José Lubertino, publicó un tuit en el que anunciaba el alquiler de un departamento en el barrio porteño de Congreso. Muchos creyeron que había entrado en el negocio inmobiliario.
«Trato de ayudar a la gente que quiere alquilar», explicó Lubertino a Infobae, y agregó: «Yo siempre aviso porque las inmobiliarias estafan a la gente. Hago lo que digo que hay que hacer».
Lo cierto es que desde que dejó la función pública -banca de legisladora porteña en 2013- Lubertino volvió a desempeñarse como docente. Abogada recibida en la UBA con Medalla de Honor, regresó al territorio de la academia. Es titular de dos cátedras en el CBC y adjunta en otras dos en la Facultad de Derecho, donde ejerce la docencia desde 1987.
Alex Freyre, otro ex integrante del gobierno kirchnerista, ex titular del Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual y reconocido militante por el matrimonio igualitario, encontró una salida laboral a partir de su relación con las plantas, especialmente las conocidas como «suculentas» y el cannabis. El año pasado abrió una franquicia de un conocido grow shop, donde vende insumos para el cultivo de marihuana y otras plantas.
«Puse un vivero de cactus y suculentas y además es una tabaquería y una regalería, hay muchos objetos. Es una tienda que casi el 70% de los clientes son cultivadores de cannabis que vienen a comprar todo lo que no está prohibido. Lo usan para medicinal y recreativo, desde abuelitas y adolescentes a madres con sus niños que cultivan en familia», explicó hace unos días en un programa de radio.
Freyre tiene 47 años y milita desde los 13. El año pasado fue despedido del Senado, donde trabajaba para el canal de TV. «En el caso de mi tienda en particular no vendo nada que esté prohibido. El delito no pasa por lo que ocurre allí», aclaró el hombre, que participa de la militancia por la despenalización del consumo de cannabis, y tuvo lugar para tomarse el tema con humor: «Es una franquicia, no soy rico, no me enriquecí, me echaron del laburo, me dijeron que agarre la pala, así que vendo tierra en mi vivero».
Un poco más bizarro es el caso de Guillermo Moreno. El ex secretario de Comercio Interior nacional no abandonó la «rosca» política, pero mientras no ocupa ningún cargo oficial se dedica a mantener activa la panchería «Tío Tola» que, junto con el ahora detenido César Milani, abrieron a mitad del año pasado en Ingeniero Maschwitz.
El primer problema para su panchería lo tuvo Moreno el mes pasado, cuando se conoció la quiebra de La Antigua Burdalesa, la panadería que proveía a Tío Tola y respetaba el acuerdo de precios que había instalado el ex funcionario cuando estaba al frente de Comercio Interior.
Mientras Aníbal Fernández y Mariano Recalde regresaron (¿momentáneamente?) a los escritorios de sus estudios jurídicos, Fabián Rodríguez, conocido como «Conu», abandonó el 22 de diciembre de 2015 la presidencia de la agencia de noticias oficial Télam. Había sido designado por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2013. Después de unas largas vacaciones dedicadas a mirar todo lo que pudo en Netflix, el ex funcionario reactivó una vieja debilidad: la administración de centros culturales, o bares culturales. Oriundo de Villa Domínico, de joven Rodríguez formó parte de un colectivo que fundó el centro cultural «La máquina de mirar» en Avellaneda, integrada también por el músico Mariano Otero y la directora de cine Laura Bondarevsky.
En 2006 tuvo otro bar en Avellaneda. Ahora está planificando con amigos de su barrio natal la apertura de un centro cultural en algún lugar del sur del conurbano. Según contaron a Infobae allegados al ex funcionario, estaría por abrir el mes que viene y pretende convertirse en un lugar donde se mezclen obras de teatro, conciertos y gastronomía. Pero Rodríguez, como casi todos los que abandonaron la función pública, no se alejó de la política. «Sigue trabajando como asesor del bloque de diputados del Frente para la Victoria, muy cercano a Máximo», explicaron a este medio.
Muchos integrantes del «movimiento» kirchnerista ampliaron o recuperaron o iniciaron una trayectoria mediática. El ex ministro de Educación nacional Daniel Filmus -mencionado una vez más como posible candidato a diputado por Capital Federal para las próximas elecciones de medio término- mantiene su cargo como profesor en la UBA y como investigador del Conicet. Además, el sociólogo hincha de San Lorenzo tiene un cargo de parlamentario en el Mercosur y conduce el programa de radio «Parte del aire» en AM 750.
En la radio también despunta el «vicio» de la comunicación otro parlamentario del Mercosur, el ex ministro de Defensa, Agustín «Chivo» Rossi. Junto a su hija Delfina, quien tuvo un polémico paso por el equipo directivo del Banco Nación, conducen «Los Rossi», un programa cuyo nombre parece sugerir una ironía sobre el programa «Los Leuco».
Federico Vázquez, ex director entre 2013 y 2015 de Nacional Rock, la FM pública, fundó la radio online Futurock junto a su pareja, la abogada y periodista Julia Mengolini. Luis D’Elia mantiene viva su radio «Rebelde», pero no sin cierto padecimiento. La página oficial de la radio pide colaboración de sus oyentes para seguir funcionando. Se puede colaborar con bonos de 100 o 250 pesos.
Gabriela Cerruti. La referente de Nuevo Encuentro y autora de célebres libros, como El Pibe (2010), sobre la vida de Mauricio Macri antes de ser presidente, y El Jefe, acerca de la vida del ex presidente Carlos Menem, volvió al periodismo después de ocho años como legisladora en la Ciudad de Buenos Aires. El año pasado fundó el portal Nuestras Voces. Cuando lo presentó en Facebook, escribió: «No sabemos hacia dónde va este mundo, pero sabemos que queremos ir juntos».
Pero a diferencia de los deportistas, el abandono de la actividad en el caso de los que se dedican a la política es momentáneo o circunstancial. Es el reflujo, previo a la resurrección. Dicen que la militancia y la rosca no se toman descanso ni vacaciones. Y quizá estos actores de la política nacional solo se retiren para tomar impulso y regresar en las legislativas, la batalla que se aproxima. De alguna manera, es como decía Sugar Ray Leonard: «Cuando regresaba me sentía más seguro en el ring. Podía vencer esos demonios que me poseían fuera del cuadrilátero. Era una liberación cuando entrenaba para una pelea porque de repente estaba totalmente limpio».
