Un grupo de albañiles se comprometió a no piropear a las mujeres
Colgaron un cartel en el que avisan que por ese lugar las mujeres pueden pasar tranquilas. El arquitecto Fernando Battista, a cargo de la obra, asegura que nunca se imaginó que iba a tener tanta repercusión en las redes sociales.
“En esta obra no silbamos a las mujeres y estamos en contra del acoso callejero”, sentencia el cartel que se colocó en una obra en construcción ubicada en 11 entre 44 y 45. Aunque al principio los haya sorprendido la consigna, los siete albañiles que trabajan allí están convencidos de que es una buena medida y dicen cumplirla con rigurosidad.
“Una obra en México tenía un cartel similar al que coloqué en 11 y me pareció que era bueno imitarlo, además justo se dio cerca del Día de la Mujer y creí que era un aporte más que podía servir de ejemplo”, asegura el profesional.
“Nuestro patrón nos pidió que nos comportemos seriamente, sin decirle nada a las mujeres que pasan por acá y a nosotros nos parece muy bien, respetamos esa indicación”, cuenta el único soltero del grupo, publicó diario El día.
DISTINTAS POSTURAS
En su perfil de Facebook donde Battista subió una foto del cartel, se vieron reflejadas diferentes posturas, desde mujeres que planteaban que esa iniciativa era una utopía, hasta hombres que se quejaban por el “derecho coartado” de piropear a los gritos a las mujeres.
Algunos repararon en que tal vez las mujeres sintieran su ego herido al pasar frente a las obras sin despertar el menor de los comentarios.
“En el barrio me dijeron que están contentos por el cartel y por el comportamiento de los trabajadores, la verdad que eso es muy bueno porque en un principio ellos tuvieron miedo que los carguen los albañiles de otras obras”, aclara Battista.
La intención de colocar el cartel en la empalizada fue generar conciencia y el arquitecto asegura estar satisfecho por haber conseguido que al menos se abrieran nuevos canales de debates en torno a la iniciativa. “Nosotros asumimos con los trabajadores no generar conductas que pudieran incomodar o afectar a las mujeres, además sería importante que el Colegio de Arquitectos tomara la iniciativas de promover que todas las obras cuenten con carteles similares”, afirma el arquitecto, quien considera que es un buen mensaje contra la violencia que se ejerce incluso en niveles sutiles de la comunicación. Si bien Battista aclara que nunca tuvo experiencias de mujeres cercanas que hayan sufrido acoso, le molestan cuestiones como por ejemplo que se de por sentado a las mujeres les gusta que les digan cosas en la calle.
“Hay que cortarla con eso de que gritarle cosas a una mujer es natural, que les levanta el ego; no está bien porque muchas veces son atrocidades y los hombres debemos cambiar esas actitudes”, asegura.
“Me parece algo bueno, eso lo pidió el arquitecto y nosotros lo respetamos. Yo estoy casado, tengo dos nenes y una nena en camino y creo que hay que dar señales de respeto a la mujer”
Jaime Estigarribia
Albañil
En diciembre del año pasado en la Legislatura porteña, se aprobaron dos leyes que buscan frenar el avance del acoso callejero.
Por un lado, se sancionó una normativa para prevenir y erradicar el acoso escolar, y por el otro, se hizo ley el proyecto que prevé multas y sanciones para los hostigamientos sexuales en la vía pública.
El objetivo “fue prevenir y sancionar el acoso sexual, verbal o físico, producido en espacios públicos o de acceso público, que hostiguen, maltraten o intimiden y que afecten en general la dignidad, la libertad, el libre tránsito y el derecho a la integridad física o moral de personas, basados en su condición de género, identidad y/o orientación sexual.
Con esa premisa, la normativa propuso modificaciones al Código Contravencional para agregar un artículo que dictamina una pena de dos a diez días de trabajo de utilidad pública y multas de 200 a 1.000 pesos, a quien acose sexualmente a otro en lugares públicos o privados de acceso público, “siempre que el hecho no constituya delito”, caso en el que será juzgado por un Tribunal de Justicia.