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Luka Doncic, el joven maravilla que sonríe mientras hace estragos en la NBA

El novato estrella

El esloveno de 19 años cautiva a los hinchas de Dallas y del básquetbol con su potencial y sus números parecidos a los de LeBron James en su primera temporada.

«Era sabido que este joven se adaptaría rápido a la NBA, pero de ahí a estas cosas… Ni el más optimista. No recuerdo un impacto tan rápido y fuerte».

Sergio Hernández habrá visto centenares -¿tal vez miles?- de cracks. A algunos, como a Emanuel Ginóbili, los dirigió. A otros, como a Kobe Bryant o a Kevin Durant (su debilidad), los enfrentó. Y a un sinfín los vio in situ o a la distancia. Por eso cobra fuerza su sentencia tajante, despojada de toda duda, al hablar de Luka Doncic, el joven maravilla que hace estragos en la NBA.

El entrenador de la Selección escribió las palabras del comienzo la noche en la que el esloveno se despachó con 11 puntos consecutivos en el último par de minutos para que Dallas le diera vuelta el partido a Houston. Sí,brilló con luz propia en la cara del Jugador Más Valioso de la última temporada: James Harden.

¿Qué tiene Doncic que lo hace tan especial y que cautivó al mundo NBA, que siempre mira con recelo a los extranjeros? Por empezar, tan sólo 19 años. Para continuar, un rendimiento altísimo, que -tal como marcaba Hernández- parece impropio de un jugador de primer año en la liga.

El 16 de diciembre, cuando Dallas perdió ante Sacramento por 120-113, Doncic aportó 28 puntos, 9 asistencias y 6 rebotes. Fue su tercer partido en que logró al menos 25 tantos y 5 rebotes. Sólo hubo otro jugador en la historia que tuviera esas estadísticas con tan corta edad: un tal LeBron James.

El domingo pasado ​había sido noticia por un triple sobre la chicharra que sirvió para mandar el partido con Portland al suplementario, aunque luego los Mavericks cayeron en la prórroga. Ahí demostró otra de sus características, probablemente la más sorpresiva para un casi adolescente: su porcentaje de acierto en los momentos decisivos. Y en la noche del miércoles, en tanto, estuvo al borde de un triple-doble al acumular 21 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias en la victoria por 122-119 sobre Nueva Orleans.

Luka Doncic clava un triple para enviar el partido ante Portland al suplementario.
Foto: AP

Luka Doncic clava un triple para enviar el partido ante Portland al suplementario. Foto: AP

La precocidad deportiva de este nacido en Ljubljana lo condujo a tener cifras concluyentes. Luego de 32 partidos, promedia 19 puntos, 6,7 rebotes y 5,1 asistencias. Sólo otros ocho jugadores de la liga tienen números tan buenos como los de Doncic en esos rubros y siete de ellos (salvo Blake Griffin, que el último curso estuvo lesionado) disputaron el Juego de las Estrellas de este año. Sí: a ese nivel está rindiendo el pequeño Luka.

Pero este polifuncional que puede jugar como perimetral y también como alero no sólo se destaca a un ritmo similar al de grandes figuras de la actualidad. Recientemente pudo compartir sus primeros minutos con la leyenda que lo cobijó y se convirtió en su mentor: Dirk Nowitzki.

En el rubro debatible, para muchos el alemán es el mejor basquetbolista internacional de todos los tiempos en la NBA; en el indiscutible, se trata del séptimo máximo anotador de la historia. Y ni siquiera él rindió en su arranque como lo está haciendo su protegido, quien casi lo dobla en la mayoría de los ítems estadísticos al comparar el año debut de ambos.

Otro crack europeo como el griego Giannis Antetokounmpo, que está en carrera para el premio al Jugador Más Valioso, tampoco impactó con tanta celeridad. Habría que remontarse al español Pau Gasol (17,6 puntos, 8,9 rebotes y 2,1 tapas en su primer año) para encontrar un rendimiento que al menos se le parezca. Aunque la cuestión va más allá de los números.

Luka Doncic tiene números para el asombro en la NBA.
Foto: AP

Luka Doncic tiene números para el asombro en la NBA. Foto: AP

El pivote español llegó a la NBA con dos años más de experiencia que Doncic y su palmarés hasta arribar a Estados Unidos apenas tenía un par de títulos locales y algo de participación en su última temporada. El esloveno, en contrapartida, dominó Europa de punta a punta, destacándose desde sus primeros mano a mano con tipos mayores.

Armó el bolso tras tres temporadas con el primer equipo de Real Madrid y en las vitrinas de su casa en la capital española dejó dos trofeos de la ACB, dos de la Euroliga y dos premios al Jugador Más Valioso, uno por cada torneo. Además, se cansó de acumular distinciones semanales, mensuales y por su rendimiento en finales. Y condujo a Eslovenia al primer oro de su historia en el Eurobasket.

Parte del secreto radica en que tiene la misma edad que muchos de sus compañeros de camada, pero un roce que a los otros les demandará varios años igualar. Pero lleva consigo una actitud que no se construye, sino con la que se nace.

Aquel partido que llevó a Oveja Hernández a elogiarlo públicamente fue una prueba cabal: llevaba apenas 4 de 13 tiros encestados y ningún triple en 4 intentos. Poco le importó: anotó 3 triples y un doble sin fallar para darle el triunfo a su equipo.

Luka Doncic celebra un triple ante Portland.
Foto: AP

Luka Doncic celebra un triple ante Portland. Foto: AP

Si bien buena parte de las franquicias se han quitado de encima ese vicio de subestimar a los internacionales (la liga viene batiendo récord de extranjeros cada temporada hace varios años), también es cierto que les cuesta dar el paso. En el draft, Phoenix y Sacramento dejaron pasar a Doncic, un jugador probado entre profesionales pero en Europa, y prefirieron a DeAndre Ayton y Marvin Bagley, enormes proyectos cuya experiencia se reducía al básquetbol universitario estadounidense.

Y Dave Joerger, entrenador de los Kings, cuya relación con los conductores del equipo no pasa por un buen momento, vio en directo a Luka por primera vez y dijo: «Quizás (los ejecutivos) pensaban que tenía algún techo. Lamentablemente para nosotros, yo no lo veo». Fue un golpecito para sus jefes, pero también un reconocimiento genuino a un fenómeno que acaba de llegar y que, como contó su compañero José Juan Barea, siempre sonríe tras una canasta, incluso si es un entrenamiento.

Luka Doncic se divierte como el chico que es; como el pibe que probó con el fútbol, el handball y el vóleibol hasta que se decidió por el básquetbol. El que a los 8 años ya se medía con grandecitos de 11 o de 12. El que todavía juega al Fortnite (el juego del momento) «más de lo que quisiera». El que, si la salud lo acompaña, amenaza con meterse entre los grandes de siempre.

Cuando Nocioni aconsejaba a Doncic

Andrés Nocioni compartió plantel con Luka Doncic en Real Madrid. «Yo hablaba mucho con Luka. Le mostraba videos, le contaba cosas, lo aconsejaba. Cosas que le sirvieran. Y él siempre me escuchó. Depende mucho de cómo te comunicás con los más chicos. Si vos vas como que sos el dueño de la verdad, no te van a escuchar. Tenés que adaptarte a ellos», dice el santafesino en «El Chapu», la biografía escrita por Fabián García.

En ese mismo libro, el mismísimo Doncic habla sobre Nocioni: «Mi experiencia con Chapu fue increíble. Me ha dado muchos consejos. Es uno de los más grandes en el baloncesto y como persona. Aprendí muchas cosas».

FUENTE CLARIN

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