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Thiago cumplió el sueño de conocer a sus ídolos de Boca
«Ahora hay guerrero para rato para lucharle al cáncer».
Thiago tiene 12 años y, casi desde que nació, pelea contra el cáncer. El video donde contaba que su sueño era conocer a los jugadores de su amado equipo se viralizó el último domingo.
«Yo le decía a mi mamá el otro día que mi único sueño en la vida es conocerlos a ustedes e ir a la cancha de Boca. La verdad que cuando se me cumpla voy a estar muy feliz. Voy a estar más fuerte para luchar contra el cáncer», dice un nene con una camiseta de Boca en un video casero. Está sentado en un humilde comedor en su casa de Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires.
Un espejo alcanza a mostrar que su mamá llora en silencio. Pero el niño no puede verla, tampoco mira a cámara: Thiago es ciego. El video llega a las redes. Se viraliza. Lo ve Daniel Angelici, presidente de Boca. Conmovido, le promete: «Thiaguito, me conmovió mucho tu historia. Me comprometo a que puedas venir a visitarnos a La Bombonera y saludar a Guillermo y los jugadores. No abandones tu lucha!». La historia de Thiago Boneiro es sencilla, dura, emotiva. Él solo dirá que tiene 12 años y es un fanático del Xeneize. Su mamá, Stella Maris, contará que cuando solo tenía un año, una consulta con el médico terminó en una derivación al Hospital Garrahan, donde le diagnosticaron cáncer, la enfermedad con la que convive desde entonces.
En su segundo cumpleaños fue necesario extraerle un ojo para salvarle la vida. «Me devolvieron un nene ciego, pero con vida», recuerda su madre, quien lo acompaña a todos lados y se desvive por verlo feliz. Thiago tiene hoy tres tipos de cáncer, pero sus médicos decidieron que lo mejor era que siguiera el tratamiento en su casa, rodeado de sus afectos. En familia no hablan de la enfermedad, ni de los límites de la medicina. Las fronteras de la fe y la pasión de Thiago y de Coca -como conocen todos a su madre en su ciudad natal- no tienen techo. ¿Y cuál era la más grande de todas las pasiones? El Club Atlético Boca Juniors.
Fue Susana Sánchez, su «tía del corazón», la que se movilizó para que el video, a través de la peña «La Mitad + 1» de Mar del Plata, llegara al plantel de Boca y al presidente Angelici. El mismo domingo la cita estaba cerrada: sus ídolos iban a esperarlo en La Bombonera el jueves a las once de la mañana. s) Así, emocionado, cuando nacía el jueves, Thiago se subió a un micro de larga distancia con sus padres para viajar desde Tres Arroyos a Buenos Aires. En la Estación Retiro desayunó, tomó su medicación y se encontró con su tía Susana, para partir hacia Casa Amarilla, donde entrenaba el plantel esta mañana. Allí, Infobae acompañó a la familia en el gran momento en que Thiago cumplió su sueño.
Cuando terminó el entrenamiento, Thiago se acercó a la cancha y saludó a cada uno de los jugadores. «Soy el Pipa Bendetto», «soy Pablo Pérez». Todos le daban la mano, lo abrazaban, y le decían sus nombres para que él pudiera reconocerlos. Los integrantes del plantel y los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto le propusieron jugar un poco. «¿Se van a vendar los ojos?», preguntó Thiago.