A facturar antes de que nos caiga el asteroide
La Curia de Salta lanza un curso sobre el Apocalipsis
La modalidad de cursado será online y al precio de $ 1250 per cápita. Aún no fue informado si se otorgará “Certificado de Santidad”.
Si alguien conoce de profecías y tiempos finales son los tonsurados que llevan dos milenios lucrando con la devoción de las personas que con verdadera fe colocan su esperanza en el Mensaje divino y se prodigan en acciones de caridad.
Será quizás que Nostradamus, Vava Banga y la NASA han coincidido en las generalidades de lo que está ocurriendo por estos días, donde pandemias y asteroides parecen dedicados a exterminar a la especie humana, que algunos clérigos dados a la lectura del Libro de la Revelación tal vez se hayan dicho: “¡Epa, esta vuelta parece que la cosa viene en serio!”, mientras escuchaban ya el galope de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
El viejo dicho señala “la ocasión hace al ladrón” y ahí nomás se habría prendido la lamparita de cierto eclesiástico, hábil él, en el manejo de dineros y titular de una zona franca espiritual muy próxima al Palacio Curial y donde realizan sus experiencias religiosas y confesionales hasta que canta el “Gallo”, los preconciliares, lefebristas, “movimientistas”, se celebran ritos originarios, alabanzas a la Pachamama y hasta frecuentarían macumberos, obviamente, todo a precio de mercado. Porque como se ve, ya ni el Fin del Mundo es gratuito. Sería entonces que este monje dado a la acogida de emigrados venezolanos le habría aconsejado a MM (Mitrado Mayor), diciéndole: “Vendé un curso sobre el Apocalipsis”.
Como diría Sócrates en sus horas póstumas: “¿Y ahora, quién le paga el Gallo a Esculapio?”.
Si en la Edad Media se vendían indulgencias para ganar un terreno en el Cielo, ¿por qué no capacitar ahora a los legos en el mejor modo de recibir sonrientes la caída del asteroide o el contagio del COVID-19?
Así es que cierto personajito muy dado al tráfico de información “internum” comentó que la idea habría sido acogida –literalmente- con entusiasmo por cierto personaje de conocida habilidad dineraria del que dicen suele trasladarse por los rincones de la Curia revolviendo papeles arzobispales, que al modo del Quasimodo de Víctor Hugo se pandearía por los campanarios catedralicios, y conocido en el ambiente de las finanzas celestiales como “Monsenora”, ante la mención de cuyo nombre, más de uno tirita.
Así las cosas, es que se habría concebido en realizar este curso introductorio para ser salvo cuando suene la Primera Trompeta y comienza a caer granizo y fuego mezclados con sangre y se queme la tercera parte de la Tierra. Hay que ser precavido.
Lógicamente, como Iglesia peregrina que camina por la Tierra y no estando ya el Cristo para repartir a título gratuito “panem et piscis”, hay que alimentar las barrigas y las arcas curiales, de modo que conocer cómo la ira de Dios arrasará con todo, cuesta la suma de $ 1.250, una bagatela para morir en santidad.
Eso sí, si el acólito que desee acceder al curso y forme como profesor o numerario de la “Bolsa de Trabajo” arzobispal –UCASAL SA-, obtendrá un descuento. También si es alumno, pero eso sí, con la cuota al día.
Nada mejor que morir abrasado por la cola de un cometa y tener la tranquilidad de llegar a los brazos de San Pedro con el Certificado de salvo en mano y firmado por el Arzobispo de Salta, nada menos.
Eso sí, cuidado con que Pedro al recibirlos les repita las palabras de su Segunda Carta: “y en su avaricia os explotaron con palabras falsas. El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida.”
Por: Bartolomé Basurto