A Leavy “Rosa, rosa” le quedó el… orgullo con el 30% de diferencia que le sacó Sáenz
El senador nacional por el Frente de Todos y excandidato a gobernador, Sergio Leavy, criticó duramente al gobernador Gustavo Sáenz diciendo que ganó las elecciones “Cantando Rosa, rosa”.
Lo primero que se me ocurre preguntarme es cómo un Primer Mandatario de una provincia podría haberse intitulado con el apodo de “Oso”, por ejemplo. ¿Se han preguntado los salteños cómo hubiera sido eso de escuchar en un acto protocolar: “A continuación, dirigirá la palabra el “Oso” Leavy? Sabemos de Indios, pero esto …
Para colmo éste ni siquiera contaba con el prestigio del “Oso Ruso” en alusión al animal poderoso de las estepas, porque en el caso del ex candidato a gobernador, Sergio Leavy, cuando más se podría pensar en el “Oso melero”, o quizás el “Oso hormiguero”, del monte chaqueño, pero nada más. Vale decir que como juego de significado/signicante, lo de Leavy terminaría siendo “insignificante”.
Para colmo, a este Leavy se le ocurrió formar en la lista con el mítico David Leyva un ex “Oso Panda”, lo que menos le convenía al tartagalense porque el panda, como es sabido, tiene antifaz, y un Leavy con antifaz ya resultaba más garantía de un atraco que de una gestión. Un demérito para los publicitarios del Frente para Todos, sin duda.
Pero bueno, la política tiene estas cosas de circo donde se pasean en el escenario bajo luces de colores todo tipo de bichos y humanoides con aspiraciones de conducción.
Ahora bien, de las recientes declaraciones del “Oso Melero” Leavy, surge deducir que el hombre no ha leído a Maquiavelo quien recomienda que “El Príncipe jamás debe parecer débil”; si bien Leavy sólo podría ser “Príncipe de las Tinieblas”, sus declaraciones mueven a pensar que únicamente se habría nutrido de Radiolandia y en su primera época.
Digo así porque es de principiante de Bachillerato nocturno criticar al gobernador, Gustavo Sáenz por haber ganado las elecciones “Con mucho circo, mucho movimiento, cantando Rosa Rosa”, porque así Leavy reconoce implícitamente que su capacidad no le daba ni siquiera para entonar un villancico o una baguala al menos.
En fin…, en un tiempo donde la política está derretida como materia consistente, se trata de buscar líderes para edificar las nuevas columnas de la provincia, y entonces uno se pregunta: ¿qué destino hubieran tenido los salteños con un sujeto que reconoce su ineptitud porque le ganaron las elecciones sin propuestas y desentonando “Rosa, Rosa”?
Bien lo dice aquel axioma del Derecho: “A confesión de parte, relevo de prueba”.