Fue 69-61 para quedar primero en su grupo y arrastrar tres victorias.
El viernes, por la segunda fase, enfrentará a Venezuela.
La Selección Argentina de básquet sacó adelante el partido más complejo de los que tuvo hasta ahora en el Mundial y venció a Rusia 69 a 61 para ganar el grupo A y meterse invicta en la segunda ronda del certamen. Lo hizo a partir del liderazgo en el juego y en el marcador de Facundo Campazzo, quien sostuvo el triunfo en los últimos instantes y terminó el juego con 21 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes. Marcos Delía y Luis Scola lo escoltaron con 13.
«Parece que los tenés, pero nunca los tenés. Rusia es muy fuerte pero pudimos sortear la prueba. Puede sonar soberbio porque yo soy el entrenador principal, pero este equipo ha hecho hasta ahora una producción increíble y se merece todos los halagos. Generalmente juegan bien, pero cuando no lo hacen dejan todo», reflexionó Sergio Hernández en TyC Sports al finalizar el partido.
En un primer cuarto de bajísimo goleo, Argentina mostró una defensa sólida, al nivel de lo que pretendía, y buenas conexiones en ofensiva (6-0), pero con bajísima efectividad y varias pérdidas, lo que fue provocando una merma en el rendimiento.
Marcos Delia en el partido contra Russi en el mundial de básquet (Foto STR / AFP)
A partir de entonces, la fluidez se apagó y la Selección anotó apenas 4 de 16 lanzamientos y apenas un triple. Eso, sumado a la falta de opciones para controlar el juego interno ruso, desembocó en un 12-17 (parcial de 17-3 en favor de los dirigidos por Sergey Bazarevich) con que se cerró el primer cuarto.
Así como Rusia tuvo su rato, fue todo de Argentina a partir del segundo período. Sergio Hernández echó mano al equipo y bajó la altura de la formación, con Deck como ala-pivote y Scola como pivote, además del ingreso de Nicolás Laprovittola.
La defensa mejoró, cortó en la primera línea y asfixió al ataque ruso (lo dejó casi cuatro minutos en 0), abriendo así las opciones para correr la cancha y meter un parcial de 18-0 para sacar 10 puntos de ventaja (27-17).
Vladimir Ivlev y Marcos Delía pelean por la pelota. (Foto: Reuters)
A partir de las pérdidas rusas y la explosión del contragolpe, Argentina tuvo su mejor rato, aunque los europeos se repusieron y recortaron la distancia (que había llegado a 11 a menos de un minuto del final) gracias a un cierre algo desprolijo del equipo de Oveja (39-33).
El tercer cuarto mostró una Selección que prevaleció en la pintura de la mano de Facundo Campazzo y con un gran rato de Marcos Delía (8 en el período), lo que permitió escaparse en el resultado a una máxima de 13 (53-40) a 2 minutos del cierre. Rusia pagó caro sus intentos por acercarse desde la línea de triples con nula efectividad (0-8).
Un par de distracciones defensivas de Argentina le permitieron a los europeos arrancar el último período 11-0 en una ráfaga y volver a sentirse en partido con más de 7 minutos por jugar a partir de su vuelta a las fuentes y de anotar cerca del aro. Recién a través de dos libres Campazzo pudo romper la sequía, pero los rusos se llegaron a poner a dos puntos (57-55).
Sin poder anotar más que un tiro de campo hasta que quedaban 28 segundos, Argentina sobrevivió pese a la falta de ideas gracias al base cordobés, que logró sostener los cuatro de diferencia (65-61) y lo liquidó con los libres luego de un robo de Luca Vildoza.
«Fue durísimo, creo que no fue nuestro mejor partido, tenemos que ser autocríticos. Si queremos seguir subiendo escalones como equipo, si queremos seguir subiendo de nivel, tenemos que mejorar», dijo Campazzo en diálogo con TyC Sports tras el encuentro.
Y añadió: «Ellos estuvieron muy bien también, tiraron muy bien. Hay mérito de ellos, pero tenemos que jugar mejor, podemos jugar mejor».
Para el base, Argentina fue «inteligente» porque hizo una buena defensa y evitó que los rusos tirasen triples sin resistencia.
Luis Scola celebra la victoria después del encuentro. Foto: (REUTERS/Jason Lee)
«Es mérito de ellos, nos estudiaron muy bien. Lo bueno es que se puede mejorar. Esta victoria para nosotros fue muy importante para arrastrarla al próximo grupo. Estoy muy contento por como reaccionó el equipo en los momentos difíciles», concluyó Campazzo.
Así, el seleccionado se metió invicto en la segunda fase, en la que se medirá con Polonia (ganó sus tres partidos del grupo A) y la Venezuela del argentino Fernando Duró, que venció a China y accedió a la próxima ronda y será el primer rival de la Selección el viernes (el domingo será el turno de los polacos). Llegará a esta ronda con un triunfo de ventaja sobre los venezolanos y la propia Rusia.
CLARIN