Algunas terminales recortaron turnos, suspendieron la fabricación o sacaron de línea unidades sin terminar.
El transporte marítimo está ralentizado por la pandemia.
No apto para cardíacos. Esa es la recomendación que se podría dar para ser directivo de una automotriz. Producir hoy en el país se convirtió en un desafío por los serios problemas de abastecimiento de autopartes. Tanto es así que, en los últimos días, algunas terminales tuvieron que suspender turnos de producción, armar vehículos con faltantes de piezas o, directamente, parar la planta hasta la llegada de los insumos faltantes.
No hay una sola causa que explique esta situación. Entre las más importantes está el delicado engranaje de relojería que es la logística para la importación de productos. Acostumbrados a trabajar con stocks reducidos -sistema conocido como just in time-, la pandemia le puso un elemento más de tensión. Todo el transporte marítimo está ralentizado por los mayores controles sanitarios y las demoras de los barcos son un hecho habitual. Las terminales locales fabrican vehículos que tienen alrededor de 70% de componentes importados que llegan, principalmente, de Asia, Europa, México o Brasil. Un día de atraso significa un día sin producir.
Algunas automotrices están recurriendo a bajar la carga en el puerto que está trabado el envío y traerla por avión. Pero no es sencillo. Tantos meses de actividad paralizada en el mundo también juegan en contra por una demanda desbordada en los principales mercados y la Argentina no está en las prioridades de los proveedores internacionales. Esto se produce en un momento de pico de demanda interna por la brecha cambiaria
La semana pasada, por ejemplo, Volkswagen tuvo que suspender tres días un turno de producción por falta de piezas y debió retirar de línea varias Amarok sin terminar. Toyota también tiene dificultades con insumos que llegan de Tailandia, justo en un momento de un pico de demanda por el lanzamiento de la nueva Hilux. Por ese motivo, de acá a fin de año trabajará los fines de semana y feriados para recuperar producción perdida. Fiat, en Córdoba, no trabajó el lunes pasado ni el anterior por desabastecimiento. El resto de las terminales, por el momento, mantienen actividad normal, aunque condicionada por distintos motivos como huelga portuaria y personal con covid en aduana fronteriza con Brasil.
Otro problema que afecta a las automotrices son las trabas a las importaciones. Si bien no es de manera directa, muchos autopartistas locales están teniendo demoras para conseguir los permisos aduaneros (conocido como formulario SIMI) y eso hace que el abastecimiento no sea fluido ya que deben reprogramas la producción por lo que no pueden cumplir con los plazos de entrega. A esto se suma que la liberación de divisas para pagar a proveedores externos se hace a un ritmo muy lento, lo que genera que desde el exterior no acepten seguir enviando productos hasta que no se pague lo adeudado.
También el coronavirus hace su parte. Las automotrices lograron un ritmo de funcionamiento normal pese a las restricciones que ponen los protocolos sanitarios y las bajas provocadas por el personal de riesgo. Sin embargo, la situación es distinta en los autopartistas. El nivel de ausentismo en las empresas es de 25% en promedio. Es decir que en algunas puede superar el 30%, algo que hace imposible producir.
FUENTE AMBITO