Barbarita;»Si en lugar de criticar ayudaran, a ‘El Polaquito’ podrían cambiarle la vida»
En abril de 2002, frente a una cámara de tevé, una niña de 8 años lloraba desconsolada en la puerta de su escuela en Tucumán: “Me duele la panza de hambre». Hoy, Barbarita Flores cuenta cómo la ayudó que su drama se hiciera público gracias a Jorge Lanata. MIRA EL VIDEO
-¿Qué comiste ayer a la noche?, pregunta la periodista.
-Nada, responde una niña de enorme ojos negros y guardapolvo inmaculadamente blanco, y llora desconsolada.
Es abril de 2002 y esta nena tucumana se desmayó en la escuela porque hace días que no come nada. Tiene ocho años y no llega a los 20 kilos. «Me duele la panza de hambre», dice y sus lágrimas y su historia conmueven al país entero. Jorge Lanata, con las cámaras de «Detrás de las Noticias», fue quien le puso foco a ese tremendo drama que había dejado la crisis de 2001.
«Yo no siento que Jorge me haya usado, al contrario, me ayudó muchísimo. Lo único que hizo fue mostrar lo que estaba viviendo. Él no inventó nada, yo no tenía para comer», le dice Barbarita Flores (22) a Infobae, quince años después de aquel estremecedor testimonio.
«Mi papá se había quedado sin trabajo como consecuencia de la crisis del 2001 y nosotros estábamos pasando hambre. A muchos no les gustó que saliera en televisión, porque a través de mi aparición salió a la luz que había un sector de la sociedad que estaba hecho polvo y totalmente abandonado. A otros, en cambio, les hizo un click y eso generó una gran cadena de solidaridad que nos permitió sobrellevar el difícil momento que estábamos atravesando», explica la joven.
Barbarita Flores hoy es mamá de Tiziano (3) y Francesca (1), recibe la Asignación Universal por hijo y vive gracias a la ayuda de su padre, Samuel, y de su expareja, Marcos Valdés, y a la venta de pan que hace en su casa cuando sus hijos se lo permiten: «Lucho día a día para que a mis hijos no les falte nada. Vendo el pan en la entrada de la casa en el barrio ATE, ahí donde tenemos un minimercadito, y eso ayuda un poco. Yo quiero que ellos tengan una vida sana y sean felices».
Reconoce que vive muy ajustada: «No me gusta tener que seguir dependiendo de mi papá y de mi expareja, que por cierto hacen mucho». Y cuenta que su mayor anhelo es poder conseguir un trabajo estable para poder independizarse: «Tengo un terreno en el barrio Néstor Kirchner, pero me falta dinero para comprar los materiales y comenzar a construir».
Recuerda que quince años atrás su papá sentía vergüenza por no poder conseguirles nada para comer a ella y a sus siete hermanos. Y que cuando su historia se conoció «gracias a la televisión», todo cambió. La ayuda comenzó a agolparse en su escuela. Llegaron donaciones de todo el país. Gendarmería llevó en camiones paquetes de comida. Su padre consiguió un empleo de 450 pesos, que si bien era solo un salvavidas, ayudó a que a los Flores nunca más le faltaran los alimentos para sus hijos. «Mi vida cambió», sintetiza.
El domingo pasado Barbarita estaba sentada frente al televisor con su familia mirando «Periodismo para todos» («de más está decirte que somos sus fans») cuando vio la historia de «El Polaquito» y sintió que el pasado volvía de golpe: «Era como verme a mí, pero con un drama diferente».
Molesta, dice: «Creo que los que lo critican a Jorge por la aparición de «El Polaquito» en su último programa son injustos, porque Lanata lo único que hizo fue mostrar lo que está pasando».
-¿Te imaginas qué hubiese sido de tu vida si Lanata no te sacaba en su programa?
-Sí él no me hubiese mostrado como lo hizo, yo habría estado condenada a la pobreza extrema. Hoy, cada vez que veo esas imágenes por YouTube me largo a llorar. Gracias a Lanata, mi papá consiguió trabajo y pudimos salir adelante. Él fue una especie de ángel de la guarda para nuestra familia y siempre le vamos a estar agradecidos. Por eso, cuando hace unos años atrás vino a Tucumán para presentar su libro Muertos de amor lo fuimos a saludar, y él me abrazó muy afectuosamente.
-Pero esa aparición en «Detrás de las noticias» también te ocasionó muchos problemas…
-Sí, generó mucha envidia en el barrio, porque había decenas de chicos que estaban atravesando una situación similar a la mía y nadie se ocupaba de ellos. Hubo muchos vecinos que comieron gatos para llamar la atención de la prensa, porque ellos vieron que a partir de mi aparición en el programa de Lanata mi situación había cambiado radicalmente. Algunas nenas me gritaban «muerta de hambre» y en el colegio me dejaban sola. Todos querían estar en mi lugar.
-¿Te pareció bien que haya mostrado la historia de «El Polaquito» en su último programa?
-Yo creo que Jorge lo sacó al aire para ayudarlo: a «El Polaquito» todavía lo pueden recuperar, pueden salvarlo. Estoy segura de que mucha gente hubiera querido estar en el lugar de «El Polaquito» o haber estado en el lugar nuestro cuando salimos en la tele, porque gracias a eso pudimos salir adelante. La verdad es que no entiendo a esas personas que lo cascotean a Lanata por mostrar la realidad….
-Muchos dicen que «El Polaquito» es menor, que su historia no debería haberse hecho pública…
-Mirá, Lanata tuvo la sensibilidad que los políticos de entonces no tuvieron conmigo. Y creo que ahora fue igual. Por eso me dio bronca cuando escuché que el hombre que lo denunció (Juan Grabois) por lo de «El Polaquito» lo trataba de «despreciable» en su programa de radio. Lanata no solo hizo que mi historia se conociera sino que nos ayudó económicamente para que pudiéramos hacer el baño. Y me dijo que él se identificaba mucho con mi historia, porque al igual que yo, su hija también se llama Bárbara. Si en vez de enojarse y criticar, ayudaran a «El Polaquito», podrían cambiarle la vida como me pasó a mí.
-¿Barbarita, qué soñás para tus hijos?
-Yo lo único que le pido a Dios es que ellos sean excelentes personas, tengan buena salud y sean felices. Y que nunca tengan que pasar por lo que me tocó vivir a mí.