Con las reelecciones lanzadas, la pelea ahora es para elegir a los vices
Así se desprende de la visión del consultor preferido de Mauricio Macri, Jaime Durán Barba, quién plantea «¿Para qué cambiar?»
Por instinto, a Jaime Durán Barba le gusta ir en contra de las opiniones del círculo rojo. Como desde hace tiempo se instaló entre periodistas, dirigentes y, sobre todo, entre varios funcionarios del PRO, la idea de que no serán los mismos nombres quienes acompañen a Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal en sus respectivas boletas en 2019, el consultor preferido de Mauricio Macri anticipó su posición en una de las tantas reuniones de la mesa chica. «Lo mejor es repetir», afirmó palabras más palabras menos el asesor comunicacional.
–¿El tuyo te trajo algún problema?– le preguntó Durán Barba a la gobernadora.
-No. La verdad que no- contestó la dirigente con mejor imagen sobre su vice radical, Daniel Salvador, ignorado por la mayoría de los argentinos y bonaerenses.
–¿Entonces? ¿Para qué cambiar?– insistió el autor de La política en el siglo XXI.
Marcos Peña, estratega político de Cambiemos, también está de acuerdo.
La fórmula se puede aplicar a los tres distritos que el PRO conduce y donde el oficialismo quiere repetir: Nación, Provincia y Ciudad. La reelección empezó a jugarse en el reciente Consejo Partidario del macrismo en Parque Norte.
Los mismos dirigentes que citan las palabras de Durán Barba reconocen que si una encuesta le demuestra al asesor que otro candidato que los actuales vices puede traer más votos, está a dispuesto a cambiar de opinión. Sin embargo, hoy en el oficialismo casi nadie cree que haya vices que sumen votos.
¿El hecho de ser Gobierno cambia las reglas para presentar a los compañeros de fórmula? Por ahora, los armadores del macrismo, consideran que lo que cambia de mínima es la forma: ya hay alguien en ese puesto.
Gabriela Michetti no quería ser candidata a vicepresidenta en 2015. Pretendía suceder a Mauricio Macri en la Ciudad. Después de perder por 20 puntos con Larreta, el candidato de Macri, aceptó el ofrecimiento del entonces jefe de Gobierno para acompañarla en la fórmula presidencial. Resultó fundamental el apoyo de Nicolás Caputo, “el hermano de la vida” del Presidente. Macri veía con buenos ojos la candidatura de Peña. Hoy Michetti está a gusto en su rol de vicepresidenta. Aunque no se sienta en la mesa chica, Macri le dio juego: es una habitué de las reuniones de coordinación y administra el Plan Nacional de Discapacidad y el de Mujeres, además de representar al país en el exterior cuando el Presidente no viaja.
Gabriela Michetti y Mauricio Macri en la bajada de la autopista Illia, el día en que el entonces jefe de Gobierno la presentó como su candidata a vice. (Archivo)
A Peña, que en 2015 quería ocupar ese lugar, ya no lo seduce. “Cero”, califica su nivel de interés al respecto. Incluso considera un error haber intentado serlo. Cuando no fue elegido, en su entorno decían que de haber sido elegido, el rol institucional como presidente del Senado lo hubiera alejado del Presidente, de cuyo despacho lo separan unos metros desde hace 11 años. Algunos de los funcionarios que lo identifican como su jefe político no lo bajan de la pelea, pero otros destacan que -aun si quisiera ser candidato a Presidente en 2023- no necesitaría ser candidato, a pesar de que la última vez que imprimió su nombre en una boleta fue en 2003, para legislador porteño.
La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, también apareció en el pelotón de nombres. Tiene todos los atributos que en el PRO valoran para ser candidata, tiene mucha confianza con el vicejefe de Gabinete Mario Quintana, buena imagen, buen diálogo con las organizaciones sociales y la Iglesia, un capital que administra en su Cartera. Ella, sin embargo, no se imagina como candidata.
Entre tantos PRO puros se cuela el jefe del radicalismo Alfredo Cornejo. Sin reelección a la vista, el gobernador de Mendoza ya hizo saber que le gustaría que su partido tuviera representación en la fórmula. En la Casa Rosada creen que esa presión lo llevará a ocupar un lugar en un futuro Gabinete.
Vidal, en tanto, no tiene por ahora un plan B para Salvador. Puesto a elegir, su mano derecha Federico Salvai prefiere la confianza en un conocido que un futuro incierto. No hay motivos tampoco para replicar la tensión con los radicales de mediados de 2015, cuando quiso instalar a Cristian Ritondo.
María Eugenial Vidal junto al vicegobernador Daniel Salvador y el jefe de Gabinete bonaerense Federico Salvai.
De todos modos, el plan de repetir las tres fórmulas nació herido de muerte. En la sede del Ejecutivo porteño todos señalan al vicejefe Diego Santilli. “El va a tener que tomar una decisión”, afirman. Lo cierto es que el ex senador hace tiempo que decidió que no acompañará otra vez a Larreta en la fórmula. Hacerlo implicaría renunciar a sus propias aspiraciones de gobernar la Ciudad en 2023.
Santilli no quiere regresar al Congreso, aunque la mesa chica del macrismo conoce y elogia sus habilidades para tejer acuerdos. Sonó como reemplazo de Emilio Monzó en Diputados, una idea que no le agrada y hoy en el Senado pisa fuerte Humberto Schiavoni, hombre de Peña. Su destino entonces podría estar en el Gabinete nacional siempre y cuando Macri renueve.
Soledad Acuña. La ministra de Educación porteña es la vice que quiere Larreta si Santilli no sigue. (Archivo)
En tanto, Larreta ya posó sus ojos en Soledad Acuña, su ministra de Educación. Mujer, de perfil ejecutivo y joven, cualidades que en el PRO se valoran como oro a la hora de elegir candidaturas. “Está poniéndole el cuerpo a batallas que a Horacio le importan”, cuentan en Parque Patricios. Se refieren a la negociación con los gremios docentes y al protocolo de aplicación para tomas en las escuelas, que levantará temperatura en los próximos meses. La confianza de Larreta a su ministra es total. Como Vidal, se formó en la Fundación Sophia, que él dirigía antes de soñar con gobernar la Ciudad.
No parece haber demasiadas alternativas. El perfil emprendedor de Andy Freire seduce al jefe de Gobierno, que ya lo ubicó al tope de la lista de legisladores en 2017.
También el nombre de Francisco Quintana, vicepresidente de la Legislatura, también figura en el croquis de algunos dirigentes del espacio. De buena relación con Daniel Angelici, teje en la comisión directiva de Boca (y en algún momento en la Justicia), pero responde antes que nadie a Peña. Esa cercanía le valió su cargo como secretario general del PRO. “Si es Fran obedecerá a algún tipo de acuerdo entre Marcos y Horacio”, afirman los laderos del jefe de Gobierno.
Elisa Carrió ya avisó que no tiene intenciones de gobernar la Ciudad, la duda es si podría generar presión para hacerle lugar a alguno de los suyos en lo más alto de la boleta. Suena imposible. Mientras tanto el legislador Maximiliano Ferraro se muestra maravillado con la capacidad de Larreta.