Internacionales

Cuáles son los cinco países que más aplican la pena de muerte

El informe anual de Amnistía Internacional enumera las naciones y los delitos por los que se ejecuta a los condenados.

El último informe de Amnistía Internacional muestra cuáles son los países donde más se aplica la pena de muerte, una campaña que la organización por los derechos humanos lleva adelante desde hace 40 años. En su paper con los datos de 2016 se enumera las naciones que más ejecuciones llevan adelante y cuáles han abolido esta práctica.

5 – PAKISTÁN

El ritmo de las ejecuciones llevadas a cabo en Pakistán disminuyó de modo considerable respecto a 2015, año en el que se tuvo noticia de 326 penas capitales. Sin embargo, este país musulmán con un mínimo de 87 condenas a muerte en 2016, seguía siendo uno de los primeros países del
mundo en este tipo de sentencias.

Al menos cuatro de las personas ejecutadas habían sido declaradas culpables por los tribunales militares establecidos en enero de 2015 para un periodo de dos años con objeto de juzgar a los civiles sospechosos de delitos relacionados con el terrorismo. 133 personas fueron condenadas a muerte por estos tribunales durante el año. Las actuaciones de estos tribunales militares no cumplían las normas internacionales sobre juicios justos.

Según cifras de la ONG Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, los tribunales civiles impusieron otras 277 condenas a muerte durante el año, entre ellas 193 por tribunales ordinarios y 31 por los Tribunales Antiterroristas, que las autoridades han utilizado para juzgar a las personas acusadas de delitos previstos en el Código Penal. Al menos 360 personas fueron condenadas a muerte en 2016; al menos 6.000 personas permanecían en espera de ejecución, señala el informe.

La pena de muerte se usó violando el derecho y las normas internacionales, incluso contra personas con discapacidad mental, por delitos que no cumplían el criterio de «los más graves delitos» a los que debe restringirse el uso de la pena de muerte, como la «blasfemia», y
vulnerando el derecho de los acusados a un juicio justo.

4 – IRAK

En Irak se llevaron a cabo al menos 88 ejecuciones. Todas ellas fueron llevadas a cabo por las autoridades del gobierno central iraquí. En la región del Kurdistán no hubo ejecuciones. Se concretaron 145 condenas a muerte –7 de ellas en tierras kurdas– por delitos que incluían el terrorismo. Los condenados a muerte eran en su mayoría ciudadanos iraquíes.

En febrero de 2016, 40 personas fueron condenadas por la matanza de Speicher. El 31 de julio se confirmó la sentencia de 36 de los condenados, y el presidente Fuad Masum ratificó las ejecuciones el 14 de agosto. Durante el año, las autoridades se habían viso sometidas a una creciente presión política y pública para que aceleraran las ejecuciones, sobre todo tras
el mortífero atentado cometido el 2 de julio en Karrada, distrito comercial de la capital, Bagdad, que se cobró la vida de casi 300 personas.

Tras el atentado, el Ministerio de Justicia anunció que se habían llevado a cabo siete ejecuciones los días 4 y 5 de julio. El Ministerio declaró además que había hasta 3.000 personas condenadas a muerte.

3 – ARABIA SAUDITA

El reino de Arabia Saudita ejecutó al menos a 154 personas: 3 mujeres y 151 hombres. Entre los ejecutados había 118 ciudadanos saudíes, pero todos los demás eran extranjeros: uno de Bangladesh, uno de Chad, uno de Eritrea, uno de Irak, uno de Nigeria, uno de Qatar, uno de Siria, tres de Egipto, tres de Etiopía, cuatro de Jordania, nueve de Pakistán y diez de Yemen.

Las ejecuciones fueron catalogadas en los siguientes crímenes: 81 por asesinato, 47 por «terrorismo», 24 por delitos relacionados con las
drogas, una por secuestro y tortura, y una por violación, según el estudio. Amnistía Internacional registró la imposición de al menos 39 condenas a muerte de hombres saudíes y al menos una de una mujer de nacionalidad no especificada. Al finalizar el año 44 personas habían sido condenadas a muerte. Se conmutaron las condenas a muerte de 5 personas.

El Sheikh Nimr Baqir al Nimr, imán de la mezquita de Al Awamiyya en Al Qatif, Provincia Oriental, que criticaba abiertamente la discriminación contra la población chií del país, fue ejecutado el 2 de enero junto con otras 46 personas. Los procedimientos judiciales incumplieron las normas internacionales sobre juicios justos. Las autoridades no informaron a su familia antes de ejecutarlo. Además, se negaron a entregarles el cadáver, pese a las numerosas peticiones de la familia, lo que agravaba aún más el
sufrimiento de ésta.

2 – IRÁN

Irán ejecutó al menos a 567 personas en 2016, entre ellas 8 mujeres. Las autoridades anunciaron 242 ejecuciones a través de fuentes oficiales y semioficiales. Sin embargo, informes fidedignos confirmaron que se habían llevado a cabo otras 325 ejecuciones, además de las reconocidas oficialmente. Y 33 de esas ejecuciones se llevaron a cabo en público.  

La mayoría de las ejecuciones –al menos 328– fueron por delitos relacionados con las drogas; otras ejecuciones se llevaron a cabo por
asesinato, violación o delitos vagamente definidos como «enemistad con Dios«. Las relaciones homosexuales consentidas seguían castigándose con la muerte. Se ejecutó al menos a dos personas que eran menores de edad en el momento de cometerse el delito. No obstante, dada la falta de transparencia del sistema de justicia penal, no fue posible confirmar cifras fidedignas de condenas a muerte, según indica el informe de Amnistía Internacional.

En tanto, el 2 de agosto pasado, 25 musulmanes suníes –22 pertenecientes a la minoría kurda de Irán y 3 de nacionalidad iraquí– fueron ejecutados en la prisión de Raja’i Shahr, en Karaj, en el noroeste de Teherán. Todos ellos habían sido declarados culpables del delito vagamente definido, tipificado en la legislación iraní, de «enemistad con Dios», en relación con una serie de actividades armadas ocurridas principalmente en la provincia de Kurdistán entre 2009 y 2011. Las ejecuciones colectivas se llevaron a cabo sin avisar previamente a las familias y los abogados de los condenados.

1 – CHINA

El régimen que encabeza el ránking es China. Si bien no hay números claros respecto a la cantidad de personas que fueron sentenciadas y ejecutadas bajo esta pena radical, la ONG indicó que el país asiático «ejecutó a más personas que todos los demás países del mundo en conjunto«.

«China ejerce su liderazgo de la peor manera posible: aplicando la pena de muerte más que ningún otro país del mundo. El gobierno chino dice ser transparente y, sin embargo, oculta la magnitud y las cifras de las ejecuciones«, señaló Mariela Belski, una de las directoras de Amnistía Internacional. La base de datos de China no es transparente. Sólo recoge una mínima parte de las miles de condenas a muerte que se dictan cada año en el régimen comunista.

El caso Estados Unidos

El informe de Amnistía Internacional también analiza el caso de los Estados Unidos, país en el que algunos estados aún mantienen la pena capital aunque en reducidos casos. Por primera vez desde 2006, la nación americana no figura entre los cinco países con más sentencias de muerte del mundo. El número de ejecuciones (20) en 2016 alcanzó el nivel mínimo registrado desde 1991, la mitad que en 1996 y casi cinco veces menos que en 1999. El número de ejecuciones ha descendido cada año desde 2009, excepto en 2012, cuando la cifra no varió. El número de este tipo de condenas (32) fue el más bajo desde 1973, un signo claro de que jueces, fiscales y jurados dan la espalda a la pena de muerte como medio de administrar justicia.

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