Información general

Cuánto hablaron los senadores durante 2018

Una vez más Miguel Pichetto fue el legislador que más palabras expresó en el recinto durante el año pasado, apenas por encima de la senadora Cristina Kirchner.
Tres senadores no dijeron ni una

El presidente del bloque Justicialista, Miguel Angel Pichetto, fue una vez más el que más palabras expresó en el recinto a lo largo de 2019. Un año de más cantidad de sesiones que 2017, pero menos que 2016. Pero lo curioso es que quien estuvo a punto de desbancar al rionegrino fue nada menos que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que mostró en su vuelta a la Cámara alta una previsible intención de recuperar protagonismo, que se vio reflejada en la extensión de sus discursos.
La cantidad de palabras medidas a lo largo 2018 fueron 713.252, bastante más que el año anterior, cuando medimos 486.102, pero menos que las de 2016 (843.960),
Los datos surgen del trabajo que anualmente realiza Parlamentario para su Indice de Calidad Legislativa, que más permite determinar el papel que individualmente tiene cada legislador en el recinto, lo cual no implica un juicio de valor taxativo respecto de su papel en la banca, que no necesariamente depende de la cantidad de discursos que pueda emitir. Pero sin duda es un dato para tener en cuenta.

Esta es la tercera vez consecutiva que Pichetto encabeza este ranking, lo que implica que desde que pasó a la oposición cobró un mayor protagonismo en el recinto… también en la extensión de sus discursos. En 2018 sumó 41.348 palabras, mientras que el año anterior había liderado también, pero con 25.808 palabras, en tanto que en 2016 había pronunciado 44.908.
Quien cerca estuvo de superarlo fue la senadora Cristina Fernández de Kirchner, con 40.439 palabras, que si bien no tiene el protagonismo de quien fuera jefe de su bancada durante sus presidencias, sí extiende sus discursos conforme su estilo, de modo tal de llegar a la cifra alcanzada.

Y completa el podio nada menos que el jefe del bloque kirchnerista, Marcelo Fuentes, con 29.845, lo que muestra la centralidad que esa bancada ha adquirido durante el último año, cosa que se verifica con la cantidad de miembros de la misma que se ubican entre los diez primeros lugares: cuatro. Es que en el octavo y noveno lugar aparecen también Anabel Fernández Sagasti (21.452) y María de los Ángeles Sacnun (21.345), respectivamente.
El presidente del interbloque oficialista Luis Naidenoff figura en el cuarto lugar, con 24.119 palabras, seguido de otro peronista, José Mayans, con 23.469.

El sexto y el séptimo lugar correspondieron a Juan Mario Pais (22.480) y Fernando “Pino” Solanas (22.064), completando el cuadro de los primeros diez el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, con 20.929 palabras.
Como se ve, apenas dos legisladores oficialistas aparecen en el “top ten”, tres del bloque Justicialista, uno de Proyecto Sur, y los mencionados cuatro del bloque Frente para la Victoria-PJ, casi la mitad de sus nueve miembros.

Los jefes de bloques son los que tienen más posibilidades de exponer, pero eso no se da tanto en el Senado, como puede observarse. El presidente del bloque radical, Angel Rozas, figura en el puesto 15°, con 12.845 palabras, pero en el otro extremo se ubica el titular de la bancada Pro, Humberto Schiavoni, que aparece bien abajo, en el puesto 60°, con apenas 2.748 palabras expresadas.
En su carácter de conductora de los debates, mas no senadora, la vicepresidente Gabriela Michetti pronunció 20.546 palabras a lo largo de 2018. Más que las 16.357 del año anterior, pero menos que las 29.172 de su primer año, 2016.
Y continuando con las figuras contabilizadas que no son senadores, hay que considerar al jefe de Gabinete, Marcos Peña, que fue la mitad de veces al Senado que el año anterior, lo que se verificó en los números. En 2018 expresó 26.049 palabras, que contrastan con las 50.369 del año anterior, y aun son menos que las de 2016 (34.325 palabras).

El conteo también incluye la visita del presidente de la Nación, Mauricio Macri, a la Asamblea Legislativa, y este año fueron 4.555 palabras las expresadas por el mandatario. Recordemos que incluimos al presidente en este informe porque si bien esa sesión se realiza en la Cámara baja, es conducida por la titular del Senado y la versión taquigráfica en base a la cual realizamos el conteo está a cargo del equipo de taquígrafos del Senado.
El fondo de la tabla
Estos conteos tienen el morbo de ver quiénes son los que menos hablan a lo largo del año, y en este caso tres fueron los que no expresaron ni una palabra en el recinto. El expresidente Carlos Saúl Menem, la santiagueña Blanca Porcel de Riccovelli y Carlos Reutemann.
Ninguno de ellos habían figurado en cero el año anterior, aunque Menem solo había esquivado el último puesto por haber reasumido entonces en su banca y habérsele contabilizado el “¡Sí, juro!”. Y Reutemann había pronunciado en 2017 solo 36 palabras.
Pero el caso de Menem merece párrafo aparte, por cuanto en los doce años que lleva como senador, esta fue la séptima vez que quedó en cero, sumándose a los registros contabilizados en 2007, 2009, 2012, 2013, 2014 y 2015. El año en que más habló fue 2006, con 1.842 palabras; 2008, 1.392; 2010, 64; 2011, 6 palabras, y 2016 solo 3.
Cuánto dijo cada uno
1°) Pichetto, Miguel Ángel 41.348 palabras
2°) Fernández de Kirchner, Cristina 40.439 palabras
3°) Fuentes, Marcelo Jorge 29.845 palabras
4°) Naidenoff, Luis 24.119 palabras
5°) Mayans, José Miguel 23.469 palabras
6°) Pais, Juan Mario 22.480 palabras
7°) Solanas, Fernando Ezequiel 22.064 palabras
8°) Fernández Sagasti, Anabel 21.452 palabras
9°) Sacnun, María de los Ángeles 21.345 palabras
10°) Pinedo, Federico 20.929 palabras
11°) Luenzo, Alfredo Héctor 18.806 palabras
12°) Odarda, María Magdalena 17.741 palabras
13°) Closs, Maurice Fabián 14.927 palabras
14°) Elías de Pérez, Silvia Beatriz 12.882 palabras
15°) Rozas, Ángel 12.845 palabras
16°) Fiore Viñuales, María Cristina 12.676 palabras
17°) Romero, Juan Carlos 11.307 palabras
18°) Urtubey, Rodolfo Julio 11.212 palabras
19°) Almirón, Ana Claudia 11.177 palabras
20°) Mera, Dalmacio 11.070 palabras
21°) Mirkin, Beatriz Graciela 10.827 palabras
22°) Martínez, Ernesto Félix 10.615 palabras
23°) Bullrich, Esteban José 10.572 palabras
24°) Rodríguez Machado, Laura Elena 9.802 palabras
25°) Durango, Norma 9.328 palabras
26°) Brizuela y Doria, Olga Inés 9.118 palabras
27°) Ianni, Ana María 8.602 palabras
28°) Pilatti Vergara, María Inés 8.573 palabras
29°) Ojeda, José Anatolio 8.362 palabras
30°) Guastavino, Pedro Guillermo 8.091 palabras
31°) Kunath, Sigrid Elisabeth 8039 palabras
32°) Caserio, Carlos Alberto 7.875 palabras
33°) González, Nancy Susana 7.819 palabras
34°) Perotti, Omar Ángel 7.534 palabras
35°) García Larraburu, Silvina Marcela 7.436 palabras
36°) Pereyra, Guillermo Juan 7.361 palabras
37°) Braillard Poccard, Néstor Pedro 7.003 palabras
38°) López Valverde, Cristina 6.064 palabras
39°) Catalfamo, María Eugenia 5.752 palabras
40°) Cobos, Julio César 5.683 palabras
41°) Giacoppo, Silvia del Rosario 5.223 palabras
42°) Solari Quintana, Magdalena 5.129 palabras
43°) Lovera, Daniel Aníbal 5.091 palabras
44°) Rodríguez Saá, Adolfo 5.074 palabras
45°) Aguilar, Eduardo Alberto 5.053 palabras
46°) Verasay, Pamela Fernanda 4.994 palabras
47°) González, María Teresa 4.703 palabras
48°) González, Gladys Esther 4.587 palabras
49°) Poggi, Claudio Javier 4.417 palabras
50°) Basualdo, Roberto Gustavo 4.414 palabras
51°) Castillo, Oscar Aníbal 4.075 palabras
52°) De Angeli, Alfredo Luis 4.052 palabras
53°) Crexell, Carmen Lucila 3.994 palabras
54°) Fiad, Mario Raymundo 3.585 palabras
55°) Blas, Inés Imelda 3.582 palabras
56°) Marino, Juan Carlos 3.364 palabras
57°) Catalán Magni, Julio César 3.095 palabras
58°) Boyadjian, Miriam Ruth 2.949 palabras
59°) Martínez, Julio César 2.814 palabras
60°) Schiavoni, Humberto Luis 2.748 palabras
61°) Costa, Eduardo Raúl 2.294 palabras
62°) Snopek, Guillermo 1.898 palabras
63°) Varela, Marta 1.872 palabras
64°) Itúrrez de Cappellini, Ada Rosa 1.391 palabras
65°) Montenegro, Gerardo Antenor 1.369 palabras
66°) Tapia, María Belén 1.304 palabras
67°) Uñac, José Rubén 1.047 palabras
68°) Espínola, Carlos Mauricio 788 palabras
69°) Alperovich, José Jorge 607 palabras
70°) Menem, Carlos Saúl –
Porcel de Riccovelli, Blanca –
Reutemann, Carlos Alberto –
Total: 713.252 palabras
Fuente: Indice de Calidad Legislativa

SEGUN PASAN LOS AÑOS
2018: 713.252 palabras
2017: 486.102 palabras
2016: 843.960 palabras
2015: 394.247 palabras
2014: 1.091.777 palabras
2013: 1.165.132 palabras
2012: 1.071.482 palabras
2011: 525.308 palabras
2010: 932.712 palabras
2009: 834.378 palabras
2008: 927.967 palabras
2007: 433.886 palabras
2006: 1.016.789 palabras

LOS PRIMEROS DE CADA AÑO
2018: Miguel Pichetto (41.348 palabras)
2017: Miguel Pichetto (25.808 palabras)
2016: Miguel Pichetto (44.908 palabras)
2015: Liliana Negre de Alonso (31.753 palabras)
2014: Gerardo Morales (81.266 palabras)
2013: Gerardo Morales (76.857 palabras)
2012: Aníbal Fernández (85.876 palabras)
2011: Gerardo Morales (37.378 palabras)
2010: Gerardo Morales (74.981 palabras)
2009: Gerardo Morales (64.156 palabras)
2008: Gerardo Morales (64.668 palabras)
2007: Gerardo Morales (42.205 palabras)
2006: Jorge Capitanich (98.702 palabras)

APOSTILLAS EN EL RECINTO
EL CRONOMETRO DE CFK. Conocida por su facilidad para desarrollar discursos muy extensos, una de las grandes incógnitas estaban puestas en si Cristina Fernández de Kirchner podría llegar a adecuarse a los tiempos reglamentarios. En la primera sesión del año, no solo lo logró, sino que se encargó de certificarlo al concluir su alocución así: “Con esta salvedad, que quería decírsela, para que no se sintiera molesta ni mortificada, termino mi intervención -le dijo a la presidenta de la Cámara-. ¿Vio? Respeté el tiempo: 40 minutos, 28 segundos”.

NO ME GRITE. Pero los cruces de Cristina y Gabriela Michetti fueron un clásico a lo largo del año. En la sesión del 18 de abril, cuando la titular del cuerpo llamó a votar, CFK exclamó: “¡No es por WhatsApp!”. “Mire, no me grite -la frenó la vicepresidente-. ¿Sabe qué, senadora? Usted también se ha pasado en su tiempo y yo se lo he dejado pasar. Así que tranquilícese”.
5 MINUTOS. Cuando la vicepresidente quiso interrumpir en esa misma sesión una intervención de Cristina K, esta le aclaró que tenía 5 minutos. Pero habló un largo rato y Michetti insistió: “Senadora: le doy más tiempo que el habitual –todo el mundo lo sabe– para que usted pueda justificar un pedido…”. Cristina precisó: “Son 5 minutos y 58…”. Michetti: “Perdón, estamos hablando de un pedido de preferencia. Es para explicar por qué la pide. Todo el mundo lo ha hecho en…”. Fernández de Kirchner: “Y estoy explicando el por qué de la preferencia”. Michetti: “Está haciendo el debate sobre el tema. Permítame que le diga que cierre, porque se está yendo…”. Fernández de Kirchner: “Es importante que tratemos este tema”. Michetti: “Por supuesto. Usted está haciendo el pedido de preferencia y…”. Fernández de Kirchner: “Porque, ¿sabe lo que pasa? Más temprano que tarde el Gobierno lo va a tener que abordar también”. Michetti: “Lo estamos abordando todo el tiempo”.

GALLINERO. Anabel Fernández Sagasti avanzaba en su discurso cuando la riojana Inés Brizuela y Doria le dijo algo fuera de micrófono. “No la escucho, porque estoy hablando”, le aclaró la senadora camporista, que a continuación le pidió a Gabriela Michetti que pusiera orden en la sesión. “Sí. Perdón. Estaba mirando quién tenía en la lista”, acotó la titular del cuerpo, ante lo cual Marcelo Fuentes también le reclamó que ordenara la sesión, pero Michetti seguía en lo suyo, a lo que el neuquino insistió, enfático: “Le estoy solicitando que ordene al gallinero de ese lado, que está molestando permanentemente a la expositora”. “Bueno, sin faltar el respeto…”, lo frenó la vicepresidente, y Silvia Elías de Pérez reaccionó: “¿Qué es eso de “gallinero”? ¡Es una falta de respeto!”.
FOTOS NO. En la sesión del 25 de abril, el senador Miguel Pichetto reveló su costado no fotogénico. Venía molesto por otras cosas, pero en un momento estalló: “Presidenta, ¡están sacando fotos!”. “¿Quién saca fotos?”, preguntó Michetti, que enseguida aclaró que el fotógrafo era de la casa, pero no convenció al rionegrino. “Tengo un gran respeto por el trabajo de los fotógrafos, pero hace cinco horas, ¡cinco horas!, que nos están sacando fotos de todos los costados, ¡de todos los costados! (…) Tengo un gran respeto por la actividad de los fotógrafos. Son importantes, pero hace cinco horas que nos cruzan con fotos permanentes. ¡Fotos! ¡Fotos! ¡Fotos!”. “Pero siempre se sacan fotos”, le aclaró Michetti, sin convencerlo. “No, mire, ¡no fue siempre así!”; a lo que la vicepresidente insistió: “A mí me han sacado setecientas… Bueno, listo”. Pichetto terminó solicitando que las fotos se sacaran previamente, y durante la sesión se limitaran a hacer video. La vicepresidente aceptó.

FURCIO TUCUMANO. No habló mucho José Alperovich durante el año, apenas 607 palabras, pero cuando lo hizo se fue al pasto. “Usted puede tomar todas las medidas que quiera. Le puedo hacer un plan económico en dos horas. Ahora, ¿sabe cuándo se termina eso? Cuando la gente no puede pagar. Y lo que tienen que entender –y yo le pido al presidente de la Nación, porque no es para hacerle la contra– es que nadie quiere que le vaya bien al presidente. Pero nuestra gente no da más. Y no tiene que vetar esta ley. Tiene que trabajar con ella para tratar de dar muchas soluciones a gente que hoy la está pasando mal”. Al rato, al enterarse de la repercusión de su furcio, pidió una interrupción para rectificarse: “La verdad es que me expresé mal y quería cambiarlo. Lo que quise decir es que nadie quiere que le vaya mal al presidente. Perdón, pero no quería dejar pasar por alto esto”. ¿Lo traicionó el subconsciente?
LA VELA. Los diputados son los que más seguido apelan a hacer despliegues de producción para acompañar sus alocuciones. No tanto en el Senado, pero Marcelo Fuentes echó mano a ese recurso en una sesión, cuando exhibió una vela para decir: “En la siguiente campaña el presidente Macri puede salir en televisión prendiendo una vela y explicando a la gente cómo, atento a que no puede pagar las tarifas, puede seguir viendo y encontrar, cuando vuelve al lecho, a su señora e identificarla en la cama. Gracias”.
EL VOTO DE GABRIELA. Otra de Cristina… con Michetti. En la sesión del 30 de mayo, la expresidenta señaló que “si hubiera sido por ustedes, señora presidenta, Vaca Muerta seguiría siendo de Repsol porque todos ustedes votaron negativamente la nacionalización de YPF… No todos acá, Naidenoff, es cierto. Creo que Rozas también la votó positivamente. Pero, ¿usted, señora presidenta, era diputada?” “Senadora”, le contestó Gabriela Michetti. “¿Cómo votó? ¿Cómo votó la nacionalización de YPF, de Vaca Muerta? ¿Cómo la votó?”, le preguntó Cristina. “Por la negativa”, respondió la titular del cuerpo. “¡Ah, la votó negativamente! Mire qué interesante… Mire qué interesante… Después nos dicen que tenían crisis energética, que no habíamos hecho nada por la energía y ahora al presidente no se le cae Vaca Muerta de la boca. Va y se sacan fotos. Casi se lo toma –lo dijo el otro día en el discurso– como una empresa personal. ¡Pero fijate vos! Pero en lugar de tomarla como una empresa personal, el presidente lo que debió haber hecho es institucionalmente haber pedido a sus diputados, a sus legisladores, que votaran la nacionalización, porque si no hubiéramos votado la nacionalización de YPF, hoy Vaca Muerta seguiría siendo de Repsol”, discurseó CFK.
EL TIEMPO ES VELOZ. En la presentación del jefe de Gabinete del mes de junio, el inefable José Mayans se quejó del tiempo que tenía para expresarse. “No sirve para nada”, dijo cuando le advirtieron que tenía 10 minutos. “¿Cómo que no sirve? Si usted está expresando claramente sus opiniones”, repuso Michetti. “Pero el plazo es muy corto”, insistió el formoseño. Y así siguieron largo rato, hasta que la ligó Marcos Peña. “El jefe de Gabinete responde cualquier cosa”, resumió Mayans.

La titular del cuerpo seguía preocupada en explicarle: “Esto es en el marco de una norma que tenemos escrita, que es nuestro propio reglamento. Si le parece que eso no vale nada y nos pasamos por arriba todo, no entiendo cómo hacemos para conducir la sesión”.
Ahí Mayans enderezó hacia otro lado: “Primero le voy a decir una cosa a usted. Me parece muy bien que la Presidencia pueda hablar. Me dijeron: ‘La presidente no puede hablar’. ¿Cómo no va a poder hablar? No puede conducir la sesión por señas. Estoy de acuerdo con que hable”. Michetti: “Puede hablar para conducir la sesión”. Mayans: “Lo que no puede hacer es opinar a favor o en contra del proyecto en tratamiento porque, obviamente, tiene que discernir después”. Y ahí recién le hizo su pregunta al jefe de Gabinete, pero como no terminaba nunca, Michetti le advirtió: “No le quiero cortar el micrófono. Pero se lo voy a tener que cortar y va a ser feo. Así que, por favor, termine”. Mayans: “No me corte, presidente, porque yo estoy de acuerdo con que usted hable…”. Michetti: “Bueno, pero no tiene nada que ver…”. Mayans: “Hay quienes están de acuerdo con que usted no hable y yo estoy de acuerdo con que hable”. Michetti: “Yo estoy de acuerdo con el reglamento”. Mayans: “Como usted no puede conducir por señas, dígale al que le dijo que usted no puede hablar: ‘Yo no puedo conducir por señas’”. Michetti: “Estoy conduciendo y no me da bolilla… Es lo mismo”. Mayans: “Bueno: yo estoy de acuerdo con que usted hable”.
CUESTION DE GENERO. El intercambio entre José Mayans y la titular del cuerpo no concluyó ahí. En realidad, el que no terminaba era el formoseño, y como el senador seguía sin darle bolilla y continuaba hablando, Gabriela Michetti le dijo que se sentía “agraviada” como mujer. Mayans: “Esto se parece a la vez que mandaron un papelito y se hizo un despelote…”. Michetti: “…Y le voy a decir por qué…”. Mayans: “Porque estamos tratando el tema de la deuda externa”. Michetti: “Le voy a decir por qué: porque pareciera…”. Mayans: “No planteen esas cosas, porque está mal”. Michetti: “Escúcheme: es la séptima vez…”. Mayans: “¿Qué tiene que ver que sea mujer usted? Usted es presidente porque la eligió el pueblo…”. Michetti: “No me grite…”. Mayans: “…No porque sea mujer. La otra vez fue un papelito. Y digo que menos mal que no mandó un beso, porque llega a mandar un beso y no sé si no te pega una patada…”. Michetti: “Senador…”. Mayans: “No plantee más cuestiones de género…”. Michetti: “Es la séptima vez que se lo digo ¿Qué quiere que haga yo?”. Mayans: “No es cuestión de género esto. Estamos hablando de una cuestión grave, de una situación delicada por la que estamos atravesando…”. Michetti: “Pero no es el momento para que usted haga semejante discurso. No es el momento”. Mayans: “Bueno, presidente, le pido disculpas”. Ahí la titular del senado le dio la palabra a Federico Pinedo, quien solo preguntó: “¿Terminó, senador Mayans?”. Mayans: “Sí, senador”. Pinedo: “Bueno, gracias. Nada más, señora presidente”. ¡Por fin!
QUE GUSTO TIENE LA SAL? Durante un debate, el senador Marcelo Fuentes se refirió a la ley de Participación Público-Privada de una manera muy particular: “La Ley 27.328, sobre régimen de contratación pública y privada, la ley Carlitos Balá y ‘eah, pe, pe’ –la ley que permite la imposibilidad de cualquier control del Estado en la dirección de las obras públicas– son todas medidas de ajuste y transferencia de recursos en este camino”, dijo. ¿Y por qué no lactántricos?…
SIEMPRE EN CONTRA. En la última sesión del año, Federico Pinedo, que presidía, anticipó que iban a votar primero la Ley Micaela y después otros dos proyectos. Y cuando votaron, reaccionó de inmediato Cristina Kirchner: “¡Perdón, me equivoqué!”. “Puede cambiarlo”, la tranquilizó el presidente provisional. “Por favor, ¿cómo hago?”, preguntó la expresidenta, a lo que Pinedo observó: “Está acostumbrada a votar que ‘no’, señora senadora”.

Botón volver arriba