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El entendimiento, que tiene alcance para la Capital Federal y el Gran Buenos Aires (AMBA) quedó sellado en el Ministerio de Producción y Trabajo con la firma de los representantes de la UTA y de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta), una cámara minoritaria del sector patronal que en esencia reporta a un único conglomerado liderado por Eduardo Zbikoski, reciente comprador del Grupo Plaza. El resto de las entidades de dueños de colectivos (Cetuba, Ctpba, ACTA y CEAP) repitió el temperamento de la negociación de julio pasado, cuando se negó a suscribir el segundo incremento del año (el primero se pactó en febrero) por entender que el Ejecutivo no había dado garantías de pago de los subsidios.
Aunque el acuerdo ya fue objetado por las empresas en forma administrativa, lo más probable es que el aumento comience a ser pagado por todas las empresas del AMBA. Según el acta, a la que tuvo acceso este diario, a las cuatro etapas en las que subió hasta ahora el sueldo de los choferes (de los 25.410 pesos vigentes el año pasado pasó a $26.300 en marzo, a $27.800 en abril, a $28.746 en agosto y a $32.560 en noviembre) se le agregará un ajuste más entre enero y marzo de 2019, cuando llegará a 34.198 pesos. Y en noviembre se resolvió pagar, junto con el sueldo, una suma fija no remunerativa de $3.814 así como la actualización de los viáticos en igual proporción a los sueldos. La suba total, que oscila el 34,5%, será según UTA superior al 37% por los extras y podrá volver a negociarse en enero con la inflación.
Uno de los capítulos centrales del acuerdo señala: «el Ministerio de Transporte actualizará a partir de octubre de 2018 los costos resultantes de este acuerdo paritario así como el resto de los costos de precios e insumos, particularmente el impacto de la depreciación del tipo de cambio en el precio del vehículo y el combustible, así como el resto de los insumos». Ese ítem fue convalidado en la negociación con la presencia de Guillermo Krantzer, secretario de Gestión de la cartera que encabeza Guillermo Dietrich.
Mientras que a continuación se incorporó otro artículo de vital importancia para las empresas que confirmó el cambio de metodología desde el 1 de diciembre en la distribución de las compensaciones con el objetivo de comenzar a subsidiar la demanda. De ello se desprende, según los especialistas, que la información contenida en las tarjetas SUBE pasará a ser el insumo principal para calcular los subsidios.
Desde el arranque de la gestión de Cambiemos hubo una distinción entre gremios aliados y confrontativos. La UTA estuvo siempre en el primer grupo aunque apoyó tres de los cuatro paros nacionales realizados por la CGT contra Macri. La amenaza de un quinto paro aceleró el acuerdo de esta semana y también motivó que tanto Dietrich como su par de Producción y Trabajo, Dante Sica, convocaran a los gremios del transporte nucleados en la CATT a un encuentro que, como anticipó ayer este diario, se realizará el lunes después de las 18 al mismo tiempo que el paro convocado por los sindicatos aeronáuticos en Aerolíneas Argentinas y Austral.