“El ángel de la muerte”
Robledo Puch cumple hoy 48 años preso: solo y con la salud deteriorada.
Es el máximo criminal de la historia argentina y el que más tiempo lleva en la cárcel.
Solo, sin recibir visitas y con su salud deteriorada, Carlos Eduardo Robledo Puch (68) cumple este lunes 48 años encerrado en la cárcel. Es decir, el 70 por ciento de su vida. «El ángel de la muerte» o «El ángel negro» está detenido en penal de Lisandro Olmos, en La Plata, bajo un régimen «semiabierto».
Robledo Puch es el máximo asesino de la historia criminal argentina y el que más tiempo lleva en prisión. El 3 de febrero de 1972, fue detenido por matar a su cómplice, Héctor Somoza (18), en Tigre, en el norte del conurbano bonaerense. Tiempo después fue condenado por 11 crímenes, 17 robos y dos violaciones.
Detrás de él, quienes más tiempo de encierro llevan en el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) Osvaldo Alejandro Longobuco Calidoni (74) y Jorge Horacio Mendoza Marino (57), con 29 y 27 años respectivamente, según informaron a Télam voceros de esa institución.
Los días del «Ángel de la muerte» transcurren prácticamente en solitario. «Sale muy poco», señalaron en el SPB. Hace años que no recibe visitas y su única actividad recreativa consiste en jugar al ajedrez con otros presos. Ya no asiste a conversar con pastores evangélicos, como lo hacía antes.
Robledo Puch fue detenido el 3 de febrero de 1972 fue detenido por matar a su cómplice, Héctor Somoza (18).
El primer lugar de detención de Robledo Puch fue la Unidad Penal 9 de La Plata, donde estuvo alojado desde 1972 hasta 1981, año en que fue trasladado a la Unidad N° 2 de Sierra Chica.
Allí permaneció hasta que el 23 de mayo del año pasado fue internado en el hospital municipal de Olavarría por una “neumonía multifocal” y cinco días después, tras recibir el alta, fue derivado a la Unidad N° 22 de Olmos, donde funciona el hospital penitenciario.
Tras su recuperación, lo trasladaron a la Unidad N° 26 del mismo complejo carcelario, donde permanece alojado en la actualidad. Se trata de una cárcel que no tiene muros sino un alambrado perimetral; sólo aloja internos que no cumplen condenas por delitos graves o están próximos a recuperar la libertad y en su mayoría los presos superan los 60 años.
Robledo Puch fue condenado el 27 de noviembre de 1980 a “reclusión perpetua con la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado” por la Sala I de la Cámara de San Isidro, que lo encontró culpable de 11 homicidios, entre otros delitos.
Hijo «ejemplar», trilingüe –estudió inglés y alemán–, asiduo concurrente a misa y dueño de una sensibilidad particular para el piano, Robledo Puch empezó a robar a mano armada a los 16 años. No quería llenarse la panza, sino tener plata para comprarse motos y manejar cupés Dodge Polara.
A los 18 empezó a asesinar a sus víctimas y a los 20 lo detuvieron. En su último asalto, además de matar al sereno de una ferretería, ejecutó a su cómplice, sin darse cuenta de que el joven tenía su DNI: la Policía lo identificó y llegó hasta él.
Jorge Ibáñez fue su primer cómplice. Lo conoció a los 16 años y murió en agosto siguiente en un presunto accidente de auto en el que también estuvo involucrado Robledo Puch.
La seguidilla continuó con su segundo cómplice, Somoza, quien fue en febrero de 1972 la última víctima del “Ángel Negro”, al que detuvieron un día después de ese crimen en Tigre.
La principal prueba de la Policía para localizar a Robledo Puch fue su documento de identidad, hallado en el bolsillo de la camisa de Somoza, a quien mató con el soplete que utilizaban para violentar las cajas fuertes.
Desde que fue condenado en 1980, todos los tribunales le negaron su excarcelación.
Desde hace 48 años, Robledo Puch sólo estuvo en libertad tres días, cuando en 1973 se fugó de la cárcel de La Plata.
Durante su tiempo en prisión, el interno fue trasladado en 2003 al neuropsiquiátrico de Melchor Romero luego de haber prendido fuego el taller del penal de Sierra Chica vestido de Batman; y en 2007 a la cárcel de Azul para realizarse estudios médicos durante los cuales no dudó en asegurar que cuando saliera de la cárcel iba a suceder a Juan Domingo Perón.
Después de cumplir 35 años en prisión, «El ángel de la muerte» hizo varios pedidos a través de su abogados para que le concedieran la libertad. El último tribunal que le negó la excarcelación fue la Cámara de Casación bonaerense, que en 2015 se basó en una pericia psiquiátrica. Ese estudio indicó que Puch “no reúne las condiciones para el reingreso al medio libre. Carece de mentalidad reflexiva del accionar transgresor, reconociendo tan sólo ser autor de los robos cometidos con el fin de ayudar a los necesitados”.
En 2016 y a los 64 años, le escribió una carta a la ex gobernadora María Eugenia Vidal, a quien le solicitó un «indulto extraordinario».
“Señora Vidal: He cumplido inexorablemente con todos los plazos legales y cronológicos que la ley estipula desde que fui detenido aquel fatídico jueves 3 de febrero de 1972”, decía el texto manuscrito, al que accedió Clarín. “La presente se ha convertido en una pena que se agotaría con la muerte, siendo que la pena de muerte no cuenta con precedentes en nuestro país; y no sería bueno que justo ahora se estableciera uno porque, señora Vidal, se transformaría en una pena desproporcionada, cruel, inhumana y degradante. Razón por la cual, señora gobernadora de la provincia de Buenos Aires, Robledo Puch está solicitando un indulto extraordinario inmediato”.
Robledo Puch también habló de sus problemas de salud, contó que sufría de asma y EPOC y aseguró que en la cárcel no recibía el tratamiento adecuado.
Carlos Robledo Puch en su celda de Sierra Chica en 2016.
El 10 de mayo del mismo año, Robledo Puch fue trasladado desde la cárcel de Sierra Chica a la Asesoría Pericial de San Isidro para ser sometido a distintos estudios médicos.
Su vida fue llevada también al cine: el 11 de mayo de 2018 tuvo su premiere mundial en el Festival de Cannes el filme “El ángel”, que llevó a la ficción su historia interpretada por el actor debutante Lorenzo Ferro en una película dirigida por el realizador Luis Ortega.