El combo que golpea al precio de la carne
Inflación, retención de hacienda y un «rulo» con las exportaciones:
Víctor Tonelli, analista del mercado de carnes, sostiene que los precios de los cortes vacunos seguirán altos, por la falta de oferta, derivada del costo del engorde. Y también inciden la inflación y la situación macroeconómica.
La extensión del acuerdo con los frigoríficos por 15 días, para vender diez cortes a precios populares hasta un 30% menores al mercado interno, desnudó una trama que incluye, el impacto de la inflación; la suba de los granos, en especial el maíz; cierta especulación en distintos eslabones de la cadena y hasta maniobras de subfacturación de exportaciones.
Víctor Tonelli, reconocido consultor del mercado de carnes, aseguró que en este escenario la clave es la escasa oferta que presiona sobre los precios. Y espera que «al menos hasta junio o julio no se va a regularizar la oferta».
– Hay mucho ruido con los precios en las carnicerías. ¿Qué está pasando hoy en este mercado?
No es ninguna novedad que el consumidor medio argentino está con muy poca capacidad de compra y claramente eso se nota en el punto de venta. Los carniceros dicen que, dependiendo del día y de la ocasión, venden bien algunos cortes pero les cuesta mucho integrar la totalidad de los cortes, con lo cual les cuesta cerrar el negocio.
– ¿Cuál es el punto de equilibrio en la industria de la carne?
Hasta que no se vende el último pedazo, para ser extremo, no cierra la cuenta. Si se vende muy bien el asado, la paleta y la bola de lomo pero no se terminó de vender el cogote, el garrón y el lomo, las cuentas no cierran. Antes era todo más homogéneo porque a la salida de los animales del feedlot, en general, había dos grandes categorías, una de animales bien terminados, con una participación importante en la oferta; una categoría de animales con menos terminación, inferiores en términos de calidad y precios.
Hoy uno ve que animales muy bien terminados en el mercado de Liniers, que en el conjunto no sé si suman el 5%, muy poco, se terminan pagando a lo mejor $ 200 el kilo vivo. Pero el grueso de los animales de la misma categoría (novillito o vaquillona) con terminación a pasto, que a lo mejor es el 90% del mercado, se vende un 15% más barato. Pero se toma como que el precio del novillo o el novillito llegó a $ 200 en Liniers, ser arma un lío y los que quieren remarcar aprovechan la suba de los muy buenos para vender más caro los no tan buenos, que compraron al mismo precio de diciembre.
Eso hace mucho ruido en el mercado, pero la verdad que no hay hoy una demanda que sostenga la suba de todas las categorías, de todas las carnes.
– ¿No se consumen por falta de capacidad de compra o hay otras razones?
Porque no hay capacidad de compra. El gran lío que se armó desde septiembre u octubre a la fecha es que lo que ha subido es el costo del engorde, porque los animales que están a campo, que el productor ha comprado y está reteniendo a bajo costo en forma pastoril, metiéndole algunos kilos con mucha más demora en el proceso productivo, no los manda al feedlot.
– ¿Pero por qué no los envía al corral?
Primero, porque los tiene como resguardo de valor, como moneda sustituta, que es un tema que se empezó a hablar en 2020 y hoy las circunstancias son iguales. Además, la incertidumbre de que algo puede pasar en un país que emitió lo que emitió, y donde reactive un poquito la economía los precios van a volar, por más que no le guste al Gobierno, es casi inexorable.
El productor tiene incertidumbre de que algo puede pasar en un país que emitió lo que emitió, y cree que si reactiva un poco la economía los precios van a volar, por más que no le guste al Gobierno
No se puede emitir como se emitió, tener un dólar pisado, con una brecha que excede el 70% y pretender que no pase nada con los precios. Y encima no te dejan comprar dólares, porque antes la gente iba al mercado primario o secundario y se cubría. Ahora la gente lo último que quiere tener son pesos. Dice ya compré los insumos, hice construcción, las máquinas no me las las entregan, entonces ‘me quedo con la hacienda’.
– ¿La situación macroeconómica y el costo del engorde están afectando el precio de la carne, entonces?
Totalmente, afectan la oferta, para ser más claros. Al no enviar los animales al feedlot, éstos siguen estando a pasto y cuando en el feedlot ganaban 1,2 kilos por día, en el pasto ganan 600 gramos, la mitad. Para llegar al final además de necesitar energía, lleva el doble de tiempo. Ha habido un cambio importante en el proceso productivo, que alarga los tiempos de los animales a faena.
– ¿Cuándo puede regularizase esta situación?
En no menos de 6 meses a un año. No es que esto se resuelve el mes que viene o el otro.
– ¿Todavía no se están mandando animales a feedlot?
Se está mandando mucho menos. Los últimos datos conocidos, reales, son de enero y febrero. En cada mes se mandaron 100.000 animales menos al feedlot. Son 100 mil animales que a los tres o cuatro meses no salen al mercado. Desde noviembre son 300.000 animales menos. Por lo menos hasta junio o julio para ser optimistas, no se regulariza la oferta y habrá escasa oferta de animales bien terminados, que en definitiva es lo que premia el consumidor. Los buenos animales valen $ 200 el kilo, los otros valen $ 170 o $ 160, pero ésos nadie te los cuenta, los muchachos se suben siempre al globo más alto.
– ¿Hasta regularizar la oferta se traduce por precios que van a seguir calientes?
La oferta va a seguir escasa, con lo cual habrá tensión. Para lo bueno y bien terminado, claramente el precio va a subir, para el resto tal vez no.
– ¿Cómo está la exportación? ¿Se recuperaron los precios internacionales?
En la exportación hay otro problema mucho más difícil de resolver. Hay mercados muy demandantes, que además pagan bien. Pero por otro lado, una parte no menor de los operadores -no todos por supuesto- pero que no son los grandes, están haciendo el «rulo».
– ¿Cómo es eso?
Es un rulo descarado, un rulo obsceno. Estamos hablando de 30%, 35% y hasta 40% de subfacturación en las exportaciones, que les permite salir al mercado a pagar valores que no cierran para el que lo hace formal. Se está generando una informalidad en la exportación que nunca ocurrió.
Estamos hablando de 30%, 35% y hasta 40% de subfacturación en las exportaciones, que les permite salir al mercado local a pagar valores que no cierran para el que lo hace formal.
– ¿Quién pierde en esta maniobra?
Al productor le pagan muy bien pero cuando exportan, subfacturan. Por ejemplo, en lugar de declarar u$s 5000, declaran u$s 4000. Pagan retenciones por 4000 dólares y los otros 1000 vuelven en un esquema acordado con el importador, claramente, o a través de una tercera empresa que hace el clearing, y después vuelven u$s 1000 al MEP, al Bolsa o al Contado Con Liquidación.
Usted exporta los u$s 4000 a $ 83, que es lo que el Gobierno paga neto de retenciones, sobre eso si cabe pagás Ganancias, otros impuestos y tasas, y los otros u$s 1000 que quedaron afuera, vuelven a $ 140. Después se dan vuelta con esos $ 140.000 y le pagan al productor un 15%, 20% o 30% en negro, porque esa plata obviamente no puede volver al circuito formal. Es muy grave.
Ahora salió el Ministerio (de Agricultura) con una notita, diciendo que estaban controlando que habían detectado 15 operadores con 40 toneladas. ¿Cuarenta toneladas detectaron? Se exporta a un ritmo de 2500 toneladas por día. Por favor, para eso no digan nada, es un papelón. Si todo el control es 40 y se está exportando 2500 por día …..
– Todo esto es costo para el Estado.
Por supuesto, es costo para el Estado porque no percibe, pero lo más grave, es que el Estado también, de alguna manera, hace trampa con la brecha cambiaria. En esta situación. Los exportadores dicen me estás dando un dólar, que ya me dijiste que lo vas a planchar contra la inflación. Quiere decir que cada día que pase voy a recibir menos pesos, cada día voy a ser menos competitivo, me seguís cobrando retención del 9%, no hacés nada para que mis competidores terminen pagando hacienda a un valor que yo no puedo pagar, porque no puedo hacer el «rulo», pago la hacienda cara y encima me pedís que mantenga precios a 30% más barato.
– ¿Esto es lo que está detrás de la extensión del acuerdo por sólo 15 días?
Ésta es la discusión de hoy. Se sentaron a hablar de eso, que el Gobierno había prometido en una charla en diciembre. Ahora quieren otro acuerdo, pero bueno le dieron 15 días, a ver si se avanza con alguna de las demandas.
– O sea que la pelota está del lado del Gobierno.
Sí, la pelota hoy está en el Gobierno.
– En este contexto las exportaciones vienen bien.
Vienen súper bien porque el mercado está más demandante que el año pasado.
– ¿Ya se recuperaron los precios a niveles pre pandemia?
Sí, ya se recuperaron, China subió arriba del 20% los valores de octubre. Europa es distinta, porque es el mercado que más está sufriendo, el que tiene más volatilidad e incertidumbre. Los restaurantes están cerrados y ahí es básicamente donde se consumen las carnes argentinas. Arrancó la vacunación, en enero los importadores dijeron: a este ritmo y cuando llegue la primavera vamos a tener demanda, llegaron a pagar u$s 14.000 la tonelada. Hoy está de nuevo a 9 o 10 mil dólares, porque volvió otra vez la depresión y la caída de expectativas.
En uno o dos meses, pensando en consumo de junio o julio, en el verano europeo vuelve a subir. Es un sube y baja de un 30 o 40%, una locura. Europa está con este tema, Israel mantiene su ritmo y paga bien, Estados Unidos también, Chile con sus más y sus menos mantiene un determinado precio y en China se recuperó un 20% el precio en los últimos seis meses. Este es el panorama hoy.
EL CRONISTA
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