Locales

El Concejo Deliberante prohíbe las “bombas de estruendo” a partir de 2020

Como entrará en vigencia a partir de marzo, en año nuevo no habrá restricciones.  

Con un recinto plagado de globos azules, símbolo de la integración de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), los concejales de San Miguel de Tucumán aprobaron la ordenanza que prohibe la comercialización y uso de pirotecnia cuyo estallido provoque un estruendo superior a los 70 decibeles.

El objetivo es evitar la afectación, sobre todo durante las fiestas, que este tipo de cohetes provocan en personas con autismo y evitar también el daño a la audición de los vecinos de la ciudad. Los fuegos artificiales coloridos podrán seguir comercializándose con normalidad. La medida entrará en vigencia a partir de marzo de 2020.

“Este proyecto es un aporte para la inclusión social, para que las fiestas no signifiquen angustia para ninguna familia”, expresó Cristian Petersen, aliado a la gestión del intendente, Germán Alfaro. Y agregó: “regirá a partir del año que viene por lo que con esto no estamos afectando a quienes se dedican a esta actividad. Pido que sigamos concientizando para que la sociedad de forma voluntaria este año no tire cohetes ruidosos y todos los vecinos de la capital podamos vivir una fiesta en paz. Por eso este proyecto es llama ‘Más luces, menos ruido’”.

Una vez reglamentada, la Municipalidad deberá controlar que en la ciudad no se comercialicen ni se manipulen los cohetes del tipo “bomba de estruendo”, “rompeportones” o petardos a partir de 2020. El proyecto sancionado incorpora nuevas reglas para el uso de pirotecnia a la ordenanza 4.993, propuesta este año por el radical Agustín Romano Norri y aprobada en abril por el cuerpo. Esta normativa establecía como “Zonas Calmas” al radio de 100 metros a la redonda de hospitales, centros de salud, geriátricos, salas velatorias y estaciones de servicio donde están prohibidos todo tipo de artefactos de pirotecnia.

“El año pasado se había aprobado una ordenanza mía que prohibía todos los cohetes, pero que fue vetada por la Intendencia porque la regulación afectaba los derechos de libre comercio. En abril presenté otro proyecto, que se aprobó como ordenanza 4.493, donde se aplican reglas para la utilización de pirotecnia. Esa norma de abril aceptaba cohetes cuyo estallido ocasione hasta 84 decibeles de ruido, ahora, con esta norma, aumentamos el control y reducimos el límite a 70 decibeles. Estamos aumentando la regulación”, explicó Romano Norri sobre la norma que promovió Petersen, su compañero de bancada. Entre el público, grupos de organizaciones civiles y de funcionarios municipales comenzaron a distribuir los globos azules que marcaron la sesión.

“Muchos no nos damos cuenta de que más allá de una diversión se producen daños en otros, personas con TEA, con problemas de audición, y a los vecinos en general, porque el estruendo afecta la audición de todos. Es mejor el ruido de dos copas chocando que este tipo de pirotecnia que causa daño”, consideró el peronista José Luis Coronel. El bussista Ramiro Ortega, uno de los firmantes del proyecto, manifestó el acompañamiento de su bancada. Los peronistas Ernesto NagleSara Assán y David Mizrahi destacaron la medida y solicitaron tres modificaciones: que la normativa sea aplicada por el municipio a los 90 días de su aprobación, que el municipio provea de un listado taxativo de los cohetes que podrán comercializarse y que cada producto consigne en su etiqueta la cantidad de decibeles que produce al estallar.

La sesión fue particularmente emotiva para un puñado de concejales que tienen hijos y sobrinos con TEA. “No puede ser que algunas familias brinden con cohetes ruidosos mientras otros están en un cuarto protegiendo a sus hijos para que no se autolesionen”, agregó Petersen antes de la aprobación.

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