El detrás de escena de las crucifixiones reales en Filipinas
El país de Asia con la mayor cantidad de población católica celebra la Semana Santa de una forma muy particular
La Semana Santa se vive en todo el mundo, aunque con muy distintos matices. En Filipinas, año con año, las crucifixiones reales atraen a miles de turistas y locales que se acercan a ver esta celebración particular.
En diálogo con Café Prensa, Sara Gómez Armas, corresponsal de la agencia de noticias EFE en Manila, contó en detalle cómo se vive esta festividad en el país más católico de Asia. “Las crucifixiones se producen en varias ciudades del país, pero la más famosa es la de San Fernando de Pampanga donde esta tradición empezó en los años ‘50”, relató.
Lo curioso es que, desde 1985, Rubén Enaje es quien desempeña el papel de Cristo. “Él era un pintor que se cayó de un andamio desde el tercer piso y no le pasó nada. Lo consideró un milagro y le prometió a Dios crucificarse en su homenaje”, contó Gómez Armas.
Sin embargo, Enaje se siente cansado y grande para seguir desempeñando el papel de Cristo. “El año que viene cumplirá 60 años y dice que sus huesos no son tan fuertes como antes. Pide un sustituto, pero también prometió que seguirá haciéndolo hasta que aparezca. Le gustaría dar paso a nueva generación”, agregó.
Otro aspecto a destacar es que la Iglesia Católica, institución que tiene un gran influencia en Filipinas desde la época colonial, no aprueba las crucifixiones. “No ha prohibido los ritos, pero sí que todos los años realizan declaraciones en las que afirma que no es necesario que la gente se someta a este dolor”, precisa Gómez Armas.
No obstante, ella considera que es muy poco probable que dejen de hacerse: “Cada vez más gobiernos regionales se suman a este tipo de actividades principalmente porque es una gran fuente de turismo. Mientras tenga el apoyo de las autoridades, seguramente seguirán”.