El dique de Tafí del Valle se convierte en un lago de basura
El desastre en el que dejaron los visitantes al dique La Angostura este verano es una muestra cabal de la falta de conciencia sobre el valor del patrimonio turístico.
Malhaya triste destino, los lagos y diques argentinos, podría haber dicho Atahualpa Yupanqui al observar la basura que campea en el dique La Angostura.
Cabe recordar que este espejo de agua no fue construido para proveer de energía eléctrica ni riego a campos río abajo, es solamente un lago turístico y con la intención de controlar los eventuales desbordes del río Los Sosa. Hechura del último gobierno militar que sufrieron los tucumanos.
El arribo de miles de veraneantes, ávidos de vivir una experiencia distinta durante sus días descanso, dejó sus marcas en el espejo de agua tucumano. Lo que en un principio era un pastizal inundable y luego un lago en el que habitan numerosas especies de aves y con una flora riquísima, en poco tiempo más podría ser un vertedero maloliente, sucio que espante al turismo hacia otros destinos en que la naturaleza esté más incontaminada.
En la Angostura hay aves como las guayatas, gaviotas serranas , patos zambullidores grandes, patos colorados, becasinas andinas, flamencos comunes, teros andinos y provenientes de otras latitudes, halcones peregrinos. Se hallaron evidencias de cisnes coscoroba que intentaron hacer nido. También hay martín pescador grande, carpintero real, benteveo común (quetupí) , calandria real, zorzal chiguanco, yal plomizo, naranjero y otros.
Tucumanos y turistas hacen pedazos la naturaleza con la basura que dejan tirada todos los años, una porfiada tarea que no ha terminado todavía.
Entonces cabe la pregunta: ¿Los tucumanos tienen la provincia que se merecen? O más bien: ¿Los tucumanos se merecen la provincia que tienen?
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