Politica

El gabinete de Axel Kicillof tendrá mayoría de dirigentes leales a Cristina Kirchner

Arde el PJ porque los intendentes se quejan de haber sido desplazados en el reparto de cargos. 

Cristina Fernández es una mujer del poder. Dos veces presidenta, varias veces senadora nacional, ídem diputada, legisladora provincial, actual vicepresidente electa. Sigue ejerciendo el mando como en las épocas de su apogeo, aunque, en uno de los casos que la ocupa, con las limitaciones que le intenta imponer el presidente electo, Alberto Fernández.

La dinámica con uno de sus preferidos, el gobernador elector de Buenos Aires, Axel Kicillof, es la contraria. Quien asumirá el miércoles con la obligación de gestionar el distrito más grande, populoso, rico, pobre, el de mayores carencias, le liberó buena parte de los cargos de su Gabinete para que ella designe a militantes de su confianza. Kicillof completó el resto de su Gobierno con equipos propios, con los que ya trabajó en el Ministerio de Economía de la Nación.

No hubo consultas, pedido de consejos ni concesiones para los intendentes del PJ bonaerense. Ellos consideran que hicieron mucha fuerza política para que Kicillof ganase la elección. Buena parte de esos líderes de territorios arrasados hace décadas, en algunos casos, no por responsabilidad propia, sino de sus antecesores, quedaron fuera de la conformación de la gestión de la que necesitan datos o relatar los conflictos propios de cada distrito.

Son muchos conflictos. Son muchos distritos. Millones de personas viven en esas localidades donde también se necesita una firma de la Gobernación para ocupar cargos que parecen no ser relevantes pero terminan siéndolo para el día a día del trabajo de la administración local. Arde el PJ bonaerense.

El equipo de Kicillof está casi listo y fue armado por la vicepresidenta electa y por él mismo. Otras voces, otros ámbitos. Kicillof ha roto así una tradición del peronismo bonaerense que trabajaba de modo dual con el gobernador que era del mismo signo partidario. Esta vez no pasó.

Este escenario, de complejidad y problemáticas latentes, fue reconstruido por Clarín gracias al relato de varios intendentes y de fuentes del flamante gabinete del presidente electo. Varios de esos jefes comunales le preguntaban al periodismo por los nombres de los ministros de Kicillof. Hace 50 días que no les atiende el teléfono. Solo Cristina, Máximo y, en menor medida, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, tuvieron contactos con él.

Las relaciones empiezan mal para Kicillof, no solo con los intendentes más influyentes de su provincia, si no también con el presidente electo. Varias fuentes del PJ bonaerense reconstruyeron que opina Kicillof de Alberto Fernández: “Yo tengo mi equipo listo. No como Alberto que tuvo que formarlo a último momento. Se ve que amontonó gente sin ideas y ‘loteó’ el Gabinete. A mí no me va a pasar los mismo”, confesó, lenguaraz, el gobernador electo en una reunión con los poco intendentes cercanos, hace una semana, en José C. Paz, adonde asumió ayer un nuevo mandato Mario Ishii, ex menemista, ex duhaldista, ex kirchnerista, ex “vidalista” en una tramo corto, actual “kicillofista”, si existe ese neologismo.

Aunque parecen provenir de ámbitos diferentes, Kicillof, quizás por sugerencia de la vicepresidenta electa, privilegió a Ishii por sobre el resto de sus colegas: es el único que pudo convencerlo de designar a un hombre propio en el gobierno bonaerense. El rector de la Universidad de José C. Paz, Federico Thea, quien podría ser el secretario general de la Gobernación, o ministro de Justicia.

En ese encuentro con pocos intendentes del Conurbano, Kicillof escuchó las dudas, lamentos y una larga enumeración de conflictos que enfrentan en sus distritos. Pero no les dio respuestas para calmarlos. “Para ustedes ya habrá lugares para que pongan a su gente: pero en las segundas o terceras líneas de los ministerios”, los paró antes de escuchar sugerencias de nombres para su Gabinete. Más que pedidos personales de esos intendentes, eran quizás parte de una lista de enigmas mezclados con bronca que se acumularon de modo colectivo entre el resto de los líderes territoriales.

Kicillof sabe que tiene el total apoyo de la vicepresidente electa, Cristina, su única jefa, según admite en la intimidad, poniéndola por encima del presidente electo. Y de Máximo Kirchner, con quien sin embargo discutió por temas de gestión hace veinte días. Ni siquiera ante él se permitió ceder a pedidos para ocupar designaciones importantes. Terminó por abrir una negociación que bajó la tensión entre ambos.

Las críticas de Kicillof contra Alberto Fernández llegaron rápidamente a las oficinas del presidente electo, confirmó Clarín por fuentes que a partir del viernes fueron confirmadas como ministros nacionales. Ese mismo día, antes de que Alberto presentara a su equipo de gobierno, Kicillof acompañó a Cristina a la presentación del documental Tierra arrasada, del nuevo ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer.

Kicillof informará mañana a los intendentes a quiénes eligió para su Gabinete. La reunión se hará en Esteban Echeverría. Al cierre de esta edición, el Gabinete contaba con casi todos los puestos confirmados. El vértigo de la política puede generar algún cambio: resta confirmar si Sergio Berni acepta ser ministro de Seguridad.

Sus principales figuras, además de quiénes ocuparán los cargos legislativos más relevantes, son las siguientes:

Jefe de Gabinete: Carlos Biano, secretario de Relaciones de la Cancillería en la era K.

Ministro de Economía: Pablo López, secretario de Finanzas cuando Kicillof fue ministro.

Ministro de Producción y Trabajo: Augusto Costa, secretario de Comercio Interior de la era Kicillof.

Ministra de Educación: María Agustina Vila, jefa de asesores de Kicillof en Economía.

Ministra de Acción Social: Fernanda Raverta, militante de La Cámpora. Fue candidata a intendenta de Mar del Plata y perdió.

Ministra de Gobierno: Teresa García, jefa del bloque de senadores provinciales y ex secretaria parlamentaria en la bancada de diputados nacionales. Cristinista pura.

Ministro de Salud: Daniel Gollán, titular de esa cartera en la Nación durante el último mandato de Cristina. En este cargo también se había mencionado a quien lo secundó en el mismo organismo pero a nivel nacional, Nicolás Kreplak, hermano del juez electoral Ernesto Kreplak.

Ministro de Justicia: Hasta ayer por la tarde se descontaba que sería Juan Martín Mena, quien trabajó en el Ministerio de Justicia Nacional en la gestión de Cristina. Es consejero judicial de Fernández. Su nombre se hizo más conocido para la opinión pública politizada cuando asumió como subjefe de la ex SIDE tras la purga que ordenó realizar entre los servicios de Inteligencia el otro flamante jefe K de ese organismo clave, Oscar Parrilli. Mena fue uno de los redactores del Pacto con Irán. Ayer por la noche, circuló una versión entre el nuevo funcionariado nacional de Alberto Fernández que indicaba que Mena sería finalmente designado en un cargo nacional. Si eso terminara siendo así, su reemplazante podría ser el Rector de la Universidad de José C. Paz, Federico Thea. Si el plan inicial no se modifica, Thea entonces sería el Secretario General de la Gobernación.

Ministra de Género: Cecilia Moreau, ex diputada del Frente Renovador. Frecuente visitante del Instituto Patria, las oficinas de Cristina.

Secretaria de Medios: Jéssica Rey, histórica vocera de prensa de Kicillof.

Presidente del Banco Provincia: Juan Cuatromo, ex director del Banco Central (ver página 20).

Presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia: Federico Otermín, legislador bonaerense, ex secretario de Comunicación y Cultura de Lomas de Zamora con Martín Insaurralde. Otermín se habría ganado la confianza de Máximo Kirchner.

Vicepresidente de la Cámara de Diputados: Carlos “Cuto” Moreno, ex diputado nacional, de antigua relación política con los Kirchner.

Como ya se contó, falta conocer quién estará a cargo nada más ni nada menos que de Seguridad. El candidato con más chances es Berni. El gobernador electo sólo aceptó las imposiciones de Cristina. Tanto fue así que entró en tensión con su amigo Máximo Kirchner, jefe del bloque de Frente de Todos en la Cámara de Diputados, porque éste le habría sugerido que nombrara a uno de sus hombres más confiables, Hernán Reibel Maier, de La Cámpora, como secretario de Medios bonaerense. Kicilloff no cedió ante ese pedido y la relación con el primogénito K dejó de ser armoniosa.

La paz entre ellos habría vuelto cuando Kicilloff le garantizó a Máximo que sus dirigentes podrían ocupar los cargos más importantes de organismos como el Grupo Bapro, Lotería Provincial, o la obra social IOMA. Nada esta definido aún.

Según fuentes del PJ bonaerense, el malestar de los intendentes con su gobernador no solo es porque quedaron relegados de la discusión sobre la formación del Gabinete. También aguardan conocer quiénes serán los directores de los hospitales que están en sus distritos pero que dependen de la administración provincial. Lo mismo que las autoridades de las sedes locales de los registros civiles, los jefes regionales de Educación o de la obra social de los empleados bonarense, IOMA.

Kicillof le había ofrecido un cargo relevante a quien fue ministra de Economía bonaerense durante la gestión de Daniel Scioli, Silvia Batakis, pero bajo condiciones que ella consideró inaceptables. Es probable que Batakis ocupe ahora un puesto en el Ministerio del Interior.

Berni resiste la oferta de manejar la Bonaerense

Axel Kiciloff cree que su gabinete es el más apto de los que funcionaron hasta ahora en Provincia. Pero hasta ahora no logró asegurarse un puesto clave: el de ministro de Seguridad. Es quien debe liderar cada día con uno de los conflictos que más se extiende en el distrito.

Quien sea designado en ese cargo debe tener además el conocimiento y el carácter suficiente para controlar a la Policía bonaerense, el “ejército” de uniformados más grande de la Argentina.

Son más de noventa mil hombres y mujeres. Según fuentes del PJ bonaerense, y de otras involucradas de modo directo en esta trama, Kicillof, o la propia Cristina Fernández, intentaban convencer por estas horas al ex secretario de Seguridad en la era K, Sergio Berni, para que acepte hacerse cargo de un nuevo desafío.

Este diario pudo saber que Berni, por el momento no habría confirmado su participación en un puesto de tan alta conflictividad. Pero quizás lo haga en breve.

Cristina Kirchner vería con buenos ojos que su ex secretario de Seguridad vuelva a ocupar el mismo cargo en el equipo de Alberto Fernández, para controlar a las fuerzas federales. Hasta ahora no lo logró.

FUENTE DIARIO CLARIN

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