El poder de La Cámpora en el nuevo gobierno
Qué manejará en la Rosada y el Congreso.
Wado de Pedro será ministro del Interior y Máximo, jefe de los Diputados. Los otros cargos y nombres en disputa. La puja abierta con Kicillof.
La Cámpora tiene dos jefes: Máximo Carlos Kirchner y Eduardo “Wado” De Pedro. El primero será el jefe del bloque de Diputados del “Frente de Todos” y el otro, ministro del Interior de Alberto Fernández. En la estructura de la agrupación del kirchnerismo el orden sigue con Andrés “Cuervo” Larroque y Mayra Mendoza: el primero volverá a la Cámara de Diputados (donde será mano derecha de Máximo) y la mujer, ganó la intendencia de Quilmes.
El otro miembro de la conducción es Mariano Recalde, quien resultó electo senador nacional por CABA y estará muy cerca de Cristina Kirchner en los próximos 4 años en los que la ex jefa de Estado oficiará de titular del Senado. Luego aparecen Luana Volnovich, diputada de estrecha confianza de Máximo y especialista en temas previsionales, que recalará -casi con seguridad- en el PAMI. También hay que contar a Virginia García, hermana de la ex esposa de Máximo y que CFK tiene a su lado, desde diciembre de 2017, y que ocupará un rol importante en el Senado que viene.
Esos nombres, más el de Anabel Fernández Sagasti (podría ser la presidenta provisional del Senado) conforman el primer y segundo cordón de poder de La Cámpora, que ya dejó de ser una agrupación juvenil. Y en eso, precisamente, justifican los lugares que están consiguiendo en la administración de Alberto Fernández, en el copamiento de la Cámara alta y en algunos casilleros del Gabinete de Axel Kicillof, algo que aún sigue siendo un enigma.
La intención camporista es la de ubicar en el Gabinete bonaerense a Fernanda Raverta, en Desarrollo Social; la dirigente viene de perder la elección a intendente en Mar del Plata. También suenan Santiago Carreras (saliente senador provincial que jugó en Boca junto a Víctor Santa María) y Horacio Pietragalla, en Derechos Humanos. La idea de que otro referente de ese grupo, como Rodrigo «Rodra» Rodríguez recale junto a Kicillof asoma, hoy, difícil.
Alberto Fernández y Eduardo «Wado» De Pedro, a mediados de septiembre. El camporista sería ministro del Interior.
“Somos parte activa del crecimiento generacional del peronismo, eso se ve en los compañeros que asumirán roles clave en los futuros gobiernos nacional y bonaerense. Y también, en los intendentes que logramos”, asegura un hombre que participa del armado camporista desde la primera hora y que ha formado parte de los elencos cristinistas en el Estado.
Esa llegada de Máximo a la Jefatura del bloque de diputados nacionales, la de Wado a un ministerio clave como el de Interior o la consecución de intendencias como la de Quilmes, Luján o Santa Rosa (La Pampa) es vista como una especie de “coronación”, en la acepción de “llegar al final o a la culminación de una cosa, de manera satisfactoria o brillante”. En La Cámpora prefieren ese sentido al otro que da la Real Academia Española, que es la de “poner a alguien una corona en la cabeza como signo de soberanía, especialmente a un emperador, rey o reina en el inicio de su reinado”.
En el debe, además de la derrota de Raverta, habrá que contar las caídas de Sagasti para la gobernación de Mendoza y la de Juan Debandi, en Tres de Febrero ante Diego Valenzuela (PRO), luego de que el Frente de Todos ganara las PASO por 10 puntos. Aunque no se la considera pura, la agrupación también apoyaba a Florencia Saintout, un caso similar al de Debandi: con varios precandidatos había prevalecido en las primarias, pero luego perdieron en el mano a mano en la general.
Doble comando
La Cámpora seguirá operando en dos planos: uno superestructural, con los altos cargos conseguidos, y otro territorial, donde “Cuervo” Larroque tiene presencia y mando. El trabajo en villas como la 31, la 20 de Lugano, el Bajo Flores (con el obispo Carrara) o la 21-24 de Barracas, donde encuentran en el padre Toto de Vedia otro referente de los llamados “curas villeros”, con los que los jóvenes K mantienen afinado el armado.
Lo súper estructural lo mantendrán en la Provincia cuando Kicillof defina su elenco ministerial y probablemente con Federico Otermín, hombre de Martín Insaurralde quien, desde Lomas de Zamora, asoma como posible titular de la Legislatura bonaerense. Para lo territorial en suelo bonaerense asoman también Iván Villagrán -electo intendente de Carmen de Areco- y dos jóvenes ascendentes: Daniela Vilar (también de Lomas) y Florencia Lampreabe (de Hurlingham), ambas politólogas.
Este team y estos lugares son el inicio de una carrera: la del regreso del peronismo al poder -después de una experiencia de un mandato de la fuerza comandada por Mauricio Macri– y también del inicio del camino hacia 2023, donde Máximo Kirchner y los suyos tienen sus apetencias reales, cuando se defina otro turno presidencial. Todos y todas ellos tendrán, obviamente, cuatro años más de vida política pero también, casi 1.500 días más de ejercicio burocrático y de ejercicio del poder. Nada desdeñable para una organización que nació desde el poder, con Néstor Carlos Kirchner en el manejo de la estructura del Estado.