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En Chaco policías rociaron con alcohol a dos chicas Qom -(mira el video)

 Y las abusaron sexualmente. 

“Es cosa de todos los días, y con el coronavirus se agravó”, comentó Daniel Rolón, integrante del comité provisorio indígena por la pandemia. Lo que se agravó es la persecución policial a la comunidad Qom en la provincia de Chaco, más precisamente en la localidad de Fontana. 

“Siempre los policías buscan excusa para golpear a los chicos. Pasan por los barrios a insultar a los jóvenes aborígenes para provocarlos y que reaccionen. Ahora con la prohibición de salir, después de las nueve de la noche persiguen a todos. Y venían persiguiendo a unos muchachos que pasaron por la casa de la señora Elsa Fernández. No entraron a su casa, solo pasaron. Pero la policía tiró abajo la puerta y les pegó a todos los que estaban adentro. Y se llevaron detenidos a dos chicos y dos chicas: a una hija, un hijo, un sobrino y una vecina de Elsa. Y a las chicas en la comisaría las rociaron con alcohol y las abusaron sexualmente”.

No solo les pegaron. También hubo balas y tortura. Y después en la comisaría, abuso sexual. “Había una pelea con unos muchachos pero pasaron de largo, ellos creyeron que entraron acá, por eso entraron con violencia. Me atropellaron y me empezaron a decir que pongo música, pero son mis vecinos los que ponen música fuerte toda la semana. La agarraron del cabello a mi hija y la arrastraron y entre seis policías agarraron a mi hija y a mí. El oficial Antonio Fernández me pegó con la 9 milímetros en el rostro y después entraron a agarrar a mi sobrino y le pegaron contra la pared. Ahora está todo desfigurado. Y después agarraron a mi hijo, que no estaba en ese momento en la casa, venía de la casa de su papa”, resume Elsa Fernández. 

“A los chicos los molieron a palos. Y a las chicas es irreparable lo que le hicieron, todavía no se animan a contar, solo lloran y tiemblan”, nos cuenta Daniel Rolón y después nos manda un video donde una de las chicas abusadas intenta contar entre lágrimas lo ocurrido: “’Ya les tiramos alcohol, ¿ahora quién las prende fuego?’, preguntaba uno de los policías. Después entraron de vuelta y nos patearon. Eran todos hombres. Como cinco”.
Eran policías que debían estar cuidándolas. Ahora, tras conocerse los hechos, debieran estar detenidos. Pero no. “Todavía no hay ningún detenido. Estamos indignados, hoy están trabajando, la misma guardia de la Comisaría Tercera que estuvo trabajando esta mañana es la que hizo todo esto el sábado por la noche”.

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