En las plazas de la Ciudad habrá dispensers de bolsitas para el perro

En siete de cada 10 hogares hay una mascota. Como en las principales ciudades, en la capital tucumana cada vez más personas tienen perros como compañía en departamentos. Los perciben como miembros de la familia. Y están dispuestos a todo para brindarles confort. Por eso, entre otras cosas, a diario los sacan a pasear por las plazas o peatonales. Las consecuencias de esto también tienen su lado negativo: en la actualidad los excrementos de los canes se han convertido en uno de los problemas que más afectan a los vecinos y que inciden en la salud pública.

Las heces de perros aparecen en canteros, veredas, calles, cordones, entradas de casas y edificios. Pero es en las plazas donde más preocupa la presencia de la materia fecal. En sitios como la plaza Urquiza o la San Martín no hay sendero que quede a salvo.

Mientras que en la ciudad de Mendoza a quienes no levantan la caca del perro los escrachan con megáfonos y los pueden multar con sanciones que van de $ 5.000 a $ 12.000, en nuestra provincia es muy difícil de controlar esta conducta. Si bien acá también hay sanciones económicas previstas, las multas son difíciles de aplicar o directamente nunca se llega a multar a quienes no cumplen con las normas de buenos vecinos.

“Aquí son pocos los dueños que asumen la responsabilidad y levantan la suciedad de los perros. Hace un ratito un caniche hizo sus necesidades en el cantero y la dueña miraba para otro lado. Los chicos que juegan aquí alzan cosas del piso o se caen y después llevan las manos a la boca. Es un peligro”, reclama Mateo Astorga, vecino de la plaza San Martín. Su amiga, Eloísa, cuenta que una vez le reclamó a un paseador de canes que juntara las deposiciones de los animales que llevaba, pero que el hombre le contestó: “¿acaso la plaza es tuya?”. “Debería haber multas”, opinó.

La iniciativa

Ante la falta de sanciones, de controles y de conciencia, al concejal Agustín Romano Norri se le ocurrió que podía ser una buena idea instalar en los paseos públicos dispensers con bolsitas para que aquellos que sacan a pasear a sus perros se ocupen de levantar la materia fecal que dejan los animales. La iniciativa fue tratada con funcionarios del Ejecutivo municipal y de Espacios Verdes, informó el edil. “Es un asunto de sana convivencia social y además queremos evitar los riesgos para la salud”, destacó. El primer dispenser será colocado hoy a las 18 en la plaza San Martín, y continuarán instalándolos en los próximos días, adelantó Romano Norri. “En Tucumán no hay cultura de recoger los desechos de los animales. Cuando tenemos una mascota debemos ser responsables y recoger sus necesidades si la sacamos a pasear; de lo contrario estamos violando el derecho del otro, contaminando el ambiente y limitando el uso de espacios públicos”, expresó.

“Si los desechos de los perros no se levantan pronto, los parásitos siguen ahí. Muchas calles, plazas y parques suelen estar contaminados con heces, ya que estas contienen parásitos que pueden provocar enfermedades”, aseguró Romano Norri.

¿Cómo nos afecta?

“La materia fecal de los animales en la vía publica no es un problema causado por los animales, sino por sus dueños”, sostiene, firme y directa, la doctora Antonia Lavenia, docente de la cátedra de Parasitología de la UNT.

Precisó que además de la ordenanza municipal que exige a los dueños de animales alzar las heces, la ley provincial indica que la tenencia responsable es vacunar y desparasitar las mascotas, además de hacerse cargo de la recolección de sus desechos y anotarlos en el registro.

¿Por qué es importante que esto se cumpla?, le preguntamos a la doctora Lavenia. “Si los perros tienen parásitos, los eliminan con la materia fecal y esa deposición se convierte en un posible foco de transmisión de enfermedades parasitarias. Contaminan el suelo, el ambiente, el agua de riego y esas formas parasitarias además, pueden ser transportadas por vectores (como las moscas) hacia los alimentos. Como ejemplo, los perros tienen un parásito que se llama Toxocara canis”, describe Lavenia. Podemos encontrarlo en las heces del can, en el suelo o en el arenero donde los chicos juegan. “Los diferentes parásitos que pueden tener los perros pueden producir en el hombre diversas parasitosis. Algunas más graves que otras; como la toxocariosis ocular, que puede conducir a la ceguera, la hidatidosis con quistes en hígado o pulmón que requieren cirugía en su mayoría y otras más leves como ‘larva migrante cutánea’ que produce una lesión pasajera en la piel”, añade.

Sobran las razones para entender que la caca de los perros es una cuestión de salud pública, resalta la médica. Y aconseja levantar las heces apenas los animales hagan sus necesidades -tanto en los espacios públicos como en la propia casa- no tener contacto con la materia fecal y lavarse bien las manos.

Qué dicen las normas
La ordenanza municipal 4.832, sancionada en 2.016, obliga a los propietarios, tenedores o paseadores de perros que transiten por el espacio público a recoger las deposiciones de sus animales ya sea en una bolsa, con un papel o un cartón. Y quien no lo haga puede ser multado. La ley provincial de tenencia responsable de mascotas exige a los dueños desparasitar a sus perros, tener al día el calendario de vacunas, llevar una bolsa en cada salida a los espacios públicos para recolectar las deposiciones del perro, sacarlos a pasear con correa y collar para que impedir que ande por todos lados y se contagie de parásitos de otros caninos.

Minidispenser a sólo $ 50
Se calcula que un perro de 15 kilos evacua por día alrededor de 600 gramos de excremento, lo que significa un total de 18 kilos al mes, que se depositan en la calle o en las plazas donde los lleva su dueño o el paseador.  En la actualidad hay opciones que facilitan a los dueños hacerse responsables de la materia fecal. En cualquier veterinaria o Pet Shop se pueden conseguir por $ 50 minidispensers de bolsitas que se pueden colgar de la correa o del collar del animal.

Fuente La Gaceta