El festejo por el Día del Maestro terminó en pesadilla y rescate en el Río de la Plata
El catamarán en el que celebraban con una cena show encalló porque bajó la marea. Pasaron la noche a bordo y tuvieron que caminar 300 metros en el agua.
“Chicos, por favor, vayan todos juntos a la popa y salten con esta canción. El barco se paró. A ver si podemos destrabarlo”, dijo el DJ por micrófono. Eran alrededor de las 4.50 de la madrugada del lunes. La panza del catamarán Libertad había encallado en el lecho del río, a 300 metros de la entrada al Puerto de Olivos. La cena show había terminado dos horas antes, las mesas estaban replegadas a los costados para armar espacio de pista, el juego de luces del techo mutaba de verde a rojo, y de rojo a azul. Los vidrios, empañados. Era el festejo del Día del Maestro de 123 pasajeros, 86 mujeres y 37 hombres. Un festejo que la bajante abrupta de la marea frustró.. Improvisar un pogo al ritmo de canciones que las maestras ya no recuerdan fue la medida inicial para liberar la embarcación. No funcionó. “Algunos se pusieron a saltar. El DJ era bastante insistente. Lo repetía. Nosotras -un grupo de siete mujeres- nos quedamos sentadas y confundidas. No sabíamos si era una dinámica de juego o qué”, dijo a Clarín Julia que no es Julia, pero es docente, estuvo en la fiesta y quiere resguardar su nombre. “Es que cuando el barco se encalló no hubo aviso, ninguna frenada abrupta, no es un auto. Solo un parate, que percibimos con los minutos”.
En fila. Efectivos de Prefectura participaron de la evacuación de los docentes, que caminaron en fila y sosteniendo una soga. Foto: Néstor Garcí
Una bajante feroz, que dejó el río a una altura de 20 centímetros, era la razón de la pausa. Una mezcla mala entre viento y marea, que obligó a los maestros a pasar la noche en el barco y permanecer hasta las 12 del mediodía, cuando recién pudieron ser rescatados por Prefectura Naval. En el medio, una madrugada con hombres y mujeres saltando en la popa, siguiendo las órdenes del DJ.
En el grupo había un falso Ricardo Arjona y un falso Andrés Calamaro. Las tandas de música sonaban -la canción de Titanic incluida en el set-, en la barra se ofrecía 2×1 para relajar, también había sándwiches de miga gratis. Julia revisaba su celular, veía en el GPS que estaba cerca de la costa, abría el sitio web de Prefectura, llamaba a la guardia. Otras maestras la imitaban.
“El primer alerta nos llegó a las 4.30. Primero se envió a tres prefectos que, con trajes de neoprene y dos motos de agua, fueron acercándose. La inspección determinó que no podíamos llegar con gomones o motos. La bajante era muy acentuada”, explicó el jefe de Prefectura de Olivos, Horacio Aranda. Un rescate a pie fue la solución propuesta. En el lecho no había botellas, hilos de alambre, ni pozos que peligraran el plan. Ya había amanecido y el clima de festejo había mutado a caras serias, mujeres descompuestas en el baño, hombres mirando al río, ninguna respuesta de los organizadores de la fiesta.
Divididos en grupos de 20, todos con chalecos naranjas amarrados al cuello, sujetos a una soja con un prefecto abriendo la fila y otro cerrándola -como nenes de jardín cruzando una calle- los 123 pasajeros fueron evacuados. Entonces el Día del Maestro mostró su cara más diluida: maquillajes corridos, botas altas llenas de agua, zapatos de taco que no servían para caminar sobre bancos de arena.
«Llegué al puerto poco después de las 12. Fuimos el último grupo. Una compañera tuvo que ser derivada al hospital de Vicente López con un ataque de pánico. Todo feo, muy feo, olvidable», agregó Julia. Estaba lejos del entusiasmo que tenía la semana pasada, cuando pagó por siete entradas anticipadas. Cada una a $ 500. «Vamos a hacer juicio. Antes de zarpar habíamos reclamado por una factura, nada nos dieron. Fue el primer indicio de la irregularidad que seguiría hasta el día siguiente».
El catamarán Libertad pertenece a la Empresa de Transportes Fluviales Pfluger. «El domingo alquilamos la embarcación a un tercero para el evento. El Libertad tiene capacidad máxima para 192 pasajeros, eran 123 y había 220 salvavidas. Es mentira que faltaran salvavidas o que el barco no tuviera el instrumental necesario para salir al río», dijo Hugo Nicolás Pfluger, encargado e hijo del dueño de la empresa. Él y su padre no son desconocidos para Prefectura. La compañía tiene 20 años de experiencia en navegación en la zona. Pero su trayectoria no evitó la apertura de un sumario en el que se evaluará si deben ser multados,sancionados o si su habilitación será cancelada.
Una celebración que se ofrece a través de las redes
A la fiesta del Día del maestro del catamarán Libertad llegaron maestros de Rafael Calzada, Avellaneda y Berazategui. La modalidad de transformar el 11 de septiembre en una noche de boliche no es inusual. Para la fecha, en especial en Facebook, se multiplican las páginas con este servicio. Uno tan común como celebrar un fin de año o un cumpleaños de 15 en medio del río.
Pero ayer, la foto del catamarán encallado y una hilera de personas naranjas, agarradas a una soja, caminando sobre las aguas bajas, acaparó la atención y volvió a esta manera de celebrar masiva.
Alrededor de las 12 y 1 del lunes, en Prefectura Naval Argentina estaban al tanto de lo que ocurría. Cada vez que una embarcación sale a navegar debe informarle la hora en la que parte, desde qué lugar y qué tipo de recorrido hará. El del Libertad estaba definido: partiría del puerto de Olivos, se desplazaría hasta la costanera de San Fernando y regresaría al punto inicial.
«En el momento en que zarpó las condiciones de viento y marea estaban dadas. En el medio ocurrió la bajante, las razones por las que el capitán decidió volver hacia Olivos y no hacia un puerto en el que pudiese garantizarse una profundidad están bajo investigación», dijo el jefe de Prefectura de Olivos, Horacio Aranda. Las alternativas eran los puertos de San Isidro y Buenos Aires.
Hasta anoche el barco seguía encallado y el capitán, adentro. La máxima autoridad del barco tiene una experiencia de décadas, explicaron en la empresa. «Escuchó la alerta por la radio y en ese momento decidió volver al puerto de Olivos, antes de llegar, encalló».