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Graciela Ocaña expresó sus dudas sobre la muerte de Aldo Ducler

Recordó su vinculación con el manejo del “dinero blanco y negro de los Kirchner”, y consideró muy sospechoso que muriera dos días después de haber ido a la UIF a ofrecer información.

Por su experiencia en el marco de la Comisión Antilavado de la que tomó parte en el año 2001, la legisladora porteña Graciela Ocaña fue consultada sobre la extraña muerte del financista Aldo Ducler, supuestamente vinculado con el manejo de los fondos de Santa Cruz, y recordó que de la misma tomaron parte también Cristina Fernández de Kirchner, Elisa Carrió, Margarita Stolbizer y Daniel Scioli, entre otros.
Ocaña señaló que en esas circunstancias la entonces diputada Kirchner mostró especial interés en la documentación proveniente de Estados Unidos vinculada con movimientos que entre 1994 y 1995 tenían que ver con el Banco de Santa Cruz, y en ese momento Cristina explicó que la provincia “había recibido bonos por la venta de bonos a Estados Unidos de parte de lo que fue el pago histórico a las provincias petroleras. Ducler era uno de las asesores y esa operación había sido canalizada a través de una conocida casa de venta de bonos de Estados Unidos, y su representación era Ducler”.
En diálogo con radio Mitre, Ocaña comentó que Ducler trabajaba en ese momento con Ernesto Clarence, “otro personaje importante en el mundo financiero que condujeron el dinero blanco y negro de los Kirchner hasta 2009, cuando aparece toda la línea de La Rosadita”.
Consultada sobre si la muerte de Ducler podría representar un nuevo caso Nisman, Ocaña señaló: “Y, es rara, porque todo remite a lo más cercano, a Nisman, pero no son los únicos casos… Hay otros, el brigadier (Rodolfo) Echegoyen”, hallado muerto el 13 de diciembre de 1990, supuestamente suicidado, cuando investigaba presuntos casos de contrabando, drogas y lavado de dinero en la Aduana.
“Nunca se termina de develar la verdad, se ha generado la convicción en la ciudadanía de que hay una complicidad… Una vez Yabrán dijo que el poder es impunidad”, deslizó la diputada porteña. Agregó a las sospechas “la compra que hizo la familia Eskenazi de parte de YPF, donde “si bien fue un negocio privado, todos sabemos que el Estado hizo mucho para que los Eskinazi compraran” la petrolera. El Estado del que habla Ocaña era manejado por los Kirchner. En ese marco, se recordó que Enrique Eskenazi era accionista del Banco de Santa Cruz, privatizado en los 90.
Teniendo en cuenta que Aldo Ducler murió 48 horas de concurrir a la UIF para mostrar su disposición a brindar información sobre “la corrupción kirchnerista”, según ha trascendido, Graciela Ocaña hizo votos porque el hijo “por lo menos tenga información” sobre lo que sabía el padre, y destacó que ha mostrado “compromiso por lo que pasó con su papá”. Y tras pedir que se arbitren los medios para no exponerlo, dijo que “sería muy bueno que pueda colaborar con la UIF para empezar a encontrar esos fondos que son de los argentinos; son fondos que les faltan a los santacruceños y a todos los argentinos”, en referencia a la plata de las regalías santacruceñas giradas al exterior.
Ocaña volvió a apuntarle a Clarence, que “manejó hasta 2009 todos los fondos y sabe donde están. Tiene cuentas en el exterior, donde hay miles de millones de pesos”. Empero, advirtió que “los tiempos judiciales argentinos lamentablemente son especiales y atentan contra la búsqueda de la verdad y la justicia”, aunque advirtió que “estamos muy cerca de poder quebrar esa impunidad, porque el mundo ha cambiado, hay acuerdos internacionales para luchar contra el lavado de dinero, y un gobierno que es serio y está dispuesto a llevar adelante estas investigaciones”.
Luego insistió en considerar “sumamente sospechoso” el deceso de Ducler, y apuntó que “lo más sospechoso es que 48 horas antes se había presentado en la UIF. Ese solo hecho amerita que se investigue cuáles han sido las circunstancias de su muerte, y con rapidez. Quedarnos con la duda sería grave”.
Luego insistió en que “hay que proteger a la familia, que está asustada”, y advirtió que “hay gente que teme que si se abre la olla se sepa toda la verdad, y esta gente aún tiene mucho poder; es la misma gente que hablaba por teléfono y decía que había que apretar a jueces y fiscales. Aun fuera del gobierno mantienen poder”, insistió y señaló como uno de esos lugares el Consejo de la Magistratura.

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