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Informe: ¿Cómo usan las redes sociales los diputados tucumanos?

La especialista en comunicación política Silvia Mann realizó un trabajo sobre los representantes de nuestra provincia en la Cámara Baja.

En diálogo con Café Prensa, Silvia Mann resumió parte de su trabajo y explicó cuáles son los principales errores y aciertos de los políticos tucumanos analizados.

En el caso de Twitter, cinco diputados tienen una cuenta en actividad: Facundo Garretón, Federico Masso, Juan Casañas, Nilda Carrizo y Teresita Villavicencio.

Por su parte, Miriam Gallardo no tiene (o no se la encuentra porque está con un apodo); Mirta Soraire la tiene suspendida; Walter Santillán  tiene una cuenta pero no tiene actividad desde el 2016; y finalmente José Orellana comparte una en conjunto con su hermano y su última actualización fue en 2015.

Otro de los puntos analizados en Twitter fue el porcentaje de calidad de red. «Lo que se analiza si compró o no seguidores que es una práctica habitual y poco recomendada porque comprar seguidores no construye esta red. Es como acumular gente pero que no se termina vinculado con la página», explicó Mann.

En Facebook, los diputados se comportan diferente. Casi todos tiene presencia en esta red social, excepto José Orellana.

Cabe aclarar que Casañas y Villavicencio tienen perfil, algo no recomendado para personalidades públicas ya que tienen un número limitado de amistadas y no permite crecer la cuenta, entre otras cosas.

En general, salvo Facundo Garretón, los diputados tucumanos no han sabido aprovechar las ventajas que tienen los medios sociales. Según precisa Mann:

  • Los perfiles están incompletos.
  • Las bios son descriptivas, aluden al cargo y al partido. No dicen mucho de esa persona. «Acá, volvemos a repetir, somos «la gente». Te quiero conocer, conocer lo que opinás y lo que estás haciendo», agrega Mann.
  • Los headers o cabezales vuelven a repetir la imagen elegida para el perfil, con lo que no se aportan más datos.
  • El lenguaje es endogámico, es decir que se hablan entre ellos. No le hablan a la comunidad.
  • Se favean y retuitean entre un grupo cerrado de personas, también públicas.
  • No hay diálogo con el resto de los ciudadanos tucumanos.
  • No generan casi contenido propio.
  • Las cuentas relacionadas con el Partido Justicialista son las más endogámicas, ni siquiera dialogan con sus propios militantes. Sus posteos son actividades de agenda, apoyos a proyectos o ataques a la gestión nacional.

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