Julio De Vido cree que sale de prisión y quiere armar un monobloque en el Congreso
Si lo excarcelan, se alejara del sector K en diputados. Bajó de peso y está furioso con Cristina Kirchner.
Julio De Vido no festejó la salida de la cárcel de Carlos Zannini. Se alegró un poco porque el ex secretario Legal y Técnico está ahora en libertad pero el ex ministro de Planificación Federal está convencido que su viejo compañero de gestión fue uno de los “monjes negros” que operaron sobre la ex presidenta Cristina Kirchner para que se alejara del peronismo, y lo responsabiliza por la derrota electoral. De Vido espera ahora ser excarceladotras el apartamiento del fiscal Carlos Stornelli, quien lo detuvo con prisión preventiva en la causa de corrupción por la minera de Río Turbio. En el Complejo Federal Penitenciario de Marcos Paz, el ex súper ministro lee. Además de repasar el expediente por el que está preso, junto tantos libros que, apilados, están a punto de tapar la ventana de su calabozo. En las charlas que tiene con su familia, y con importantes dirigentes del PJ que lo visitan en esa celda repite que está muy enojado con ex jefa, la hoy senadora nacional por Buenos Aires, Cristina Kirchner.
Y ya tomó una decisión: El ex funcionario está convencido de que si consigue la excarcelación y vuelve a ser diputado romperá con el bloque K y armará un espacio propio, un monobloque. Son planes de alguien que pasa horas planeando su probable vida extramuros.
Los trabajos y los días de De Vido en Marcos Paz fueron reconstruidos por Clarín en base a fuentes de su entorno con las que habla y lo visitan con cierta frecuencia.
Una de las visitas que tuvo en su encierro, y en la que más se entretuvo, fue con el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Hablaron dos horas. Según las fuentes consultadas que están al tanto de buena parte del contenido de ese diálogo, ambos criticaron de modo brutal a la ex Presidenta K. Fernández (Aníbal) lo hizo también en público.
El ex ministro de Planificación, a su modo, también: a ella están dedicadas la mayoría de las cartas y los tuits que redactó en la prisión que aludían a lo que él considera que fue la peor traición que ella cometió con él: evitar que el bloque del Frente para la Victoria no votara en masa en contra de su desafuero. De Vido y Aníbal recordaron, entre risas que hicieron eco en la celda 126 de Marcos Paz, los chistes que solía hacerles Néstor Kirchner.
Fernández se acordó con De Vido de cómo solía llamarlo el ex presidente para sus cumpleaños, siempre haciéndole alguna broma. O insultándolo con cariño.
Según pudo reconstruir Clarín, De Vido y Fernández coincidieron también en criticar a la agrupación juvenil “La Cámpora”. Consideran que sus dirigentes “rodearon” a Cristina de tal modo que terminó cediéndoles poder e influencia a “chicos sin experiencia”.
A pesar de eso, el es ministro preso recibió en la cárcel dos veces a uno de los jefes “camporistas”, el diputado Eduardo “Wado” De Pedro. La primera vez que se vieron, De Vido empezó la charla enojado y marcando un límite: “Si solo venís a traerme algún mensaje de Cristina te aviso desde ya que no me interesa: te podés ir…”.
Este diario pudo saber, siempre de acuerdo a fuentes del PJ que frecuentan a De Vido en Marcos Paz, que De Pedro le aclaró que había viajado a verlo para saber cómo estaba. Tanto fue así que “Wado” volvió a la prisión a hablar una vez más con De Vido.
El ex ministro cree que tiene muchas chances de ser excarcelado.
Su abogado, Maximiliano Rusconi, ex fiscal, hizo una carrera académica y escribió varios artículos en contra del modo como se aplica en la Argentina la prisión preventiva.
El ex ministro, mientras tanto, lee y lee. Bajó de peso. Le puso feliz que una de sus hombres de confianza, Roberto Baratta, haya logrado salir de la cárcel, la misma en la que él ahora trata de matar el tiempo pensando en el PJ, en la literatura y la historia.
Leyó un libro de historia de los Estados Unidos. Ficción escrita por el notable Stephen King. Y una biografía de Napoleón. El emperador de Francia que llegó al poder mediante un golpe de Estado, y terminó después conquistando la mayor parte de Europa. Hasta que perdió la batalla de Waterloo, en Rusia. Y su poder, como siempre ocurre, se terminó.