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Salta: La ciudad Perdida

Alumnos piden que El Esteco sea monumento histórico nacional

Los estudiantes salteños juntarán firmas para revalorizar el antiguo enclave, uno de los pocos sitios del país identificado como ciudad colonial. Cronología de un hito arqueológico del NOA. La historia de un pueblo que dio origen a leyendas y devociones religiosas.

Los alumnos piden que se declare monumento histórico provincial y nacional a las ruinas de la Ciudad Perdida de Esteco, localizadas en el municipio de Río Piedras.
Alumnos de tercer y quinto año de la modalidad de Ciencias Sociales y Humanidades del Colegio Juan Carlos Dávalos de Metán, trabajan para presentar proyectos de ley en las cámaras de Diputados de la Provincia y la Nación, con el fin de que se declare monumento histórico provincial y nacional a las ruinas de la Ciudad Perdida de Esteco, localizadas en el municipio de Río Piedras.
Las firmas necesarias para respaldar los proyectos de ley serán recolectadas, a nivel provincial, en los departamentos de Anta, La Candelaria, Metán y Rosario de la Frontera, territorios que durante el tiempo de existencia de la legendaria ciudad formaban parte de su jurisdicción.
La iniciativa es coordinada por las profesoras Norma Estela Aguilar y Daniela Vanetta y se enmarca en proyectos institucionales referidos a la participación ciudadana juvenil y a la historia regional y local. El trabajo promueve, con la intervención de los jóvenes estudiantes y de la ciudadanía en general, una ley través de la iniciativa popular que revalorice el antiguo enclave de Esteco. En todos los casos, previo a la tarea de obtener las firmas, se brindarán charlas sobre la historia del patrimonio histórico de esta ciudad perdida.
El Esteco es uno de los cuatro sitios existentes en el país identificados como ciudades coloniales, con un trazado urbano regular -modelo en damero– que fueron destruidas o abandonadas durante el siglo XVII. Hacia el año 2000 arqueólogos del Conicet encabezados por el profesor Alfredo Tomasini, comenzaron a revisar los sitios probables en los que podría encontrarse Esteco. Fueron descubiertas las ruinas a 160 kilómetros de Salta, en Río Piedras, departamento de Metán.
El Hallazgo
En Abril del año 2008 Conicet informó otro hallazgo arqueológico del mismo equipo de investigadores: este parecía ser  Esteco Nuevo, en la provincia de Salta, dentro de una propiedad particular en Río Piedras. Con un georadar especializado en detecciones subterráneas, se descubrieron indicios de muros de adobe hundidos bajo tierra. Parecían pertenecer a la ciudad destruida en el terremoto del 13 de setiembre de 1692. Alguna parte de los posibles muros se encontraron visibles sobre la superficie.
Tomasini en 2000, ante el primer descubrimiento
En agosto de 2011, el equipo dirigido por Tomasini halló la parte superior de un fuerte que se encuentra semienterrado en el centro de las ruinas. Es un cuadrado que tiene 70 metros de lado y los bastiones alcanzan los cuatro metros de alto. Sobre ellos se emplazaba artillería. “Fue algo increíble. Me paré arriba de una de las elevaciones circulares y me di cuentaque tenía la forma de todos los fuertes de la frontera salteña”, dijo el profesor.
En agosto de 2013, el equipo arqueológico, con un plano de Esteco dibujado en 1611, confirmó el muro y una de las cuatro torres del fuerte que custodiaba la ciudad. A partir de allí las excavaciones en años posteriores desenterraron numerosas pruebas del pasado legendario de esa ciudad perdida. El registro material descubierto en Río Piedras, departamento Metán, solo es comparable con el de Cayastá o Santa Fe la Vieja. Los dos restantes son Ibatín y Concepción del Bermejo.
Excavaciones en las ruinas por parte del equipo de investigadores
La historia
La historia de Esteco tiene un punto de partida: junio de 1566, cuando el gobernador de Tucumán, Francisco de Aguirre, partió con un grupo de soldados para fundar Córdoba. Pero, en el camino, las tropas se sublevaron y fundaron un poblado, aunque sin respetar las leyes de la época. Lo llamaron Cáceres, que era la procedencia de uno de los cabecillas de la revuelta.
Al año siguiente, la Audiencia de Charcas, mandó a refundar la ciudad. Le pusieron Nuestra Señora de Talavera, aunque siempre se la conoció como Esteco. Tenía un hospital y tres iglesias: una parroquia, un convento de padres mercedarios y uno de franciscanos..
No se sabe con exactitud la razón, pero en 1592 se decidió el traslado de Esteco a otro sitio, unos 25 kilómetros hacia el Oeste. El nombre de la flamante ciudad, Villa de la Nueva Madrid, aunque se la conoció como Esteco también. Pero mucha gente prefirió quedarse en la primera Esteco que, para ese entonces, entraba en decadencia.
En 1609 se fundó una tercera ciudad, frente a la segunda. La intención fue concentrar allí a los habitantes de las dos ya existentes. También fusionaron sus nombres. El flamante poblado se denominó Nuestra Señora de la Talavera de Madrid, e inmediatamente pasó a ser conocida como Esteco.
Ni siquiera así la primera Esteco quedó deshabitada. Todo el mundo, para diferenciarla, comenzó a llamarla Esteco el viejo. Hasta que en algún momento perdido para la historia, simplemente desapareció.  Tras el descubrimiento de arqueólogos del CONICET, conjuntamente con estudiantes de las Universidades de La Plata y de Salta se realizaron diferentes excavaciones en el último sitio destruido por un fuerte terremoto el 13 septiembre de 1692. Este trágico hecho el que dio origen al culto del Señor y la Virgen del Milagro, devociones religiosas populares muy importantes del pueblo salteño y gran parte del Noroeste Argentino.
Leyendas del Esteco
El terremoto que destruyó el pueblo de Esteco en septiembre de 1692, dio origen a un sinnúmero de leyendas y cuentos. Según consta en «Cuentos y leyendas populares de la Argentina”, de la investigadora Berta E. Vidal de Battini.
«Los habitantes de Esteco estaban orgullosos de su ciudad y de la riqueza que habían acumulado. Usaban un lujo desmedido y en todo revelaban ostentación y derroche. Eran soberbios y petulantes. Sólo vivían para la vanidad, la holganza y el placer”, rezaba la historia mítica del pueblo que la compara con la Sodoma del relato bíblico.
Entre los relatos más recordados está el del viejo misionero que entró en la ciudad para redimirla. Pidió limosna de puerta en puerta y nadie lo socorrió. Sólo una mujer muy pobre que vivía en las afueras de la ciudad con un hijo pequeño, mató la única gallinita que tenía para dar de comer al peregrino.
La historia señala que  el misionero (San Francisco Solano) le ordenó que en la madrugada de ese día saliera de la ciudad con su hijito en brazos. Le anunció que la ciudad se perdería, que ella sería salvada por su caridad, pero que debía acatar una condición: no volver la cabeza para mirar hacia atrás.
«Un trueno ensordecedor anunció la catástrofe, La mujer caritativa marchó un rato oyendo a sus espaldas el fragor del terremoto y los lamentos de las gentes, pero no pudo más y volvió la cabeza, aterrada y curiosa. En el acto se transformó en una mole de piedra». La leyenda de la Mujer de Esteco, es en realidad una recreación de la vida de Edith, mujer de Lot, que no pudo evitar darse vuelta y ver la suerte que corría Sodoma y se convirtió en una estatua de sal. También el culto de la Virgen y el Señor del Milagro, quienes habrían intercedido para mitigar el daño del viejo terremoto y de otros futuros , renovando un vínculo de fe con el pueblo salteño.
Accidentes, incendios y trenes misteriosos en la noche son otros relatos que alimentan el mito sobre la maldición que aún pesa sobre todo lo relacionado con la desdichada Esteco.
Fuente: El Tribuno, La Nación, Gobierno de Salta, Telam.
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