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La dinastía Mac Allister: Alexis, Kevin, Francis, los brotes colorados de Argentinos Juniors

Los tres pibes jugaron juntos por segunda vez en el triunfo ante Boca. Celebraron la victoria ante el puntero de la Superliga y el cumpleaños 50 de papá Carlos.

La anécdota surge espontánea, como en cualquier familia, en el living de la casa de Carlos Javier Mac Allister. “Cuando eran chiquitos, tenían dos temas preferidos antes de dormir. Uno era el de los tres chanchitos; el otro, el de tres hermanos que llegaban a jugar juntos en el Real Madrid. Tenían los ojos grandes como dos faroles y escuchaban con atención. Nunca terminaba el cuento porque yo me quedaba dormido antes que ellos. Y cuando me despertaba, ya por la mañana, siempre me preguntaban: ‘¿Y, papá? ¿Cómo termina la historia?’ La verdad, jamás pensé que el sueño se haría realidad en Argentinos Juniors”.

Sonríen, entonces, Alexis (19), Kevin (20) y Francis (22). Por el recuerdo de aquellas noches en la cama de su padre. Por la ilusión infantil que hoy es una realidad. Son los tres hijos del antiguo marcador de punta. Del aguerrido defensor que apenas jugó tres partidos con la Selección , durante las duras Eliminatorias de 1994. Del Secretario de Deportes de la Nación que este martes cumplió 50 años y le abrió las puertas de su hogar a Clarín. Y aunque sus herederos le compraron el pase para un spa y un mate grabado con el escudo familiar, el mejor regalo se lo dieron 24 horas antes, nada menos que contra Boca, en La Paternal.

La dinastía Mac Allister: Alexis, Kevin, Francis, los brotes colorados de Argentinos Juniors

Carlos Mac Allister y sus tres hijos que juegan en la Primera de Argentinos Juniors. (Foto: Mario Quinteros)

Alexis, el menor, le hizo un gol al puntero de la Superliga. El enganche también asistió a Batallini en el 2 a 0. Kevin, lateral como su papá, no le dejó tocar la pelota a Cristian Pavón, una de las figuras del torneo. Francis, volante central, reemplazó al capitán Machín en el segundo tiempo y completó ese cuadro que llena de orgullo el chalet de Devoto. Y acelera el pulso del líder del clan Mac Allister.

“La verdad, es increíble cómo se dio todo. Alguna gente, por ahí, tiene la suerte de tener un hijo jugador de fútbol. ¡Yo tengo tres! Y quiero rescatar a la institución. Porque no fueron pibes que metieron 30 goles en las divisiones inferiores. Son chicos que se sacrificaron. Y aunque Argentinos no es un club que incorpore diez futbolistas por temporada, nadie les regaló nada”, dice el Colorado, que destaca, por encima de todo, la pasión que tienen sus hijos por el juego.

Cómo será que, cuando todavía no habían llegado a quinto grado, su papá les daba una tarea que poco tenía que ver con matemática o lengua. “Trabajaba como empresario y tenía que hacer el seguimiento de algunos jugadores. Tenían 9 y 8 años y me ayudaban con las estadísticas. Hoy, mientras muchos pibes juegan a la Play, ellos miran fútbol”, dice jactancioso.

Francis, el mayor, es el más equilibrado. Y a pesar del apellido que tiene peso en el club y en la política, cuenta el sacrificio que tuvieron que hacer para llegar a Primera. “Kevin se rompió dos veces los ligamentos y yo me tuve que ir a Boca Unidos para lograr continuidad. Volví a Argentinos, no me tenían en cuenta y me entrené en el Bajo Flores para no perder el ritmo. Cuando llegó (Alfredo) Berti todo cambió”, relata el volante central. Y narra Kevin, que no es ningún pobre angelito, un suceso que despierta carcajadas: “Estaba hablando el técnico en una ronda y nos decía: ‘Miren a Francis, seguro que su pase va a valer millones’. Entonces, pregunta: ‘¿Dónde está Francis?’. Y cuando levanta la mano, le dice: ‘No, vos no sos’. Se refería a Alexis, el más talentoso”.

Sí, Alexis es el más dotado técnicamente. “Me gusta el fútbol lírico, los jugadores de buen manejo como Banega o Lo Celso. Los demás no lo entienden, tal vez un poco Francis. A Kevin le gustan los jugadores que pegan. En las prácticas me putea porque dice que no corro. Hay que jugar al fútbol, jaja…”, bromea el menor de los Mac Allister, que estuvo a punto de ser transferido al Toronto, equipo de la MLS. “Me quiero quedar seis meses más y disfrutar este momento”, agrega.

Kevin se mudó enfrente de la casa donde todavía viven Francis y Alexis. Pero los tres cenan juntos. Eso sí, en la concentración duermen en habitaciones separadas. Alexis con Nicolás González, Francis con el arquero Lucas Cháves y Kevin rota, más allá de que en la previa del duelo contra Boca fue compañero de Machín.

Empezaron en la escuela “J. J. Batista”, jugaron en Social Parque y saltaron a las inferiores de Argentinos. Fue importante Fernando Batista para el impulso de sus carreras. “Soy un padre que viene del fútbol, no les tengo que meter en la cabeza que son unos fenómenos, tienen que esforzarse cada día más”, dice Carlos antes de soplar las velitas. No necesita pedir tres deseos. Ya se le cumplieron

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