La historia de Martina, la gran campeona de «Pasapalabra»
Tiene 22 años. Ganó más de un millón de pesos en el programa de Iván de Pineda y su vida cambió para siempre: «Todavía no lo puedo creer».
Martina Barraza tiene 22 años. Vive en Villa Celina, en un barrio de casas bajas. Y desde el miércoles a la noche no para de sonarle el celular. «Explota», grafica, todavía con algo de nervios.
En noviembre de 2017, su hermano Julián (18) le sugirió que se inscriba en Pasapalabra (El Trece, a las 19). Y aunque ella al principio no quería hacerlo porque pensaba que no la iban a llamar, la insistencia familiar terminó por convencerla.
No fue una mala decisión: el 14 de febrero, el Día de los enamorados, su vida cambió para siempre. No porque haya conocido al amor de su vida, sino porque se convirtió en la ganadora más resonante del programa de Iván de Pineda.
Tras 9 programas y estar al borde del triunfo en varias ocasiones, en el décimo logró completar El Rosco y se llevó el pozo acumulado: nada menos que 1.340.000 pesos.
«Estoy súper contenta. Mucha felicidad. No lo puedo creer. El teléfono está estallado de mensajes, todos con buena onda», explica, durante una pausa en su trabajo, en diálogo con Clarín.
Mi teléfono está estallado de mensajes.
Martina Barraza
Martina es editora literaria. Se recibió el año pasado en la UBA y ahora trabaja en una editorial. Quedó efectiva después de una pasantía de 2 meses. Era algo pasajero, para aprender, pero gustó y la contrataron.
Según dice, le cuesta hablar de ella porque todavía le parece «raro». Pero, tras varias repreguntas, cuenta que vive «en un barrio humilde, de laburantes», tal como ella lo define.
Quizá su principal característica es que sabe guardar secretos. El lunes 5 de febrero grabó el programa que el miércoles 14 salió al aire. Ganó y cerró la boca. Sólo se lo contó a sus padres y a su hermano. A nadie más.
Por eso, entre alegres y sorprendidos, todos la abordaron en su trabajo esta mañana. La felicitaron y la «mataron» a preguntas. «Les dije que vamos a organizar un asado para festejar», sostiene, entre risas.
En el casamiento de su padre junto a su hermano Julián, quien la convenció para que participe en «Pasapalabra».
El 31 de enero fue la primera vez que salió en televisión. Y aunque sólo pasaron dos semanas, ya comenzaron a reconocerla en la calle.
«Eso es lo que más me impactó de todo», se sincera. Y agrega: «En el colectivo me tocaron el hombro y me preguntaron si era yo la de Pasapalabra. No lo podía creer».
Me gusta ir a la cancha, soy de Racing. Y también bailo tango desde los 5 años.
Martina Barraza
Pero además de ser la ganadora del programa y dedicarse a la edición de textos, Martina baila tango desde los 5 años y es súper fanática de Racing: «Voy siempre a la cancha, no juego al fútbol ni nada, pero me encanta ir. Soy fanática», revela.
Su primer libro lo leyó a los 4 años, cuando sus padres se sorprendieron de que pese a su corta edad, la pequeña Martu, como la llama siempre De Pineda en el programa, ya sabía leer.
«¿Cuál fue el mejor libro de mi vida? No sé. Es difícil elegir uno. Igual siempre pienso que el mejor es el que uno está leyendo en ese momento. Ahora estoy con El cuento de la criada, de Margaret Atwood», cuenta.
Hay mucha gente de mi edad desanimada, sin laburo, que piensa que cualquiera te pasa por encima. No es así. Se puede.
Martina Barraza
Y aunque tiene sólo 22 años, tiene pensamientos muy maduros. Hoy, por ejemplo, destaca que sabe que el éxito es pasajero y que lo más importante es dejar un mensaje.
«Hay mucha gente de mi edad desanimada, sin laburo, que piensa que cualquiera te pasa por encima. Y lo mío sirvió para que se le de más valor al estudio, al esfuerzo, a saber que se puede. Me llegaron muchos mensajes de ese estilo, agradeciéndome eso», explica.
Junto a Iván de Pineda, el conductor del programa.
Por eso, porque la palabra esfuerzo es la clave de su vida, pese a que trabaja de lo que le gusta y ya se recibió en la UBA, Martina sigue estudiando. Ahora cursa un posgrado en estudios literiarios para perfeccionarse.
«Tengo pocos amigos. No soy de salir mucho. Y el premio pienso usarlo en mi familia, que me bancó desde chica«, afirma, feliz y emocionada, antes de ubicarse otra vez en su lugar de trabajo.
Corta la llamada y promete mandar fotos para ilustrar la nota. Lo hace a los pocos minutos, por WhastApp. El estado que tiene en ese mensajero la define: «Si el sol no sale, lo saco yo».