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La limosna para las iglesias llegan por Mercado Pago

Ante la imposibilidad de los fieles de ir a misa, se cayó la recaudación semanal por las limosnas, una de las principales fuentes de sostén de las parroquias.

Entre los afectados por la obligación de la cuarentena figuran las parroquias de toda la provincia. Los creyentes que asistían a la misa de los domingos como un ritual inamovible ya no pueden ir por razones sanitarias. Si bien las misas siguieron celebrándose de manera virtual, esta modalidad generó un problema no esperado: ya no se recibe la limosna de los fieles.

Considerando que muchos templos subsisten con esta acción de caridad como único ingreso, las autoridades eclesiales de la provincia, y de cada parroquia, tomaron algunas medidas para paliar la situación. Incluso, en algunos casos, implementaron el uso de medios como Mercado Pago para recibir las contribuciones.

Las restricciones afectan en diferente grado, según se trate de parroquias de la ciudad o de zonas rurales. Las céntricas suelen tener mayores gastos fijos (luz, limpieza, seguridad, entre otros) que las de los barrios y, a su vez, las que están en el campo tienen aún menos gastos.

“Es un tema que planteamos recientemente y sobre el cual los sacerdotes están en dos situaciones diferentes. La primera es que hay algunos que tienen a su cargo una capellanía, por la que perciben un sueldo que les paga el Estado como contraprestación de su trabajo como capellán. El otro punto es el hecho de que hay sacerdotes que tienen horas de clase en algunas instituciones educativas, por lo que también reciben un sueldo”, explicó José Ignacio Abuín, vicario general de la Arquidiócesis de Tucumán.

Para afrontar esta problemática, el clero provincial dispuso una comunión de bienes. “Se trata de que aquellos que cobren un sueldo colaboren con los que no tienen ningún ingreso”, indicó Abuín. Con esta medida, los curas que perciban un sueldo lo repartirían con los demás, con el objetivo de achicar las disparidades económicas que genera la cuarentena.

Sobre el tema de la comida, las parroquias reciben muchos alimentos como colaboración de los fieles, sostuvo Abuín.

El vicario contó que cada parroquia hace un sondeo de la zona en la que se encuentra para detectar familias que estén una situación crítica. Una que vez que se sabe cuáles son las familias vulnerables, Cáritas se encarga de mandar un sistema alimentario para ayudar a los que más lo necesitan.

Para llevar adelante sus cuentas, Abuín indicó que cada parroquia debe formar un Consejo de Administración Económica. Para ello, el sacerdote a cargo convoca personas que sean de su confianza y que las considere idóneas para el cargo, como contadores o abogados, para llevar a cabo la administración del dinero y del asesoramiento de personas con conocimientos técnicos. Es por eso que también el arzobispo tiene un equipo de administración económica en la diócesis, que lo ayuda en el asesoramiento de los bienes de la Iglesia.

Según el sacerdote, el Estado cumple un rol fundamental en la asistencia de los más carenciados. “El Ingreso Familiar de Emergencia es una medida que está ayudando muchísimo a la gente que no puede trabajar”, sostuvo.

La salud de los sacerdotes

Una fuente del arzobispado, que pidió que no se publicara su nombre, indicó: “en este momento las parroquias se encuentran, como todos, en una realidad difícil. Por eso, nuestro arzobispo pidió a los sacerdotes y comunidades que compartan especialmente con los sacerdotes y comunidades que más lo necesiten. Igualmente, el arzobispado, con lo que puede, también va ayudando en las situaciones afligentes, particularmente cubriendo la mutual de servicios de salud de los sacerdotes que no pueden hacerlo”.

Por su parte, Jesús Fernández, párroco de la iglesia de San José, contó que sí es un problema lo que está sucediendo en las iglesias. “Apelamos a la generosidad de la gente, que aunque no tengamos su presencia física nos acompaña. Aquí la gente es consciente de que necesitamos de su contribución”, comentó.

La parroquia de San José fue una de las que implementó el uso de medios digitales para recibir la limosna, o las donaciones de cualquier tipo que los fieles quieran hacer llegar sin salir de su casa.

“También hay una gran solidaridad de las demás parroquias. Aquellas que tienen más recursos que otras brindan una mano. Se está dando una ayuda intraeclesial”, informó. (Producción periodística: Homero Terán Nougués)

Cómo ayudan los sacerdotes que cuentan con un ingreso

Durante este período de aislamiento hay por lo menos 18 sacerdotes que están ejerciendo el rol de capellanes dentro de algunas instituciones estatales. Entre ellos, aquellos que trabajan en hospitales deben asistir al centro sanitario únicamente dos veces a la semana, y sólo durante algunas horas, como medida para ser resguardados de posibles contagios. Ellos, junto con los curas que tienen horas cátedra en instituciones educativas, comparten su sueldo con quienes más lo necesitan.

la gaceta 

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