Justicia

Los presos K empezaron a salir de la cárcel con bronca y sed de venganza

La corrupción kirchnerista

Luego de las PASO, una sala de la Cámara Federal anuló las prisiones preventivas y así fueron excarcelados los empresarios K Cristóbal Lopez y Gerardo Ferreyra y el ex líder de Quebracho, Fernando Esteche, entre otros.

Hace un año, en octubre pasado, el ministro de Justicia, Germán Garavano, visitó uno de los pabellones de la cárcel de Ezeiza. En medio de su recorrida, rodeado de funcionarios del Servicio Penitenciario Federal (SPF), uno de los presos le gritó algo que él no escuchó. Sí lo hicieron algunas de las personas que lo acompañaban en ese camino intramuros. Una de las autoridades de la prisión paró su marcha, y retrocedió hasta el lugar exacto en el que se encontraba el grupo de reos del que había salido esa toreada verbal. El empresario K, ex Zar del Juego y líder del Grupo Indalo, Cristóbal López, había elevado su voz para que Garavano escuchase : “Vamos a volver, y él que va a estar adentro vas a ser vos”, le habría dicho, muy enojado. Frente a la pregunta de un penitenciario, Cristóbal admitió que había dicho lo que dijo. El suceso no produjo mayor consecuencia. Resume el sentimiento de revancha y bronca que tenían y tienen buena parte de los ex funcionarios o empresarios que fueron detenidos desde que el poder político cambió.

Ese clima ahora parece haberse modificado en sentido contrario. La ola de votos que recibió en las PASO la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández, muy por encima de la de Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto, enfervorizó a los hombres y mujeres vinculados a la política K que padecían la cárcel por estar procesados con prisión preventiva. El kirchnerismo intentó instalar en la opinión pública que todos son “presos políticos”.

Por razones que quizás no tengan que ver con azares generados por los tiempos judiciales, o que tal vez sí tengan que ver con el resultado de las PASO, muchos de esos miembros de la clase dirigente y empresarial que padecían preventiva, involucrados en casos de corrupción, lograron conseguir la libertad.

La foto de Gerardo Ferreyra festejando su libertad (minutodecierre.com)

La foto de Gerardo Ferreyra festejando su libertad (minutodecierre.com)

Los juicios en su contra continúan, con desarrollo y velocidades diferentes. Cristóbal López es uno de los “liberados”. Hace dos días, la sala I de la Cámara Federal le otorgó a él y a su socio, Fabián De Sousa, las excarcelaciones que esperaban que se hagan efectiva hace un par de semanas.

Saldrán de la cárcel en pocas horas o pocos días más, una vez que consigan juntar los $ 60 millones de caución que les impuso Claudio Bonadio, quien instruye la causa Cuadernos de las Coimas. Según un cálculo del portal Infobae, antes de las PASO, había setenta y cuatro “presos K” en los complejos penitenciarios de la Argentina. Hoy quedaron alrededor de diecinueve.

El candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, criticó y critica a las prisiones preventivas dictadas en contra de presos K. Y defendió en forma puntual a López y De Sousa.

Como se expresó en movilizaciones masivas, un sector de la sociedad considera que el triunfo electoral del Frente de Todos sería también el triunfo de la impunidad judicial de ex funcionarios K. Esta semana, además de las excarcelaciones de Cristóbal y De Sousa, también obtuvieron el mismo beneficio el empresario Gerardo Ferreyra, uno de los dueños de Electroingeniería, que ganó diversos contratos y concesiones estatales bajo las eras K. Ferreyra estaba preso en domiciliaria tras estar en un cárcel por estar procesado en la causa Cuadernos de las Coimas.

Fernando Esteche y un grupo de militantes que lo esperaba fuera del penal de Marcos Paz

Fernando Esteche y un grupo de militantes que lo esperaba fuera del penal de Marcos Paz

¿La “suelta de presos” de la política es una tendencia no azarosa? ¿O solo es producto de casualidades provocados por los tiempos procesales de una Justicia lacerada por diferentes motivos? Junto a Ferreyra, López y De Sousa, otro dirigente político K que consiguió su excarcelación fue el ex líder del grupo de choque callejero Quebracho, Fernando Esteche, quien permanecía detenido con preventiva por el caso del Memorando con Irán.

Esteche tenía vínculos muy estrechos con los referentes radicalizados del Régimen de al República Islámica de Irán. El Tribunal federal número 8 lo liberó bajo fianza de 400 mil pesos. En prisión, trabó una amistad “inquebrantable” con uno de sus compañeros del pabellón 7 del módulo V de Marcos Paz. Es el ex súper ministro Julio De Vido. Compartieron mil horas de diálogos y debates políticos. Esteche prefirió quedarse a su lado cuando le dieron la chance de irse a un sitio penitenciario más cómodo. Ambos son lectores de libros de historia.

Esteche leyó en prisión a filósofos como Friedrich Nietzsche, y a autores politizados como Raúl Scalabrini Ortiz. El ex ministro De Vido desistió de insistir con un pedido de prisión domiciliaria, dicen en su entorno, convencido de que el juez que lo detuvo por varios casos, Bonadio, no le permitó a adrede ser peritado o en su casa o en la cárcel. Ocurre que sufre mucho los “traslados” desde la cárcel a tribunales. Dice que en la Argentina no existe el Estado de Derecho.

La excarcelación de los presos K marcó un quiebre a partir del fallo que le otorgó la libertad a uno de los detenidos del caso Cuadernos de las Coimas, el ex prófugo Oscar Thomas.

Desde hace un tiempo indefinido, en los tribunales se instaló la idea, no siempre correcta, de que los presos K fueron detenidos bajo la “doctrina Irurzun”, por el nombre del camarista Martin Irurzun, quien en uno de sus fallos definió que un ex funcionario público tenía aun el poder para intentar obstruir la Justicia. El concepto está resumido.

Según fuentes judiciales, y también de las defensas de los detenidos K, todo habría cambiado, a partir de la decisión de la Cámara Federal de excarcelar a Oscar Thomas, ex titular del Ente Binacional Yacyretá, en Cuadernos. El argumento, resumido: la causa Cuadernos ya fue elevada a juicio oral por lo que en la actualidad los procesados con preventiva en ese caso no pueden poner en riesgo la investigación.

El viernes anterior a las PASO, otro preso “kirchnerista” que dejó la cárcel fue el ex jefe del Ejército detenido en una caso de lesa humanidad, César Milani. Fue sobreseído en el juicio por supuesto secuestro con torturas durante la dictadura que sufrió la familia Olivera, en La Rioja, quien denunció a Milani desde 1979 por ese hecho. Su sobreseimiento fue apelado por las querellas. Milani se filmó después en el casamiento de uno de sus abogados cantando que el kirchnerismo volvería al poder. Reía.

Quedan aun más presos K. Algunos con prisión preventiva. Otros con sentencia firme en juicios orales y con apelaciones rechazadas por tribunales de alzada. El ex ministro Amado Boudou, condenado por adueñarse de modo ilegal de la imprenta de billetes Ciccone: según fuentes del penal de Ezeiza, se transformó en el pabellón C en una especie de moderador de grupos antagónicos que pujaban por poder interno. El ex vice fue trasladado a otro sector y se distrae limpiando el piso del pabellón. Es un gran lector de expedientes y de libros de economía.

El ex constructor Lázaro Báez: espera hace meses ser excarcelado, desde que cayó preso por la causa de La Ruta del Dinero K. Casi no se hizo amigos en la cárcel. Apenas dialogaba con su ex gerente, Daniel Pérez Gadín, y jugaba fútbol con un narco colombiano conocido como Gato Seco. Éste último salió en libertad. Hoy no se separa de su hijo mayor, también detenido, Martin Báez. Lázaro lee mucho. Uno de los libros que más lo entretuvo fue “Doña Flor y sus dos maridos”, de Jorge Amado.

El ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime: se queja porque dice que la política lo olvidó. Hace ejercicio físico: es cinturón negro de karate. Pasa los días, generalmente, solo.

Tal vez el preso más polémico y generador de mayores problemas es el ex secretario general de la UOCRA seccional La Plata, Juan Pablo “Pata” Medina. Desde que llegó a Ezeiza les gritaba a sus compañeros que él era un “preso político del régimen de Macri”. Y se enojaba con otros detenidos a quienes les negaba la condición de peronistas: “Los peronistas no robamos”.

Solía molestar tanto a sus acompañantes, incluso debido al mal clima que generaban sus pesares internos que expulsaba del cuerpo, acciones esenciales en el ser humano, pero que él parecía generar adrede, que la noche del 13 de agosto del 2018 el SPF debió intervenir para evitar una gresca que se había generado en su contra. Fue alojado en otro pabellón.

FUENTE DIARIO CLARIN

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