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Los stickers de políticos explotan en WhatsApp: bienvenidos a la campaña

Un grupo de militantes se sube a una camioneta con un tacho de engrudo y cuando la ciudad duerme en encargan de empapelar cada centímetro de pared posible. Al día siguiente, los vecinos salen a la calle y se encuentran con el rostro del candidato sonriente que, quizás así, suma algún voto.

Esa imagen tan instalada en la carrera presidencial argentina hoy es otra. Ya no se necesita la camioneta, ni el tacho de engrudo, ni los afiches, ni la logística para detectar paredes a empapelar.

Alcanza con una foto del candidato, un celular, una lista nutrida de contactos en WhatsApp, buen pulso para recortar un figurín y ya. Bienvenidos a la «campaña meme».

Los stickers de políticos llegaron para quedarse y están en todo lados, viralizándose en cuanta conversaciones haya.

Los usan políticos, militantes, empresarios, famosos. Se envían a listas de difusión, grupos de mamis y papis del colegio, de fútbol, y para re-convencer a convencidos y persuadir a los indecisos para que voten a un candidato.

Son la nueva versión de los afiches de la militancia: descontracturados, instantáneos, divertidos, irónicos, bizarros y -sobre todo- reenviables.

Negocio político que puede mover miles de pesos y, al mismo tiempo, oficio casi artesanal de militantes con menos recursos, Clarín habló con políticos, voceros, consultores y militantes para mostrar cómo los usan y para qué sirven, si es que sirven, los stickers de las elecciones 2019.

Hay de Macri, Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Lavagna, Urtubey, Pichetto, Kicillof, Vidal, Carrió, Del Caño, Castañeira, Espert, y cuanto político aparezca. También de figuras históricas que ya no están como Raúl Alfonsín, Néstor Kirchner, Juan Domingo Perón. Y, cómo no, de sindicalistas, como los Moyano, Hugo y Pablo, por poner el ejemplo más viral.

La palabra de un gurú

Antoni Gutiérrez-Rubí, consultor que ablandó la imagen de Cristina Kirchner en 2017 y también asesoró a Sergio Massa antes de su regreso al kirchnerismo analizó el fenómeno de los stickers políticos. “Estas pequeñas pegatinas digitales podrían convertirse en parte fundamental de los contenidos políticos que veamos de ahora en adelante”, sostuvo en un artículo titulado “Los stickers y la política”.

Antoni Gutiérrez-Rubí, consultor catalán que trabajó con CFK y Massa.

Antoni Gutiérrez-Rubí, consultor catalán que trabajó con CFK y Massa.

El consultor catalán desglosó el impacto de esa nueva forma de comunicación política en cuatro puntos:

Personalización: a diferencia de los emojis, que viene predeterminados en las aplicaciones de chats, los stickers potencian la “habilidad creativa y originalidad” al punto de ponerlas al alcance de cualquier persona. “Veremos grandes, ocurrentes y muy imaginativas pequeñas obra”, dice.

Paquetes originales: cada político o partido puede generar su propio paquete fácilmente sincronizables con WhatsApp. Ejemplos sobran en diferentes países: en Estados Unidos, Donald Trump, Hillary y Berni Sanders, los explotaron en Telegram. En Brasil, Jair Bolsonaro, hizo lo propio en WhatsApp al punto de que, en la última semana de campaña, el término “figurinhas Bolsonaro whatsapp” fue el sexto más buscado en Google.

Los stickers de Jair Bolsonaro marcaron un precedente de lo que hoy sucede en la Argentina.

Los stickers de Jair Bolsonaro marcaron un precedente de lo que hoy sucede en la Argentina.

-Lenguaje propio: dice Gutiérrez-Rubí que lo visual predomina en el mundo digital. Por esa razón, “resulta fácil, rápido e incluso divertido, el hecho de crear y compartir un sticker, ya que al ser tomados de imágenes espontáneas pueden transmitir un sentimiento de manera más precisa que un emoji, un meme o incluso un GIF”. Para el consultor, no se puede ignorar “el gran potencial” de los stickers que define como un “elemento lúdico innegable, con una alta capacidad de interacción con nuestra comunidad”.

– Viralización y movilización: los sticker políticos sirven para que las bases participen del proceso de comunicación de manera activa, no solo replicando y viralizando las imágenes diseñadas desde el comando de campaña, sino también convirtiéndose ellos mismos en una fábrica de contenido. “Herramientas como esta propician la activación de activistas y artivistas digitales que desean movilizar a la sociedad en pro de una causa, una idea o un candidato/a”, explica el consultor.

“Nos enfrentamos a nuevos retos que, por su atractivo lúdico y su capacidad viral, se convertirán en ideogramas (signo esquemático no lingüístico que representa globalmente conceptos) de la sociedad digital”, explica Gutiérrez Rubí.

Para él, se da la siguiente paradoja: “En tiempos de abundancia de contenidos y palabras, los stickers —con su poderoso magnetismo— van a tener una capacidad de sintetizar en formato visual nuestras conversaciones. También las políticas. O especialmente las políticas”.

Los candidatos y los stickers

Todos los partidos políticos y la gran mayoría de los principales candidatos usan stickers de WhatsApp. La aplicación de chats encriptada es uno de los principales escenarios de lucha por el voto en el contexto de la campaña en redes sociales.

Ya lo dijo Marcos Peña en su arenga al interior de Juntos por el Cambio: “Hoy nos pasamos cuatro meses al año mirando la pantalla del celular. El 90% de la gente usa WhatsApp; 80%, Facebook y el 70%, instagram«.

La consigna de mudar la campaña a los celulares hace que estos pequeños figurines digitales esten de moda y tanto la militancia, como los propios políticos, los piden.

Los stickers de WhatsApp fueron una de las noveedades de la campaña 2019.

Los stickers de WhatsApp fueron una de las noveedades de la campaña 2019.

“El uso de sticker empezó a sonar fuerte a principios de año y los candidatos los quieren. Nosotros ofrecemos ese servicio”, explica a Clarín Federico Salcedo, director de la agencia de comunicación Atlas SmartCities.

El trabajo viene con una aclaración previa: las reglas de lo políticamente correcto se corren en el mundo WhatsApp y es posible que algún sticker los haga enojar. Son las reglas del juego. “Les decimos que necesitan saber reírse de uno mismo, que es algo inofensivo, y al mismo tiempo aceptar las propias debilidades. Vos vas a armar un pack y la oposición va a armar otro en contra tuya, a esos los llamamos stickers destructivos”, agrega.

“El sticker te da horizontalidad y cercanía, te permite simplicar valores, palabras y sensaciones en una sola imagen. Su uso confirma que predomina la imagen en la campaña”, sigue Salcedo, que trabaja para diferentes políticos en todo el país.

Para él, esas miniaturas virales se dividen en tres tipos:

-Por la positiva: para transmitir valores como esperanza o alegría.
​-Por temas: por ejemplo, para mostrar preocupación por jubilados o los jovenes.
​-Por la negativa: son stickers cuyo objetivos es criticar o satirizar sobre la oposición.

“Esto es con humor, siempre, es un instrumento sarcasmo, la ironía le da vida, si es aburrido no funciona”, aclara el asesor de campaña, que define a los sticker como “emojis personalizados” y aclara que esto no tiene que ver con una cuestión etaria, entre jóvenes y viejos”.

Virales profesionales y artesanales

Hay de todo en el mundo de los stickers de campaña. Están los que apelan a servicios tercerizados de emojis personalizados de WhatsApp, como Juntos por el cambio y el Frente de Todos; y también los que reciben figurines virales artesanales, hechos por los propios militantes, quienes de manera casera los meten de lleno en la conversación electoral.

«Gracias al crecimiento y desarrollo del 4G y de los smartphone, esta campaña estará marcada por un nuevo actor que en las anteriores tuvo mucha menor relevancia: WhatsApp, que además atraviesa a todos los sectores sociales y económicos, por eso incentivamos a los militantes y adherentes a que participen y así se fueron generando stickers”, explica un hombre experimentado en campañas, que trabaja para Juntos por el Cambio en este 2019.

“Algunos los hicieron los equipos de los candidatos pero la gran mayoría van circulando sin tener claro el autor», dice.

La app que lanzó Marcos Peña también trae un paquete acotado de Stickers.

La app que lanzó Marcos Peña también trae un paquete acotado de Stickers.

Marcos Peña lanzó semanas atrás una aplicación para celulares para fidelizar a la militancia. Uno de los métodos para sumar “defensores del cambio” es a través de Stickers oficiales. “Descargá el pack y usarlos en tus conversaciones”, invita la app.

El paquete de JxC es acotado. Son apenas 19 figuritas en las que se muestran algunos rostros icónicos de Macri (como cuando lloró en el Teatro Colón o cuando se saludo con Cristina Kirchner), algunos slogans de campaña como “¿En que te han convertido?”, célebre frase dicha a Scioli en el debate presidencial, “Yo defiendo el cambio”, y “Yo no vuelvo atrás”; y caritas de Miguel Ángel Pichetto, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, y Elisa Carrió.

En el Frente de Todos, una empresa digital llamada “El Pueblo Vence” es la encargada de diseñar y distribuir los stickers oficiales de la campaña K.

Los stickers oficiales del Frente de Todos los hace la empresa que hizo los stickers del gato, críticos de los funcionarios de Juntos por el Cambio.

Los stickers oficiales del Frente de Todos los hace la empresa que hizo los stickers del gato, críticos de los funcionarios de Juntos por el Cambio.

La firma se dedica al negocio de los stickers no solo en Argentina. En México, hicieron los de la campaña de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y son los responsables de los stickers de Cristina, de Lula, de Perón, Evita, Fidel y el Che, y de Vladimir Putin.

Las figuras verificadas de Alberto Fernández, Cristina, Kicillof y demás candidatos pueden obtenerse bajando una aplicación con el pack entero (para los usuarios de Android) o enviado un mensaje de WhatsApp a un número telefónico que desata una catarata de emojis K personalizados en tu chat.

El paquete oficial del kirchnerismo lleva más de 10 mil descargas, una cifra que parece mínima si se tiene en cuenta otro dato. “El pueblo vence” es autora de los stickers del gato, un paquete de imágenes irónicas contra Macri y las principales figuras del Gobierno que lleva más de 500 mil descargas.

Los stickers del gato son los más exitosos de la campaña. Se lanzaron a fines de 2018 pero se fueron actualizando.

Los stickers del gato son los más exitosos de la campaña. Se lanzaron a fines de 2018 pero se fueron actualizando.

En las fuerzas con menos recursos, las bases son las que producen los virales. En el Nuevo MAS, fuerza de Manuela Castañeira, la única mujer precandidata presidencial, apuestan a lo artesanal. “Nuestros sticker los hacen la militancia desde abajo, la juventud, les jovenes, como les decimos nosotros, les secus”, dicen.

Para ellos, esa unidad mínima de comunicación gráfica “reflejan momentos políticos, emociones, y los usan para eso. Por ejemplo, hay un nieto recuperado y se viraliza el sticker de Manu con Norita (Cortiñas). Es una forma divertida y nueva de hacer política,está bueno porque es una de las forman de la juventud que tienen para transmitir su política”, explican.

Aunque no haya unidad en la izquierda, la idea es la misma en el FIT, que postula a Nicolás del Caño como precandidato presidencial. “No es que tenemos gente lanzando eso, pero surgen y la enorme mayoría son buena onda y divertidos. Más bien surgen de abajo y eso nos gusta. Cómo el trap de Nico o la canción que hizo flor Alcorta. Sumamos todo lo que llega de original desde abajo”, explican.

Esa orfebrería digital no es patrimonio único de quienes buscan la abolición del sistema capitalista. Del otro lado del dial político, en el liberalismo a ultranza de José Luis Espert y su frente Despertar, hacen lo mismo. “Para nosotros, es una de las novedades de la campaña. Sabemos que una imagen vale más que mil palabras, e inmersos en la era de los ‘memes’, donde una imagen trash se vuelve viral para resignificarse y multiplicar su impacto, los stickers son livianas perlitas que habitan las conversaciones de WhatsApp creativos, espontáneos, se viralizan, de eso se trata”.

Todos los candidatos apelan a stickers. Les sirve para reforzar, a través de un canal divertido, la militancia de los convencidos.

Todos los candidatos apelan a stickers. Les sirve para reforzar, a través de un canal divertido, la militancia de los convencidos.

Si de imagen trash se habla, el economista al que sus seguidores más jóvenes llaman “Profesor” es uno de sus exponentes. En sus emoticones personalizados se lo puede ver como el increíble Hulk; repartiendo choripanes, haciendo el festejo de Usain Bolt, boxeando o con un cartón de vino Uvita.

Hasta en el mundo sindical la moda fue adoptada por los principales gremios. El consultor Diego Serrano es especialista en comunicación sindical y desde hace décadas asesora a una veintena de sindicatos. En ese ámbito, los stickers también tiene algo para decir.

«Se viralizan de una manera amigable en el mundo gremial, el de Perón, el de Hugo y Pablo Moyano, son los más proliferan, no vi ninguno de Cavalieri, ponele», explica y cuenta que hay dirigentes que hasta se los envían a empresarios en sus siempre tensos diálogos con paritarias.

«Hay una nueva conducción sub40 que se mueve en los grupos de WhatsApp,ellos nos piden utilizar emojis, comunicación no escrita, visual. Son símbolos que los dirigentes se apropian y tiene que ver un cambio generacional y con establece empatía. Los hijos les mandan stickers», detalla el portavoz de varios sindicatos.

Pero… ¿da votos?

¿Sirven para algo? Todos los políticos los tienen, pero la pregunta es si suma votos. Juan Ignacio Belbis, director del Observatorio de redes, lo explica así: “El ‘sirven’ está atado a un para qué. Si sirve para cambiar percepción del votando o influir en la cantidad de votos me atrevo a decir que no, sirven para movilizar a la militancia, más en el términos negativos”.

“Los memes suelen moverse más cuando son para reírse y en este caso suele ser negativo para el sujeto que es parte de la imagen”, dice Belbis. “Es muy complejo en el caso de las campañas y siempre suele ser una preocupación es cómo medís. Es imposible medir el uso y a partir de eso hacer una correlación entre quien lo usa”, sigue.

En definitiva, para él, los stickers son “una buena herramienta para convencidos por positivo o negativo para que reproduzcan ese mensaje de estar convencidos.

Los stickers son un negocio: en 2016, la app Line ganó 270 millones de dólares solo en la venta de stickers, según publicó la revista Forbes.

La especialista en medios Adriana Amado Suárez es tajante: los stickers de ninguna manera sirven para sumar votos. Así desglosa su significado: “Su rol es doble: primero primero porque es una narrativa de redes sociales, es condensada, breve, no pesa nada, se puede compartir indiscriminadamente y puede ser entendida más allá de las palabras, vos lo abrís y sabes de qué se trata, ese valor tienen”.

“Por otro lado tiene la condensación del humor y son imbatibles, porque las redes abiertas es mas difícil manejar ironías porque te vienen las acusaciones de la gente que se siente herida porque te estas burlando de alguien que para ellos es importante”, analiza. “Lo que permite WhatsApp [red encriptada y cerrada] es ejercer con más libertad el humor, por eso las propias fuerzas son las que usan stcikers irónicos de su propio líder, algo que nunca harían en redes abiertas”, agrega.

Todos los candidatos los tienen, pero no sirven para ganar votos. “Hay que descartar cuando se habla del tema cualquier suspicacia alrededor de manipulación, ningún sticker cambia la opinión. Lo que te permite ver es qué grupo es seguro para expresar tu opinión”, explica Amado Suárez.

“No hay un arma electoral con el tema de los stickers”, sentencia la autora del libro Política Pop: de líderes populistas a telepresidentes y concluye: “Esta circulando esa idea con relación a trolls,a los mensajes de WhatsApp, a la manipulación, son ideas falsas, indemostrables alrededor de la fantasía de Cambridge Analytica que creo que tienen que ver con que hay muchos que se preparan par aun resultado que no les va a gustar por eso se vienen atajando como hicieron en Brasil y EEUU que en vez de entender que la sociedad esta expresando algo prefieren creer que la sociedad es tonta o se la manipula con una figurita de WhatsApp”.

Con la campaña cerrada y a días de ir a las urnas, los stickers siguen circulando en WhatsApp. Para ellos no hay veda, siguen replicándose en los chats, buscando convencer a un indeciso o riéndose de una campaña donde faltan propuestas, pero sobran los memes.

FUENTE  CLARIN Pablo Javier BlancoPABLO JAVIER BLANCO

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