Manzur quiere a Mario Leito en la AFA
Claudio Chiqui Tapia pierde poder y lo correrían de la AFA
Una denuncia por irregularidades en la Asamblea virtual en la que fue reelegido pone a flor de piel la disputa por la caja del fútbol. Quienes buscan sentarse en su silla. El rol de Alberto, Máximo K y Massa.
Claudio Chiqui Tapia vive su peor momento desde que se convirtió en el hombre fuerte del fútbol argentino. El tejido de alianzas que lo llevó a ocupar el sillón presidencial de la AFA en 2017 poco a poco comenzó a deshilacharse y, por estas horas, su continuidad es un enorme interrogante. Si la Inspección General de la Justicia (IGJ) hace lugar a la denuncia sobre las irregularidades en la asamblea virtual que hace diez meses desembocó en su reelección “por aclamación”, Tapia tendrá que volver a pasar por las urnas para renovar su mandato. Pero no la tendrá nada fácil.
El exyerno de Hugo Moyano ya no cuenta con el apoyo unánime que reunía meses atrás y hay varios candidatos que comenzaron a tomar carrera para quedarse con su lugar y con la codiciada caja que maneja la AFA. Quién es quién en esta nueva guerra en la casa matriz de la pelota y qué papel juegan Alberto Fernández, Sergio Massa y Máximo Kirchner es la cuestión a dilucidar.
Para entender un poco más el mal momento de Tapia hay que retroceder cuatro años y recordar cómo fue que llegó a ser el presidente de la AFA. Después del mandato XXL de Julio Grondona, el interinato accidentado de Luis Segura, el papelón del 38-38 y el paso de la Comisión Normalizadora, Tapia fue ungido con el poder en Viamonte 1366 gracias a la banca incondicional de los clubes del Ascenso y del Interior.
Ahí asoman las figuras de Daniel Ferreiro, hombre fuerte de Nueva Chicago, Marcelo Achille, mandamás de Defensores de Belgrano, y Pablo Toviggino, con influencia fuerte en el fútbol federal. También tuvo el respaldo -a regañadientes- de líder de los Camioneros y de Daniel Angelici, entonces presidente de Boca, que le había allanado los canales de comunicación con Mauricio Macri, entonces Presidente.
Toda esa red de contención ya casi no existe. De hecho, Ferreiro, quien ofició como ladero y vocero de Tapia durante mucho tiempo y ahora está parado en la vereda de enfrente (con el padrinazgo político del radical K Leandro Santoro y del ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens), fue quien motorizó para que Nueva Chicago, a través de su presidente Germán Kent y su prosecretario Gonzalo Huerta, presentara la denuncia que puede desembocar en el final de la gestión del expresidente y delantero de Barracas Central al frente de la AFA.
Otros tiempos. Claudio ‘Chiqui’ Tapia y Daniel Ferreiro ingresan a un restaurante de Puerto Madero.
El jueves pasado la denuncia del club de Mataderos llegó a manos del presidente de la IGJ, Ricardo Nissen, hombre de Máximo Kirchner y también apoderado de los hijos de la vicepresidenta Cristina Fernández en la causa Hotesur.
Uno de los fundamentos de la denuncia es que el Comité Ejecutivo de la AFA que preside Tapia no especificó en la convocatoria a la Asamblea cómo se conectarían los representantes de los clubes y que los delegados no dejaron constancia de haber recibido la convocatoria, tal como exige la resolución de la IGJ que permitió la realización de asambleas remotas durante la pandemia.
También advierte que en el acta de la Asamblea no se detallan los miembros ausentes, un requisito formal consagrado por el artículo 42 del reglamento general de la AFA, y que no hay tampoco ninguna mención al cumplimiento del Código Electoral de la AFA, tal como lo requiere el artículo 28 de su estatuto.
Y finalmente, como último fundamento, remarca que “no surge del acta de la Asamblea ninguna descripción de la modalidad bajo la cual se adoptó la decisión de pasar a votación por aclamación ni la cantidad de votos con la cual se configuró la mayoría absoluta”.
La IGJ debe notificar a la AFA de la denuncia y esperar desde ese momento un descargo en el lapso de cinco días. Pero, de no mediar un volantazo, la suerte estaría echada y la reelección, que establecía un nuevo mandato entre octubre de 2021 y octubre 2025, va camino a ser anulada y abriría las puertas a un nuevo proceso eleccionario en el que Tapia, por estas horas, tiene todas las de perder.
Es que la pelea con Ferreiro le partió al medio el consenso absoluto que tenía en el Ascenso. Y ahí, de arranque, ya reunirá menos votos. Hay, además, muchos dirigentes de las categorías menores que están al rojo vivo con la AFA por los arbitrajes polémicos y cuestionados que se sucedieron en los últimos tiempos.
Pablo Toviggino llegó a la AFA con la Comisión Normalizadora.
Pero ese no el único frente que tiene abierto. Otro que, desde hace tiempo, ya no funciona en tándem con Tapia es Toviggino, quien ofició como su socio político durante gran parte de su gestión, pero ahora ya no va de su mano pese a seguir siendo el secretario ejecutivo.
Toviggino es, en realidad, el hombre que maneja el día a día de la AFA y las diferencias se acrecentaron en los últimos tiempos por diferencias que tienen que ver con algunas conductas y decisiones de Tapia. Así es como también se diluye la banca de los clubes del Interior, que hasta hace un tiempo eran incondicionales con Tapia.
Toviggino, además, tiene muy buena llegada a Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados y hombre fuerte de Tigre, otro club con ascendencia en el Ascenso.
El horizonte se pone aún más complejo para Tapia si se le da sentido y valor a una situación que sucedió hace un par de semanas en Santiago del Estero, la tierra de Toviggino, en el marco de la final de la Supercopa Argentina que finalmente consagró a River luego de la goleada sobre Racing. Ese día se inauguró el faraónico estadio Único Madre de las Ciudades con la presencia de Alberto Fernandez.
Pero el Presidente hizo lo imposible ─y lo logró─ para evitar a Tapia y adelantó el acto un par de horas ─no presenció el partido─. No hay registro fotográfico de Fernandez ─estuvo con el gobernador Gerardo Zamora─ con Tapia. Horas más tarde, Chiqui debió conformarse con hacer una segunda inauguración, sin corte de cinta, con Rodolfo D’Onofrio y Víctor Blanco, presidentes de River y Racing.
El presidente Alberto Fernández inauguró el Estadio Único «Madre de Ciudades», junto al gobernador Gerardo Zamora. / Telam
Fernández mantiene además una estrecha relación con Luis Segura, quien fuera el sucesor de Grondona en la AFA, ya que lo conoce de Argentinos Juniors, el club del que es hincha fanático. Segura fue su presidente durante mucho tiempo ─también su hijo Luis─ no tiene injerencia en La Paternal, ahora bajo la órbita de Cristian Malaspina, pero sigue siendo un hombre de confianza para el Presidente y es quien lo tiene al tanto de algunas desventuras de Tapia.
¿Quiénes aspiran a la presidencia de la AFA? Uno que aparece otra vez en escena es Marcelo Tinelli, a cargo de la Liga Profesional de Fútbol y con la sangre en el ojo desde aquel papelón del 38-38. El conductor televisivo y empresario, que es además presidente de San Lorenzo, pudo reacomodarse luego del traspié que tuvo a finales de 2020 cuando quiso romper en forma unilateral el contrato con una de las cadenas que tiene los derechos de TV del fútbol argentino.
Su armador es Eduardo Spinosa, hombre fuerte de Banfield y quien maneja el día a día de la Liga con llegada a buena parte de la dirigencia.
Otros tiempos. Nicolás Russo, Jorge Ameal, Claudio Tapia y Marcelo Tinelli.
Pero Tinelli no la tendrá sencilla. Massa apuesta sus fichas por Nicolás Russo, presidente de Lanús y diputado provincial por el Frente de Todos, quien tiene muchos kilómetros recorridos en los pasillos de la AFA, conocedor de todas las roscas de la pelota y con apoyo de varios dirigentes de clubes de Primera. Russo pretende además ser intendente del partido de Lanús, donde actualmente manda Néstor Grindetti, hombre del PRO.
Desde la Casa Rosada, con el impulso del gobernador de Tucumán, Juan Manzur, apuestan a un hombre del Interior. Se trata de Mario Leito, presidente de Atlético Tucumán y diputado nacional por el Frente de Todos, que tomó fuerte protagonismo en los últimos tiempos gracias a las buenas campañas de su club y a sus apariciones para poner en tela de juicio algunas decisiones de la AFA. Otra alternativa podría ser el propio Achile, también presidente de la Mesa de la Primera Nacional, con llegada a distintos actores del gobierno nacional
Y no habría que descartar al propio D’Onofrio, que semanas atrás dejó en claro su interés de llegar a la presidencia de la AFA, aunque más tarde aclaró que sólo se lanzaría cuando terminara el mandato de Tapia. Algo que puede suceder mucho más pronto de lo que todos imaginaban.
Informe de Clarín