Martín Ochoteco filmó en Tucumán escenas para una serie documental
Martín Ochoteco, el famoso domador de la pantalla de NatGeo, visitó la provincia el fin de semana de la celebración de la Independencia para brindar una capacitación a interesados en el adiestramiento no violento de caballos. También, para filmar escenas de una serie documental sobre su especialidad en medio del paisaje privilegiado de Villa Nougés.
Ochoteco, quien es oriundo de Buenos Aires, fue invitado por la tucumana Sofía Sosa para enseñar en la Provincia cómo amansar a los equinos a través de su conocimiento. El encuentro se llevó a cabo los días 7, 8 y 9 de julio en la Finca «Nuevo Mundo», ubicada en la localidad de San Pablo. En esta primera experiencia, las instrucciones del domador estuvieron centradas en la quita de mañas, en la psicología y en el comportamiento del animal.
«Este curso se caracterizó por la participación de los dueños de los caballos en los trabajos para que tengan una experiencia concreta con esta nueva técnica de doma», informó Victoria Gai, agente de prensa de Ochoteco, en diálogo con eltucumano.
Sobre la producción del documental, Gai anticipó que se trata de una producción independiente que ya cuenta con dos capítulos: el primero, filmado en Mendoza y el segundo, en Tucumán. Aún no está definido a través de qué señal se transmitirá pero el objetivo será llegar con esta nueva técnica de doma no violenta cada vez a más personas.
Los secretos del afecto
Ochoteco creció en las afueras de la provincia de Buenos Aires, rodeado de caballos, debido a que su papá era veterinario. Las vueltas del destino permitieron que sus innovadoras técnicas de doma llegaran a la National Geographic, que le dio proyección internacional por haber conseguido amansar a caballos con sus innovadores métodos basados en la confianza y la comunicación.
«Cada caballo tiene su temperamento, como las personas. La clave está en saber entenderlo, comprender su lenguaje corporal y su psicología. Se tiene que crear un vínculo a base de confianza, pero dejando los puntos en claro, con autoridad», sostuvo el famoso domador en una entrevista con el diario Los Andes, de Mendoza, donde también dictó un curso.
«La doma con métodos violentos es más lenta, porque hay que invertir más tiempo en sacarle los miedos al animal y evitar que responda a la defensiva. La violencia termina estropeando al caballo y poniendo en riesgo al domador, en última línea», explicó haciendo hincapié en la necesidad de buscar métodos alternativos a la tradición gaucha.
“Se trata de un momento de apertura y lucidez. De una entrega y de saber estar atento a las señales que emite el animal. Pero mi trabajo no es sólo domar caballos, sino también domar a la gente que los rodea”, concluyó.