LocalesPrograma de radio

Hay más de 30.000 armas en el mercado negro, y la mitad de ellas salieron de una oficina policial

El ministro fiscal admitió que el problema lo preocupa y se comprometió a tratar de encontrarle una solución para evitar nuevas fugas.

Por año se secuestran en Tucumán unas 500 pistolas, revólveres o escopetas que fueron utilizadas por delincuentes.

Es un círculo vicioso que termina incidiendo de la peor manera en la seguridad de la provincia. La sección Secuestros Judiciales, que depende del Poder Judicial, pero cuya custodia está a cargo de la Policía, se ha transformado en una de las principales fuentes de armas para los delincuentes. Según la investigación que lleva adelante la Justicia, en los últimos 40 años se habrían “perdido” más de 15.000 armas que, inevitablemente, terminan en manos de los asaltantes.

Ese círculo infame comienza con la detención de delincuentes y el secuestro de armas, casi siempre pistolas o revólveres, que, según estipula la ley, son puestas a disposición de la Justicia, al igual que los acusados. Esas armas, mientras están sujetas al proceso penal, son llevadas a Secuestros Judiciales, una dependencia ubicada en calle Jujuy al 1.300, donde funciona la “Volanta”. De allí desaparecieron las armas, según los inventarios que, cada tanto, se ordenan desde el Ministerio de Gobierno, Seguridad y Justicia de la provincia. Esas armas vuelven a manos de los ladrones. El círculo se completa cuando la Policía detiene otra vez al delincuente armado, y esa pistola o revólver regresa a la dependencia judicial, desde donde puede ser robada nuevamente. Y así el círculo nunca se detiene.

Botón volver arriba