Milei quiere privatizar hasta la donación de órganos

“Es un mercado más”

El economista generó revuelo tras plantear que la libre compra y venta de órganos haría que “funcione mucho mejor”, y afirmó “mi primer propiedad es mi cuerpo, ¿por qué no voy a disponer?”.

Queda claro que la polémica, las consignas provocativas y las actitudes eufóricas vienen siendo negocio para Javier Milei, que en los últimos años pasó de ser un economista ultra ortodoxo que se paseaba por estudios de televisión a diputado nacional.

Esta investidura, que reforzó muchos de sus rasgos en lo que refiere a sus expresiones públicas, sumada a la crisis de representación que atraviesan los partidos -y en particular las coaliciones- tradicionales, lo ubica como una de las alternativas de mayor pregnancia en algunos sectores sociales, a tal punto de pensar en una carrera presidencial para 2023.

No obstante, la propia trayectoria hacia el período electoral le irá marcando cuáles son los límites que el electorado está dispuesto a admitir en una actor novedoso y extremista de la política.

En esta ocasión, el revuelo vino de la mano de la donación de órganos, cuando el periodista Jorge Lanata le consultó en su programa de Radio Mitre, si estaba de acuerdo con su privatización.

“Es un mercado más, podrías pensarlo como un mercado. El problema es: ¿Por qué todo lo tiene que estar regulando el Estado?”, respondió Milei.

En este sentido, añadió que “hay estudios hechos en Estados Unidos que dicen que, si vos dejaras esos mercados libres, funcionaría muchísimo mejor y tendrías menos problemas”. La fuente de esos estudios, no obstante, no fue revelada (otro hábito recurrente del economista devenido en político).

A continuación, el líder de La Libertad Avanza consideró que “es una decisión de cada uno” e incluso recuperó un slogan de la lucha feminista por el aborto, cuestionando: “¿Por qué no puedo decidir sobre mi cuerpo? ¿Cuál es el punto?”. Sin embargo, luego le confirió un marco teórico ciertamente diferente.

Fragmento de la entrevista recuperado por El Canciller.

“Si el liberalismo es el respecto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, y en defensa del respeto a la vida, a la libertad y a la propiedad: mi primer propiedad es mi cuerpo, ¿por qué no voy a poder disponer de mi cuerpo?”, inquirió.

Las palabras del diputado causaron impacto rápidamente y el repudio se hizo sentir en las redes sociales. La sola idea de pensar en los órganos vitales como una mercancía remite a los más turbios argumentos ficticios de realidades distópicas del género suspenso-terror.

Días atrás, en un debate con Juan Grabois organizado por Jorge Fontevecchia y transmitido a través de NetTV, el diputado ya había defendido la “libertad de trabajar 14 o 18 horas por día” o la de “elegir morir de hambre”.

El dirigente social había planteado una hipótesis donde remarcaba que la libertad para decidir qué hacer de su vida no es igual para todos, poniendo el ejemplo de aquel que tiene que elegir entre trabajar esa cantidad de horas o no tener para comer.

Lo cierto es que, hasta el momento, Milei no negocia su propuesta discursiva y defiende a fondo su perspectiva, que le ha traído cierto arraigo ideológico en diferentes segmentos sociales, particularmente entre los jóvenes.

Hasta ahora, no parece encontrar razones para flexibilizar sus posturas extremistas, aunque la carrera hacia las presidenciales recién comienza, y seguramente las expectativas y mediciones de humor social le irán indicando hasta dónde se puede tensar la cuerda entre la propuesta ideológica y el sentido común colectivo.