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Monzó aseguró que va a “colaborar” con “el gobierno que viene” para “recuperar la unidad nacional”

El presidente de la Cámara de Diputados repasó su gestión ante un concurrido Salón Pasos Perdidos. En su discurso lamentó que “no hayamos eliminado la grieta” y le pegó a los obsecuentes que llevan “a aislarse al líder de la realidad”.
Con una destacada puesta en escena montada en el Salón Pasos Perdidos, Emilio Monzó repasó su gestión como presidente de la Cámara de Diputados, y fue ovacionado por legisladores de todos los espacios políticos, autoridades y trabajadores.
Monzó fue el último orador en un acto que duró alrededor de dos horas y contó, además, con varios vídeos que se mostraron por pantalla gigante. En el inicio de su discurso, el titular de la Cámara baja agradeció especialmente a los diputados Mario Negri (UCR), Agustín Rossi (FpV-PJ), Graciela Camaño (CF), Pablo Kosiner (Justicialista), José Luis Gioja (FpV-PJ) y Nicolás Massot (Pro).
“El consenso y el disenso es algo permanente y uno tiene que jugar con ese equilibrio sobre todo cuando es presidente de la Cámara de Diputados. El consenso es esa palabra que nosotros cada vez tenemos que pregonar más porque el país no está bien”, sostuvo.

Enseguida, confesó que él tuvo “mucha ilusión en estos últimos cuatro años poder volver a recuperar la unidad de los argentinos. Y tengo que decir que lamentablemente eso todavía no ha ocurrido”.

“Me duele mucho que todavía la Argentina no esté unida, me duele mucho que no hayamos eliminado la grieta todavía. Tengo muchas esperanzas y voy a colaborar para cualquier gobierno, pero para el que viene, puede lograr la unidad nacional de los argentinos”, enfatizó.

Por otra parte, Monzó recordó, para poner de ejemplo en lo que hace a una transición, que él sucedió a “un buen presidente” de la Cámara baja. “Julián Domínguez me puso la vara en un lugar bastante alto, pero fue mi primera hoja de ruta”, expresó. En ese sentido, dijo que aprendió “de las cosas buenas” y “a partir de ahí empezamos a trabajar”.
El presidente de Diputados reveló que al conformar su equipo de trabajo fue en busca de Marcio Barbosa, quien además de ser “amigo” había sido viceministro de Florencio Randazzo, y lo hizo sin fijarse “en la procedencia, la ideología”. A su vez, “aportamos la juventud y el Pro con Florencia Romano”, la secretaria administrativa.

Ponderó entonces que el equipo estuvo conformado por la representación de “todos los espacios políticos más la experiencia parlamentaria”. “Y estuvieron representadas las mejores personas para llevar las funciones que llevaron adelante esta gestión y que tuvo este éxito”, agregó.
“Sueño con que en Argentina comiencen a elegirse a los funcionarios de esta manera”, apuntó y consideró que “si nosotros caminamos en este sentido, seguramente las consecuencias de eso va a ser la unidad nacional”.

Y fue entonces cuando el hombre de Carlos Tejedor fue más allá en su reflexión y analizó que “llevamos muchos gobiernos que son tomados, y que es una tentación que tenemos permanentemente, por la corte o los obsecuentes, y éstos tienen un elemento narcótico que es la adulación al líder, que lo atrapan, porque el líder está observado permanentemente por todos ellos”.
“Eso es lo que le pasa al líder en la administración pública, y de lo que tiene que estar siempre alerta. Porque el obsecuente, en esa adulación, lo que consigue es perdurar en el cargo, pero principalmente lo que consigue es llevarlo a una zona de confort, de fanatismo, de aislarse al líder de la realidad”, disparó Monzó, dirigente al que le tocó estar relegado dentro del macrismo.
Para completar que “tenemos que terminar con ese tipo de gobiernos y tenemos que empezar a colocar funcionarios que legitimen y tengan responsabilidad, prestigio propio, porque si tiene prestigio propio siempre va a guiar a la gente”.

Muy emocionada, la secretaria parlamentaria, Florencia Romano, le agradeció a Monzó “que siempre me pidió y me enseñó que trabajemos sin grieta”. Entre los principales logros de la gestión, destacó el “superávit de 432 millones de pesos en un plazo fijo a tasa del 46%”.

También remarcó que se logró “tener una nómina igual al 2007” en un “trabajo en conjunto con los gremios” y “la optimización de los recursos humanos” sin “dejar gente en la calle”.

Romano valoró la creación de un comité de seguimiento sobre casos de violencia laboral con perspectiva de género, lo que hace que “esta se vuelva una Casa más inclusiva”; y la creación de un portal web “para poder facilitar la transición”, donde están cargados todos los informes de gestión.

A su turno, el secretario parlamentario, Eugenio Inchausti, agradeció que se dio “libertad absoluta” para la designación de trabajadores en su área y desde la presidencia “jamás se nos sugirió nombres para cubrir los cargos”, y “mucho menos sufrimos reproches” por tener entre los trabajadores a personas que “no pertenecían al oficialismo”.

Entre los datos del abultado balance, se detalló que entre 2015-2019 se sancionaron 262 leyes, hubo 77 sesiones y 1.587 reuniones de comisiones en la Cámara de Diputados.

Acompañando en el escenario a Monzó, además de Romano e Inchausti, estuvieron también Marcio Barbosa, secretario general de la Presidencia; Marta Luchetta, prosecretaria parlamentaria; Ricardo Angelucci, secretario de la comisión administradora del edificio de El Molino; y Juan de Dios, director general de Diplomacia Parlamentaria.
Además, participaron del evento los representantes gremiales Martín Roig (UPCN), Claudio Britos (ATE) y Norberto Di Próspero (APL), quien celebró: “Terminamos de la mejor manera. Ni nos imaginamos que íbamos a terminar así cuando empezamos. Estoy orgulloso del trabajo que hicieron estos cuatro años y los vamos a recordar”.

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