La actriz y vedette falleció a los 65 años por un cáncer de colon en el Hospital Fernández, donde se encontraba internada desde el 4 de junio pasado.
Se encontraba internada en el Hospital Fernández desde el 4 de junio pasado por una recaída en su tratamiento por un cáncer de colon, contra el que luchó durante un año. Acudió al centro médico para realizarse un análisis de sangre, pero los profesionales determinaron que fuera ingresada debido a los fuertes dolores abdominales que padecía.
Por esas dolencias tuvo que ser sedada en el momento y le realizaron varios estudios para conocer en detalle su estado de salud, que empeoró con el correr de los días. Durante este tiempo la acompañaron sus hijas y sus mejores amigas, entre ellas Ana Rosenfeld.
Los problemas de salud de Salomón comenzaron en junio del año pasado, cuando se conoció la noticia que había sido internada por una hernia umbilical que, según ella, venía arrastrando desde hacía tiempo porque no contaba con una obra social para operarse. «Me he dejado estar mucho con mi salud, pero va a estar todo bien», dijo en aquella ocasión desde el centro médico. Después de casi diez días, le dieron el alta.
Recién el 9 de noviembre volvió a mostrarse públicamente tras ese episodio y se la vio muy feliz en la fiesta de quince años de su hija menor. «Para mí fue un gran sacrificio levantarme de la cama, bañarme, que venga el coiffeur y me peine, que me ponga el vestido Roberto Piazza, los zapatos, maquillarme y llegar a la fiesta a las 9 de la noche», reconoció, después del festejo.
Sin embargo, unos días después, el 30 de ese mes, fue internada nuevamente en el Fernández. «Ella no está bien, está con mucha angustia y te diría que está en manos de Dios», contó en aquella oportunidad Ana Rosenfeld a Teleshow. «La pobre Turca no se merece todo lo que le está pasando en la vida. Eso hace que me ponga interrogantes sobre la vida misma», agregó Roberto Piazza.
La situación empeoró cuando sufrió un accidente en la habitación donde se encontraba internada: se resbaló y cayó al piso. Como consecuencia, se fisuró la cadera y se golpeó la cabeza y un hombro. Por ese motivo realizó un desesperado pedido de ayuda: «Necesito urgente una prótesis doble movilidad con tallo largo segmentado para fracturas patológicas. Tres dosis de cemento más la pistola de segmentación que es material descartable y de colocación. Es urgente porque si no, no puedo caminar, es una fractura cerca de la ingle y la cadera. Cuando te dan este tipo de medicación tan fuerte quedás como débil».
Pocas horas después la empresa Total Bone Supply donó la prótesis indicada y Salomón fue operada exitosamente. «Creo que en unos días me dan el alta y seguiré con el otro tratamiento y las vías que me ponen para mejorar el otro problema que tengo porque también voy a salir para adelante. Hay una medicación nueva, que es un refuerzo de la anterior. Ahora estoy en plena rehabilitación», dijo sobre su lucha contra el cáncer.
En marzo pasado, después de festejar los 18 años de su hija mayor, contó a Teleshow que ya había hecho nueve sesiones de quimioterapia. «La estoy luchando. Perdí todo mi pelo, mi melena de toda la vida…», dijo.
Lamentablemente tuvo una recaída de su enfermedad y por sus fuertes dolores abdominales volvió a ser internada en el Hospital Fernández. Rodeada de sus hijas, las personas más importantes de su vida, y sus seres queridos, la consagrada actriz no pudo seguir haciéndole frente a sus problemas de salud.
«La Turca», como se la conocía en el ambiente artístico, había nacido en el seno de una familia de origen sirio el 9 de octubre de 1953, en San Juan. En 1971 se convirtió en la reina de belleza de su provincia, lo que le permitió concursar en el certamen nacional de Miss Argentina y obtener el título de Miss Simpatía.
A partir de ese momento, dejó de lado su empleo en el Banco Agrario para dedicarse al modelaje publicitario. Pero su impronta no podía quedar ajena al mundo de la televisión. Así que, en la década del ’80, comenzó a trabajar con el capocómico número uno de la época, Alberto Olmedo, en el legendario ciclo No toca botón.
Fue una de las llamadas «chicas Olmedo», de la camada de Adriana Brodsky, Susana Romero y Silvia Pérez, entre otras. Estuvo en la cresta de la ola a nivel popularidad. Por aquellos años, además de hacer televisión, participó junto a «El Negro» en películas como El manosanta está cargado (1987), Los colimbas al ataque (1987) o Atracción peculiar (1988), y obras de teatro como El negro no puede (1986) o Éramos tan pobres (1987). Llegó a ilustrar más de setenta tapas de revistas, incluyendo Radiolandia 2000, Eroticón, Playboy, Gente y La Semana.
Sin embargo, con la muerte de Olmedo, el 5 de marzo de 1988, Salomón debió abrirse camino sola en el mundo del espectáculo. Y, aunque siguió trabajando mucho junto a Jorge Porcel, con quien hizo Las gatitas y ratones de Porcel (1989) en televisión, Hay fiesta en el conventillo (1989) y Se pudrió todo (1990) en teatro y El Profesor punk (1988) en cine, entre otros proyectos, de a poco empezó a barajar la idea de dejar de lado las cámaras y los escenarios para empezar a pensar en cumplir su mayor anhelo: formar una familia.
Trabajadora como pocas, no obstante, «La Turca» siguió acompañando a grandes del espectáculo nacional como Jorge Corona, Jorge Guinzburg, Nito Artaza, Tristán y Berugo Carámbula, acumulando en su haber una treintena de obras de teatro, que se sumaron a sus diferentes participaciones en cine y televisión.
Hasta que, después de un largo derrotero amoroso, a fines de los ’90 apareció en su vida el cirujano plástico Alberto Ferriorls, con quien se casó el 16 de abril de 1999. Con él, Salomón estuvo dispuesta a concretar su sueño de convertirse en mamá. Y, al no poder quedar embarazada, comenzó un largo proceso de adopción, que culminó con la llegada a su hogar de Noelia y Betina. Desde entonces, «La Turca» decidió dejar en un segundo plano su rol de artista para dedicarse, fundamentalmente, a la crianza de sus hijas.
Pero a fines de 2004 se separó de su marido. Signada por los problemas económicos y con la necesidad de mantener a sus niñas, Beatriz se vio obligada a volver al ruedo.
Y participó de muchas obras de teatro, como Humor en custodia (2006) o El último argentino virgen (2007), entre otras. Pero ya no era la misma. Y no porque el tiempo le hubiera robado la belleza, sino porque las adversidades le habían quitado la alegría…
Como si todo esto fuera poco, el 18 de octubre de 2013 Beatriz sufrió otro duro golpe con la muerte de su hermana Isabel, de 50 años, quien padecía una esclerosis lateral amiotrófica que la venía torturando desde hacía años. Según la actriz, esto había motivado también la muerte de su mamá, Leonor, en 2011, al no poder soportar el sufrimiento de su hija.
En 2015, en tanto, hubo una buena para la actriz, que volvió al centro de la escena gracias a Extinguidas, la obra de José María Muscari con la que varias actrices de su generación, entre las que se encontraban Naanim Timoyko, Adriana Aguirre, Luisa Albinoni, Patricia Dal, Sandra Smith, Silvia Peyrou, Pata Villanueva, Mimi Pons y Noemí Alan. Juntas pudieron subirse al escenario para demostrar su vigencia.
Pero esta felicidad también estuvo teñida de tristeza cuando, ese mismo año, Salomón perdió a su padre, Jacinto, de 88 años, y volvió a sentir el dolor por la muerte de un ser querido. Pero, en ese momento, en lugar de ponerse a llorar decidió volcar toda su energía en el escenario y seguir adelante, sin bajar los brazos.
Lo cierto es que, cuando la obra se terminó en 2017, Beatriz volvió a deambular en busca de un trabajo. No mucho tiempo después su salud se resintió.