EDUCACION

No habrá clases normales en lo que resta del año

En Mendoza la incertidumbre, tensión, horarios desbordados, peleas con los proveedores de internet, visitas diarias a las fotocopiadoras, rescate de viejas computadoras, repaso por saberes arrumbados en la memoria. O, incluso, estrategias para buscar cuadernillos de actividades, control para que los chicos no acumulen tareas, adecuación a tecnologías que ni sabíamos que nos iban a ser necesarias. Todas esas experiencias que el aislamiento obligó a incorporar en el sistema de cursado virtual acaban de brindar un respiro: el primer cuatrimestre terminó y desde mañana el receso invernal podrá darse como comenzado. Y se extenderá, para los alumnos, hasta el domingo 26 de julio.

Pero tal vez sea esa la única certeza que padres y alumnos tengan en cuanto a lo que los espera en el segundo cuatrimestre. Y es que, después de atravesar este verdadero desafío educativo que ha representado (no sólo en Mendoza, sino en todo el mundo) esta modalidad ante la imposibilidad de asistir a clases presenciales, ahora viene la pregunta: ¿volverán este año las clases normales?

Ante esto, hay al menos una certeza, y la confirmó la máxima autoridad escolar de la provincia a Los Andes: “La semipresencialidad llegará hasta fin de año, no caben dudas”.

José Thomas, titular de la Dirección General de Escuelas (DGE) lo reconoció pocas horas después de que el Consejo Federal de Educación, con el ministro de la Nación Nicolás Trotta a la cabeza, aprobara por unanimidad un protocolo que permitiría, bajo medidas excepcionales y ciertamente complejas, una vuelta a las aulas. Sin embargo, el restablecimiento del cursado convencional aún aparece lejano. 

En realidad, lo que aparece como escenario más optimista es, justamente, una convivencia entre el sistema virtual que hasta ahora primó y una asistencia gradual y en diversas modalidades (por turnos, por grupos o burbujas y hasta en lugares que no necesariamente serán los edificios escolares). En definitiva, eso a lo que Thomas llama “semipresencialidad”.

Sistema bimodal
Tal vez sobra decirlo, pero en este escenario todo se rige según la evolución de la pandemia. Y luego de cuatro meses del primer caso de Covid-19 en la Argentina y poco más de tres en la provincia (el primer positivo se dio el 21 de marzo), la situación actual es incierta, ya que justo por estos días ronda el “fantasma” de la circulación comunitaria del coronavirus. Si bien esta no ha sido declarada, sí es cierto que Mendoza viene de una larga seguidilla de días consecutivos con nuevos casos y una acumulación de varios de estos en los que aún no se puede determinar el nexo epidemiológico.

Por esta incertidumbre es que las autoridades escolares no descarten aún el esquema de clases exclusivamente a distancia. Como los resultados les permiten considerar positivo el balance (ver página siguiente), planean seguir reforzándolo.

“Vamos a seguir en la política de seguir conectando a los que no han podido hacerlo”, ratificó Thomas. “Y si no podemos ir a la presencialidad total, vamos a buscar abrir más puntos de conexión wi fi, que seguirán protocolos sanitarios, para que los chicos puedan conectarse allí. Pero entendemos que la semipresencialidad durará todo este año”, insistió.

Aceptar eso le lleva al funcionario a reconocer que en este “sistema bimodal” lo que más se necesita, justaemente, es garantizar el acceso a internet, que ha resultado la solución para un cuerpo de alumnado que ya son en su totalidad “nativos digitales” y para docentes que supieron adaptarse, con todas las excepciones en uno y otro caso que, evidentemente, también existen.

En cuanto a las posibilidades de regreso, Thomas reconoce que es bueno partir de protocolos claros (los que se aprobaron entre semana).”Me parece bueno tenerlos ahora, porque así como sé que hasta fin de año no va a haber unan total presencialidad, creo que, en el peor de los casos, en septiembre va a haber algo de presencialidad, y hay que estar preparados”, vaticinó.

Junto con esos protocolos está también la confianza en los mismos que puedan tener los padres. “Con tiempo, probablemente no haya tanto miedo de mandarlos”, anticipó el titular de la DGE. “Cuando vean cómo trabajamos y cómo cuidamos la manera de garantizar el distanciamiento o la higiene, tal vez vayan empezando a hacerlo. Hoy no todos están de acuerdo en volver, pero creo que vamos a estar de acuerdo”.

Conectividad pedagógica
El desafío principal, en cualquier caso, es que este no sea un “año perdido”. Sobre todo porque hay un grupo de unos 50.000 alumnos que no han podido adaptarse a esta realidad especial de cursado. “Tenemos un seguimiento importante de esto. Si bien no es perfecto, ha permitido que no perdamos el contacto con ningún chico. Obvio que las trayectorias educativas son desiguales, pero estamos en contacto con todos”, aseguró el funcionario, quien, de paso, exaltó la ventaja de que Mendoza cuente con el sistema GEM, que facilita el seguimiento.. En esta línea, adelantó que están “trabajando para ampliar la bimodalidad, que consistirá un refuerzo presencial de lo que son actualmente las clases virtuales”.

–¿Cómo sería ese refuerzo? ¿Con incorporación de más docentes?

–No, eso es inviable. Lo que estamos tratando de reforzar, por ejemplo, es el trabajo de muchos docentes que estaban sin asistencia frente al aula, para que ellos puedan dar apoyo en las casas. Lo que llamamos “conectividad pedagógica”. Porque más allá de la conectividad, hay muchos a los que les llegan las tareas, pero no tienen una buena ayuda en las casas.

–Si comienzan con algunas clases presenciales, ¿cómo manejarán el traslado de los chicos?

–En realidad, lo que intentaremos evitar es que haya mucho traslado, que las clases sean con pocos chicos y que no se muevan mucho de sus casas.

En este sentido, y aunque Thomas prefirió no hablar al respecto, una de las posibilidades son acuerdos con los municipios, para que provean espacios (gimnasios, locales) que puedan servir de aulas y a los que los alumnos a los que las escuelas les queden lejos, puedan llegar incluso a pie.

Acreditación de saberes.
Thomas dice que aún no se define cómo quedarán los “aprobados y desaprobados”: ”Veremos cómo acreditar saberes. Llegando al último bimestre lo tendremos que tenerlo más en claro”, adelantó.

Balance del primer cuatrimestre, según José Thomas
Lo bueno.

“Amigó como nunca a los docentes con la tecnología. Han visto que esta no es una competencia desleal, sino una herramienta que nos acerca”.

“La profesión docente ha sido valorada como nunca”.

“La familia se ha involucrado y se ha acercado como nunca con los docentes”.

“Nos ha hecho trabajar en reducir contenido y aumentar trabajo por capacidades. Esto es, resaltar los aprendizajes prioritarios”.

Lo malo.

“Dejó en evidencia la gran brecha educativa y de conectividad que tiene no sólo Mendoza, sino todo el país”.

Fuente: Los Andes

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