Por los aumentos en los precios y la caída de la actividad económica, la venta de combustibles arrancó el año con una caída del 3,5% en comparación con el mismo período del año anterior. Pero en el caso de la nafta premium la baja alcanzó el 26,04% y para el diésel premium fue de 6,72%, según los datos de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrcarburos (Cecha).
En el mismo período, la venta de nafta súper creció un 4,25% y el diésel común un 2,87%. «En el comienzo de 2019 sigue la tendencia de 2018, con caída de ventas de nafta premium. Es el quinto mes consecutivo que cae por arriba del 20%, mientras la súper mantiene un crecimiento del 5% promedio desde hace varios meses, pero que no alcanza a compensar la caída de la nafta premium», explicaron desde Cecha.
En el comienzo de 2019 sigue la tendencia de 2018, con caída de ventas de nafta premium. Es el quinto mes consecutivo que cae por arriba del 20%
La migración de los automovilistas hacia un producto de menor calidad y precio se mantiene en 2019, al menos en el primer mes del año. Esta tendencia había comenzado en el segundo trimestre del año pasado, cuando se frenó la evolución que se venía registrando del traspaso hacia combustibles de mayor calidad como consecuencia de la renovación del parque automotor.
«Si bien durante los primeros tres meses del año las premium mostraban todavía un crecimiento interanual en torno al 10%, hacia fin del primer semestre caen prácticamente a cero (0,28% en junio de 2018). La segunda mitad del año comienza con una abrupta caída del 6,57% en julio que luego se profundiza para finalizar los últimos meses del año con retracciones mayores al 25% en promedio», precisaron en Cecha.
Durante el año pasado se registraron 14 aumentos de precios y dos rebajas. La primera, en noviembre, fue una retracción aplicada por Shell y Axion y no alcanzó a YPF, ya que la petrolera estatal venía de un incremento del 2,5% mientras que sus competidoras habían aplicado un 7% en promedio. Con todo, los precios en promedio se incrementaron anualmente un 69,88%.
Este año, en tanto, los combustibles tuvieron su primera suba en los primeros días de febrero. Y se esperan nuevos incrementos a partir de mañana como consecuencia de la actualización trimestral del Impuesto sobre los Combustibles Líquidos. Sin embargo, el impacto podría ser un poco más alto si las petroleras deciden, además, trasladar a los precios finales la cotización del precio internacional del petróleo y la variación del dólar desde febrero.
Se frenó la evolución que se venía registrando del traspaso hacia combustibles de mayor calidad como consecuencia de la renovación del parque automotor
Los aumentos rondarían entre el 2,5% al 5%. «Más allá del impuesto, aun no está definido si las petroleras aumentarán en base al precio del crudo, del dólar y de los biocombustibles. Esos tres elementos han aumentado un 6%, pero todavía no es oficial ningún tipo de aumento», aclaró Gabriel Bornoroni, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (Fecac).
Por tipo de combustible los aumentos de 2018 fueron de 76,27% para diésel, 74,29% para gasoil, 65,77 % para la nafta premium y 64,21% para la nafta súper, detallaron desde Cecha.
El mercado de comercialización de combustibles se vio impactado por la política de «desregulación» o liberación de precios adoptada por el Gobierno nacional desde fines de 2017, a lo que se sumó la devaluación y la caída de la actividad económica, que incidieron sobre la demanda.
«Al retraso de precios en surtidor que venía arrastrando el sector se agregaron las sucesivas devaluaciones del peso, a partir del segundo trimestre, y un escenario de suba del precio internacional del crudo que llegó a variaciones del 25% hacia el cuarto trimestre», destacó Cecha en un informe.
Así, el consumo se fue retrayendo progresivamente a lo largo del año. Hubo un primer trimestre de crecimiento de la demanda al 4,5% promedio hasta abril donde se estanca. En mayo cambia la tendencia positiva y en septiembre cae de forma abrupta un 6,65%. Así, 2018 cerró con una caída general del consumo del 5,17% en diciembre, empujado por un derrumbe del 24,32 % de la nafta premium.