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El Presidente del Partido PERON, Enrique Romero en contra del Aborto en Argentina.-

El intento de sancionar una Ley que despenalice el aborto, resulta hipócrita, ya que el propio Congreso de la Nación estableció el 25 de Marzo de 1998, como “El Día del Niño por Nacer”, y también el “Derecho a Heredar”.

Mientras hay leyes que protegen derechos de los animales, hay quienes no entienden que el aborto es un asesinato que niega el derecho a la vida de un ser que recién comienza a desarrollarse, que posee dignidad y honor. El aborto es una cuestión de Derechos Humanos y Civiles, ya que dentro del vientre de la mujer embarazada hay una vida humana, que está viva, no muerta. “Nosotros preferimos adoptar la perspectiva que puede denominarse ética de los principios donde se toma cómo punto de partida el principio del respeto a la vida humana».

Si en todo análisis tuviéramos presente que son dos vidas las que tienen problemas, las soluciones se buscarían en otra dirección y no en la muerte de una de ellas”.

Cuando se habla con evidencia científica, que en la mujer embarazada el corazón de su hijo comienza a latir a los 21 días de su concepción, y que a las 11 semanas el bebé dentro del útero de su mamá se chupa el dedo, las ideas de los que están a favor del aborto deberían por lo menos revisarlas.

Otra cosa es el aborto terapéutico, el que se produce cuando según criterio médico está en riesgo la salud o la vida de la mujer embarazada, o cuando el embarazo es el resultado de alguna forma de violencia sexual, o cuanto el no nato tiene alguna malformación que no le permitirá sobrevivir más allá del parto.

La despenalización del aborto significa declarar que el derecho a la vida no es absoluto, contradiciendo el sistema internacional de Derechos Humanos, con el ordenamiento jurídico argentino de orden interno.

Anularían además la aplicación del principio del  in dubio pro homine, prerrogativa o potestad otorgada a todo sujeto que tenga la condición de persona física o de ser humano, a fin de que se desarrolle plenamente en sociedad, negando vigencia al derecho a la vida del niño por nacer.

Abolirían “los principios de igualdad y de prohibición de toda discriminación”, ya que establecería un arbitrario orden de prelación entre Derechos Humanos, admitiendo que no todos los concebidos son “iguales” ni gozan de los mismos derechos humanos.

La despenalización de aborto sería como recurrir a la dignidad e inviolabilidad de la vida para justificar la eliminación de las personas por nacer, seres humanos igualmente dignos e inviolables.

En el caso de una violación sin denuncia ni prueba de violación, como tampoco su determinación judicial para que una niña, adolescente o mujer pueda acceder a la interrupción de un embarazo producto de esta, implicaría la eximición de la prueba de la violación, lo que repercutirá directamente sobre la efectiva persecución del violador, único culpable de semejante situación y merecedor de la más estricta sanción.

Finalmente estaríamos cayendo en picada hacia la muerte, Y PENSAR QUE TODOS LOS QUE ESTÁN A FAVOR DEL ABORTO: NACIERON.

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