Primera señal de distensión de Rusia en Ucrania
Retira algunas tropas y afirma que no habrá guerra.
La ministra rusa de Exteriores insinuó que no habrá guerra: “Será el día del fracaso de la propaganda occidental”.
Rusia anunció el martes la retirada de parte de las tropas desplegadas cerca de la frontera con Ucrania. La presencia de las unidades militares hacía temer una invasión inminente en el país vecino.
“Las unidades de los distritos militares Sur y Oeste, que ya han concluido sus tareas, comenzaron a cargar en medios de transporte y empezarán a regresar a sus cuarteles”, anunció el vocero del ministerio de Defensa, Igor Konashenkov.
El anuncio, la primera señal de distensión por parte de Moscú, fue vaga y no se sabe a cuántos soldados afecta. Rusia había desplegado más de 100.000 militares en la frontera con Ucrania desde diciembre.
Paralelamente, Rusia sigue realizando maniobras militares en Bielorrusia, vecino de Ucrania, que durarán hasta el 20 de febrero.
En la misma línea que Konashenkov se expresó la ministra de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, quien insinuó que no habría conflicto armado, cuando las potencias occidentales alertaban que Rusia iba a atacar este miércoles. “El 15 de febrero de 2022 pasará a la historia como el día del fracaso de la guerra de propaganda occidental. Avergonzado y destruido sin disparar un tiro”, escribió en su página de Facebook.
La reacción de Ucrania ante la retirada de tropas
La retirada de algunas tropas fue recibida con entusiasmo en Ucrania, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, aseguró que su país junto a sus aliados occidentales habían “logrado impedir una nueva escalada rusa”.
El anuncio ruso coincide además con la llegada a Moscú del canciller alemán Olaf Scholz, que intenta hacer avanzar la vía diplomática e intentar alejar el fantasma de una invasión y una guerra en Europa oriental.
Este martes, la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, exhortó a Rusia a que retire sus tropas de la frontera. “La situación es particularmente peligrosa y puede agravarse en cualquier momento”, alertó la ministra en un comunicado.
El lunes, Rusia había dado ya una pequeña señal positiva cuando su ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, aseguró que había “una posibilidad” de “resolver los problemas” por la vía diplomática.
El camino del diálogo “no se ha agotado, pero tampoco puede durar indefinidamente”, agregó Lavrov, con un tono más pausado y lejos de las declaraciones ofensivas de los últimos días. El ministro también calificó como “constructivas” algunas propuestas estadounidenses.
Desde Washington, las autoridades habían alertado de que la invasión rusa “podría ocurrir en cualquier momento”.
La embajada estadounidense en Kiev fue trasladada a Lviv, al oeste del país, el lunes, haciendo oídos sordos a los llamados del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que pidió no dejarse llevar por el pánico.
“Nos dicen que el 16 de febrero será el día del ataque. Lo convertiremos en un día de unidad”, dijo, al pedir a los ucranianos que cuelguen la bandera nacional azul y amarilla ese día.
Este martes, la ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, dijo que el presidente ruso Vladimir Putin todavía está a tiempo de evitar una guerra, pero subrayó que el plazo es “limitado”.
“Podríamos estar a borde de una guerra en Europa que tendría graves consecuencias, no solamente para los pueblos de Rusia y de Ucrania, pero de una forma más general para la seguridad de Europa”, declaró la jefa de la diplomacia británica en la cadena Sky News.
Rusia niega cualquier intención bélica
Rusia, que anexionó la península de Crimea en 2014 y respalda desde entonces a los separatistas prorrusos que combaten en el este de Ucrania, niega repetidamente cualquier intención bélica.
Por el contrario, asegura sentirse amenazada por la expansión de la OTAN hacia Europa del Este y reclama “garantías de seguridad” como un compromiso para que Ucrania nunca entre en la alianza militar.
A riesgo de irritar al Kremlin, el presidente ucraniano reiteró el lunes que Kiev quiere ingresar a la OTAN para “garantizar su seguridad”.
Su posible adhesión aún no está en agenda de la Alianza ni hay un calendario previsto para tratar esta cuestión, pero los occidentales calificaron las demandas rusas de inaceptables. No obstante, propusieron un diálogo en otras cuestiones como la limitación de armamento.