Politica

Roberto Sánchez busca una banca nacional?

Hay intendentes radicales que exploran una receta que incluya a FR.

En el bussismo están dispuestos a probar un “acuerdo”, pero también le apuntan al PRO.

Visita de Ricardo Bussi a la intendencia de Roberto Sanchez

El alfarismo, en cambio, se niega a incorporar a FR. Y estrecha lazos con otros “correligionarios”.

Elías de Pérez y Cano, en tanto, dan un mensaje de unidad. Los dos intendentes radicales del oeste se convirtieron en los precursores de la “cocina experimental” política, cuando se animaron este mes a incluir en la lista de ingredientes una especia hasta ahora vedada para la UCR: evaluar una eventual alianza electoral con Fuerza Republicana.

El punto culminante de estas exploraciones se dio hace dos semanas. El pasado lunes 13, Ricardo Bussi, acompañado por dirigentes de FR, viajó hasta Concepción para mantener un encuentro con el jefe municipal Roberto Sánchez.

La reunión, según trascendió, le valió al anfitrión el reproche de su par de Yerba Buena, Mariano Campero, quien habría dicho que concretar ese mitin, cuando él venía manteniendo conversaciones en la búsqueda de un diálogo más “amplio”, era desleal. Sánchez habría negado todo trasfondo político y habría asegurado que todo se circunscribió a debatir medidas contra la inseguridad. El encuentro no pasó inadvertido.

El viento del sur dice que hubo algún funcionario que planteó si debía volver a asumir como edil, para presidir el Concejo Deliberante y quedar interinamente a cargo de la Intendencia si Sánchez busca una banca nacional..

Cerca de uno y otro jefe municipal se oye una receta común: el que se quiera “sentar a la mesa” en 2023, tiene que empezar a hornear el plato en 2021. Como candidato o como jefe de campaña. En la “Perla del Sur” anhelan la Cámara Alta, en la “Ciudad Jardín” no desdeñan la Cámara Baja.

La condición y la excepción del alfarismo

En el alfarismo “cocinan” 2021 poniendo a “levar” un par de “claridades” de su propia elaboración. La “masa madre” es que el intendente de la capital ocupa la casilla del medio de la oposición. Por un lado, porque la población de San Miguel de Tucumán es equivalente a la de una provincia “chica”.

Por otra parte, por la “estructura” de la Municipalidad. Luego, los cocineros del Partido de la Justicia Social tienen dos instrucciones. La primera es que, dada la certeza anterior, el alfarismo “pondrá” el candidato a senador nacional. En la búsqueda de reeditar una alianza electoral con los radicales, ofrecerán el primer término de la lista de candidatos a diputados nacionales. En la búsqueda de reeditar una alianza electoral con los radicales, ofrecerán el primer término de la lista de candidatos a diputados nacionales. “En 2015 apoyamos a Silvia Elías de Pérez (para la Cámara Alta); y en 2017, a José Cano (para la Cámara Baja). Deberían darnos los argumentos de por qué debemos respaldarlos otra vez. Asumimos que ahora nos corresponde encabezar el proyecto”, argumentan en 9 de Julio y Lavalle.

La segunda prescripción es que el acuerdo político que se propicie no puede incluir, en ningún caso, a FR. “Una cosa es irse el PJ. Pero acordar con el bussismo es irse del peronismo”, distinguieron.El jueves almorzaron el intendente de la capital, Germán Alfaro y su par de Yerba Buena, Mariano Campero. Sobre la mesa, el capitalino habría presentado esas condiciones, pero también le habría propuesto al radical un menú de dos pasos: 2021 y 2023. Afirman que nadie se fue indigestado.

Una foto clave para la UCR intervenida.

El año que viene completan sus mandatos tres parlamentarios nacionales de la oposición tucumana: la senadora Silvia Elías de Pérez y los diputados José Cano y Beatriz Ávila. Esta última, por supuesto, es una pieza central en el engranaje del Partido de la Justicia Social: el intendente Germán Alfaro es su esposo.

Los otros dos referentes radicales dieron la nota esta semana, cuando postearon juntos una foto para celebrar el Día del Amigo. Ambos ocupan los cargos representativos más importantes de la intervenida UCR tucumana. Y la normalización del radicalismo, o la prórroga de la intervención, es el primer plato de los “correligionarios” en la definición de las candidaturas para 2021.

Cano, además, le ha dedicado muchas horas y reuniones a la coyuntura tucumana en lo que va de julio. Desde el viernes 3, cuando junto con los intendentes Mariano Campero (Yerba Buena) y Roberto Sánchez (Concepción) se reunió con el gobernador Juan Manzur para discutir medidas contra la inseguridad; hasta el almuerzo de ayer, junto con el legislador José Ascárate, el concejal Raúl Pellegrini y el ex legislador Jorge Mendía.

Domingo Amaya, con mandato hasta 2023, también levantó la mano esta semana: el jueves fue el moderador de una videoconferencia para medio millar de dirigentes, en la que dialogaron el ex ministro del Interior del macrismo, Rogelio Frigerio, y el ex titular de la Cámara Baja durante la gestión anterior, Emilio Monzó.

FR madura el “fruto” de una alianza.

FR ha incluido en el menú un plato que, en rigor, jamás ha cocinado en sus poco más de tres décadas como partido político: conformar a una coalición con otras fuerzas.

Las conversaciones con los intendentes radicales del oeste hicieron que los cocineros del bussismo evaluaran que la “fruta” aliancista está madura. El optimismo, por un lado, viene obviamente de la apertura al diálogo de los “correligionarios”, porque lo consideran un “acercamiento natural”. En rigor, durante su mandato como gobernador (1995.1999), Antonio Bussi se permitió una humorada delante el diario La Gaceta: “Las siglas FR significan, formalmente, ‘Fuerza Republicana’; y, políticamente, «Fueron Radicales».

Pero, por otra parte, celebran el resultado de los comicios provinciales del año pasado. La receta que lee en voz alta un “chef” es la siguiente: “En junio, la UCR, el PRO, y el alfarismo sacaron 200.000 votos todos juntos. FR, en soledad, obtuvo 160.000. Si unimos fuerzas, le podemos ganar al peronismo. O, si una parte de Juntos por el Cambio está dispuesta a construir una alternativa con FR, el resultado será consagrar la segunda fuerza electoral tucumana”. Precisamente, en FR no sólo están mirando al radicalismo. En la sesión del jueves, en la Legislatura sólo se alzó una voz para responder las críticas del PJ contra el Gobierno de Mauricio Macri. “Los problemas de Tucumán no son por cuatro años de macrismo: antes hubo 30 años de peronismo”, tronó Ricardo Bussi.

Un tándem  radical para  “tres fuegos”.

Un nuevo tándem se ha cristalizado en el radicalismo tucumano. Lo conforman el legislador Raúl Albarracín y el intendente de Bella Vista, Sebastián Salazar. No se trata sólo de una nueva yunta: ellos propician que una receta alternativa en materia de alianzas electorales para 2021

Albarracín es uno de los principales opositores a la gestión del intendente de Concepción, Roberto Sánchez. Tanto es así que pudo disputar su reelección no por la lista “oficial” del radicalismo (la encabezó José Ascárate), sino acoplado por el Partido de la Justicica Social. Hoy preside la bancada alfarista en la Legislatura y desde ese lugar acercó a Salazar al intendente Germán Alfaro, en términos de forjar una alianza electoral para el año que viene, como primera escala.

El entendimiento entre estos jefes municipales cristalizó, precisamente, el jueves al mediodía. Según trascendió, la casa del bellavistense fue el escenario neutral, en el este, para el almuerzo entre Alfaro (capital) y su par de Yerba Buena (oeste), Mariano Campero.

Salazar padecería de la misma “intolerancia electoral” a FR que Alfaro, a diferencia de sus pares del oeste. Sobre esa base, Albarracín propiciaría cocinar una alianza multipartidaria de “tres fuegos”: la capital, con Alfaro; el este, con Salazar, y el oeste, con él, propiamente. El legislador, en principio, fue también uno de los artífices del naciente diálogo de Campero y Alfaro.

Fuente: Álvaro José Aurane

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