Deportes

Ilan Schnaider, el niño rey del tablero

Número uno del ajedrez mundial a los 9 años, con récord en el ranking.

El pibe de Palermo superó los 2.000 puntos de ELO por sus buenos resultados contra jugadores de mayor edad y nivel.

En plena cuarentena, juega y toma clases on line. “Estoy contento, pero ahora me tengo que mantener”, avisa.

Como un pibe de 9 años cualquiera, la cuarentena encuentra a Ilan Schnaider entre la tarea para el colegio, las videollamadas con sus amigos y el ajedrez on line. Claro que lo que para otros sería un pasatiempo más aprovechado en esta era de aislamiento preventivo y obligatorio, para el rubiecito de Palermo es su pasión y -¿quién lo sabe?- su trabajo en el futuro. Porque Ilan es el mejor ajedrecista de 9 años del mundo y acaba de superar la marca de los 2.000 puntos de ELO, el sistema con el que se construye el ranking mundial, gracias a buenos rendimientos en dos torneos.

“Me puse muy contento, claro. Una partida puede durar hasta cinco horas, pero lo más normal es que duren tres horas o tres horas y media. Igual del tiempo no me doy cuenta. Sólo pienso en la partida. Aprendí varias cosas al repasar las jugadas en las clases. Me fue muy bien, pero ahora tengo que mantener esos puntos”, cuenta Ilan con esa mezcla de timidez y simpatía que lleva consigo como marca registrada.

El niño rey del tablero se despidió de sus 8 años el 8 de febrero pasado, con otra buena actuación en el Abierto de Verano del Círculo de Villa Ballester, jugado a fines de enero. En ese tradicional torneo, ganado por Lucas Liascovich -curiosamente, el entrenador de Ilan- con 7,5 puntos en 9 rondas, el pibe se despachó con 6 unidades, por lo que sumó 79 puntos a su ranking y llegó a 1.973 de ELO.

El argentino Ilan Schnaider lidera el ranking mundial de ajedrez entre quienes tienen como mucho 9 años.

El argentino Ilan Schnaider lidera el ranking mundial de ajedrez entre quienes tienen como mucho 9 años.

“En Ballester, un torneo de jugadores de nivel medio, Ilan logró buenos resultados ante los de su mismo ranking. Los jugadores de mayor ranking lo superaron, pero perdió en el apuro de tiempo en dos finales de más de 80 jugadas. Tipos de 2.300 de ELO lo superaban después de tres horas y pico. No quedó mal en ninguna apertura y tácticamente demuestra su caudal de visión”, analiza Liascovich desde su hogar.

Y la racha del pibe siguió. En la semifinal del Campeonato Argentino Superior, que se llevó con 7 unidades en el desempate el maestro internacional Kevin Paveto, Ilan logró 4,5 en 9 rondas, sumó 87 puntos para el ELO y llegó a los 2.060. Con 9 años recién cumplidos, en el torneo les ganó a dos rivales de más de 2.000 puntos y entabló con dos de más de 2.100 y uno de 2.220 (Sergio Anino).

“La semifinal fue un torneo bueno en nivel y a Ilan le sirvió para acostumbrarse a jugadores de más edad, como siempre, pero sobre todo con un nivel bastante mayor al de él. Y salió adelante”, sostiene su entrenador.

Con este ELO de 2.060 puntos, lidera el ranking mundial entre quienes tienen no más de 9 años, delante del turco Yagiz Kaan Erdogmus (1.955), el alemán Hussain Besou (1.875), el iraní Barad Yeganegi (1.863), el búlgaro Danail Popzafirov (1.811), el indio Jain Rosh (1.811) y el filipino John Lance Valenxia (1.810), los únicos que superaron la barrera de los 1.800 puntos.

Ilan Schnaider, con su entrenador Lucas Liascovich, antes de la cuarentena.
Foto: Lucía Merle

Ilan Schnaider, con su entrenador Lucas Liascovich, antes de la cuarentena. Foto: Lucía Merle

“Este año, a nivel internacional será duro, porque es el más chico de la categoría Sub 10, pero el año que viene va a ser su revancha. Eso sí, una cosa es el ranking y otra muy distinta es cómo juegan sus rivales. Por eso es muy importante que cuando se pueda viaje a torneos internacionales para enfrentarlos”, dice Liascovich.

Su vida familiar junto a papá Ram, mamá Carolina y Dana, su hermanita, su afición por el fútbol y Boca, y su faceta como alumno de la Escuela Martín Buber. Un todoterreno de jornada completa, con el ajedrez siempre a mano.

En familia. Ilan, junto a Carolina, Dana y Ram, en Palermo.
Foto: Lucía Merle

En familia. Ilan, junto a Carolina, Dana y Ram, en Palermo. Foto: Lucía Merle

Hace dos años, Ilan acumulaba 1.478 puntos de ELO. El crecimiento fue notable y vino de la mano de actuaciones resonantes: fue subcampeón panamericano Sub 8, en Santiago de Chile, en julio de 2018; culminó 13° en el Mundial Sub 8 de Santiago de Compostela, España, en noviembre de ese año; se consagró campeón panamericano Sub 8 en Guayaquil, Ecuador, en julio pasado; fue octavo en el Mundial Sub 8 de China, entre agosto y septiembre; y arrasó en diciembre en el Festival Sudamericano de la Juventud Sub 8, en el CeNARD, con 8,5 en 9 rondas.

En plena cuarentena, el fútbol por ahora se resume en Ilan en patear la pelota en el patio. Y la tarea se hace a distancia. Como las clases de ajedrez con Liascovich y con Martín Bitelmajer, maestros internacionales que son parte de las escuelas deportivas que necesitan continuar con el apoyo de la Secretaría de Deportes de la Nación.

“En cuarentena, no cambia nada. Es más, hasta puedo ser más exigente con Ilan, porque es un desafío constante darle clases. Crece día a día. Es muy importante su potencial y ver cómo juega. A veces te olvidás que tiene apenas 9 años”, confiesa Liascovich.

El Zoom ayuda a Ilan a la hora de las clases con Lucas o Martín, en la que analizan posiciones y ajustan los detalles teóricos de los finales de las partidas. No deja al margen su perfil de Instagram (@ilan_schnaider), pero aprovecha más que antes y juega muchas partidas on line a ritmo relámpago en la plataforma Lichess como el usuario «ilder».

“Me gustan las partidas a 3 minutos y a veces hago ejercicios de táctica –explica-. Los torneos on line me sirven para practicar, aunque no es lo mismo que jugar frente al tablero, porque ves a las piezas de otra manera y tenés enfrente a tu rival”.

Que lo digan los rivales de Ilan Schnaider, que se sientan del otro lado de la mesa y ya saben que el envase por ahora es chico pero se dan cuenta de que el talento es grande. Vaya si es grande.

CLARIN

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