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Tus queridos flotadores están llenos de químicos

Estás en una alberca tomándote una margarita y rodeada de olores deliciosos: el olor a carne asada, a bronceador y coco, a pasto fresco y por supuesto no podían faltar tus juguetes para la alberca.

¿Cómo no amar los flotadores en forma de animales o de comida, o las mesas de beer pong flotantes? Incluso en el programa My Strange Addiction (Mi rara adicción) había alguien que tenía una relación con 15 flotadores a la vez. Sin embargo, deberías tener cuidado: el olor a plástico que asocias con el verano puede provenir de sustancias peligrosas. Investigadores alemanes dicen en un estudio que la fuente del olor sintético muchas veces proviene de compuestos químicos que podrían ser muy dañinos para la salud de los niños. Para el experimento, analizaron pruebas de un par de flotadores, dos tubos huecos de hule, y una pelota de playa. Encontraron que los cinco juguetes estaban hechos de cloruro de polivinilo (PVC, por sus siglas en inglés), el cual se encuentra en casi todo desde las tarjetas de crédito hasta los empaques de comida. El equipo utilizó la destilación al vacío y la extracción de solventes para identificar los olores y después para determinar los «aromatizantes» principales. Encontraron entre 32 y 46 olores por prueba; de los cuales 13 eran notablemente fuertes.

Pudieron identificar los compuestos de la mayoría de los olores, y entre ellos estaban el fenol, la isoforona y la ciclohexanona. Los autores dicen que el fenol es tóxico, y algunos incluso sospechan que tiene potencial mutagénico, es decir que puede mutar tus genes, esto te puede provocar problemas de salud como el cáncer. La isoforona es un posible cancerígeno. Y por último está la ciclohexanona que puede ser mala para ti si la respiras, precisamente eso es lo que haces cuando la hueles en los flotadores.

El estudio también involucraba a un grupo de voluntarios capacitados que le atribuyeron características similares a los olores. Después clasificaron la intensidad de cada olor y adivinaron cuál era dañino y cuál no. Según los que hicieron las pruebas, tres de los productos olían parecido al hule, a plástico y a almendras. Un cuarto producto les hizo pensar en barniz de uñas y pegamento; también fue el más penetrante.

El autor principal Christoph Wiedmer del Instituto Fraunhofer de Ingeniería de Procesos y Embalaje IVV dijo en un comunicado de prensa que es difícil saber qué juguetes tienen o no sustancias nocivas y no deseadas y no entendemos completamente los efectos negativos que podrían tener en la gente. «Sin embargo, descubrimos que  nuestras narices a veces pueden guiarnos a ‘olfatear’ productos que nos hacen daño», explicó.

La próxima vez que te subas a un flotador de cisne o en forma de pizza, sólo recuerda que estás acostado en una cama de aire…y de químicos.

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