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Una cirugía de alta complejidad salvó a una mujer y su bebé
El hospital Ángel Cruz Padilla, en articulación con el Instituto de Maternidad y Ginecología “Nuestra Señora de Las Mercedes”, realizó una cesárea que permitió que una mamá de 40 años con una patología placentaria diera a luz a Delfina.
El hospital Ángel Cruz Padilla, en articulación con el Instituto de Maternidad y Ginecología “Nuestra Señora de Las Mercedes”, realizó una cesárea de alta complejidad que permitió que una mamá de 40 años con una patología placentaria diera a luz a Delfina.
Para esta intervención se necesitó la coordinación de los equipos especializados en inserción anormal de placenta del Instituto de Maternidad y del equipo de Hemodinamistas del hospital Padilla. La cirugía solo se pudo llevar a cabo en el quirófano híbrido que posee este último centro de salud de alta complejidad, en el que se pudo realizar los procesos de embolización, la cesárea y posteriormente una histerectomía, que necesitaba la paciente.
Al respecto, la directora de la Maternidad, Elena Hurtado, contó: “Logramos una asombrosa articulación haciendo un buen uso y optimización de recursos en beneficio de esta paciente. Al articular esta actividad con el equipo de hemodinamia de primer nivel del Padilla, se logró hacer una embolización selectiva (la obstrucción de vasos que van específicamente a la zona placentaria) con un producto especial de manera tal que esos vasos no sangren. De esta forma se pudo realizar una cesárea totalmente exitosa con un recién nacido en óptimas condiciones y seguir trabajando con la madre”.
Marta Paz padecía un acretismo placentario, que es una implantación anormal de la placenta, ya que esta había invadido los tejidos vecinos por lo que no se la podía despegar como en un parto normal. Al no poder sacar la placenta comúnmente se corría el riesgo producir una importante hemorragia que podía costarle la vida.
El acretismo placentario es una de las principales causas de hemorragia obstetricia, principalmente del postparto inmediato, y que condiciona un importante riesgo de morbimortalidad materna y el principal tratamiento es la histerectomía obstétrica total, debido a su frecuente asociación con placenta previa y cicatrices de cesáreas previas.
Luego de la intervención, Marta fue trasladada nuevamente a la terapia intensiva de la Maternidad con la perspectiva de una buena evolución. Allí estará atendida por un equipo interdisciplinario especializado compuesto por los toco ginecólogos José Ochoa Pérez, Ricardo Carraspizo y Marcelo Marrenchino; el urólogo Sebastián Carro; y la instrumentista Vanesa Arroyo.
Asimismo la directora del Padilla, Olga Fernández, dijo: “Estamos dando respuestas como sistema en forma conjunta con dos instituciones importantes. Nosotros contamos con el único quirófano híbrido del sistema público de salud y esto tiene una gran ventaja: en un mismo espacio físico podemos hacer varios procedimientos quirúrgicos”.
Por último, el jefe del Departamento de Enfermedades Cardiovasculares del Padilla, Gabriel Sálica, contó: “Lo que realizamos hoy es muy importante, ya que gracias a la hemodinamia pudimos disminuir el riesgo de sangrado en el paciente. A través de las punciones de las arterias femorales pudimos llegar a distintos sectores de la circulación del paciente y realizar una embolización mediante partículas que pudimos seleccionar y ciertos vasos sanguíneos que necesitábamos ocluir para disminuir el sangrado”.
Es necesario resaltar que al Servicio de Hemodinamia, al tener un quirófano hibrido, puede integrar muchas especialidades, en este caso ginecología. La integración disciplinaria evita que el paciente deba ser trasladado a distintos servicios. El trabajo multidisciplinario de interacción entre cirujanos, ginecólogos, hemodinamistas y de articulación entre efectores permitió que Marta (que ya es madre de tres nenas, también nacidas por cesárea) esté recuperándose en las mejores condiciones; y que Delfina haya nacido y esté en perfecto estado esperando la recuperación de su mamá.