Y el Papa seguirá sin venir
Ya visitó medio mundo y siempre surge algo para no venir: ahora, el apoyo de Alberto Fernández al aborto.
Ahora sabemos que Francisco no vendrá por el momento o quién sabe cuándo a la Argentina. No quiso venir con Macri y en principio no vendrá con el peronismo en 2020. Lleva casi siete años de Papa y cuando el martes le preguntaron si nos visitaría, su respuesta sonó a chiste: “Pregúntenle al Padre Eterno”. Fue como no contestar nada.
Desde que inició su papado, Bergoglio viajó tupido. Estuvo en 48 países que serán 49 cuando este sábado llegue a Japón. Anduvo por naciones grandes, medianas y chicas con gobiernos de centro, de izquierda y de derecha. Y algunas muy vecinas como Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile o casi vecinas como Colombia y Perú. Dos veces sobrevoló la Argentina. Pero nunca aterrizó en la Argentina.
Eso sí: nunca deja de hablar ni de pensar en la Argentina. O no deja de pasar oportunidad. Acaba de mandar a un Fernández a cruzar a otro Fernández. Enfrentó al arzobispo de La Plata, Víctor Tucho Fernández, con el presidente electo Alberto Fernández. El tema: la legalización del aborto.
Tres meses atrás, Alberto había dicho: “No hay necesidad de acelerar la discusión por la legalización del aborto”. Fue después de las PASO y antes de la primera vuelta. “Va a haber un proyecto de ley mandado por el presidente. Tan pronto lleguemos”. Dice ahora el mismo Alberto, sobre un presidente que será él mismo. Y todo hablando nada menos que del aborto. Alguien que está muy cerca de Alberto comenta: “Lo bueno de Alberto presidente es que va estar lejos de los micrófonos”.
Fernández sigue en modo electoral y despacha al auditorio de turno con lo que ese auditorio de turno quiere escuchar. Tucho Fernández, que es como decir Bergoglio, no dejó pasar ni dos días. Dijo: “Si yo pudiera hablar con Alberto, le preguntaría si vale la pena comenzar su mandato con un tema que tanto divide a los argentinos y que tanta tensión ha provocado”. Tucho no pudo hablar con Alberto pero le dijo a Alberto lo que el Papa quería decirle. Hay un vínculo cordial entre el Papa y Alberto desde que Alberto le envió un mail por sugerencia de su dentista, que había sido también de Francisco.
Un comentario esta vez desde el lado de la Iglesia: para algunos obispos debió ser la cúpula del Episcopado la que saliera al ruedo, no un obispo por más cercano a Francisco que sea. El problema de ese comentario es que Tucho Fernández habla porque el Papa le dice que hable y todo el mundo sabe que habla en nombre del Papa. Otro cuestionamiento interno es si la Iglesia debió haber callado y esperar al proyecto de Fernández. La respuesta es la misma y se llama Francisco.
Unos días antes del cruce, hubo una declaración del Papa que sonó a música para los oídos del cristinismo. Francisco volvió a denunciar el lawfare o lo que se considera la manipulación de la Justicia con la complicidad de los grandes medios para perseguir a líderes progresistas. Como en junio, no habló de nadie en particular. Pero como en junio hay una interpretación inevitable: el Papa está hablando de Lula y de Cristina, que se declaran víctimas del lawfare y buscan erosionar a jueces que intentan hacer su trabajo según las leyes. Y como quiera que sea y pese a las diferencias entre los dos, ambos son ex presidentes procesados por corrupción y Lula también condenado.
De nada vale decir que Francisco debió haber venido no bien asumió. Eso es pasado. Muchos dicen que este no es el mejor momento por la grieta y por la discusión sobre el aborto. ¿Y cuándo llegará el mejor momento?
Fuente CLARIN