Desde ambos clubes le confirmaron esta postura común a Clarín porque no aceptan quitarles lugares a sus socios para que vayan visitantes.
Los llamados se cruzan de punta a punta de la ciudad. Viajan desde Núñez a orillas del Riachuelo. Cuentan que en las últimas horas Rodolfo D’Onofrio y Daniel Angelici charlaron como nunca antes. En definitiva, los presidentes de River y Boca están unidos por el espanto.
Los acercó, fundamentalmente, la iniciativa de Mauricio Macri, quien el viernes reveló su deseo de que se jueguen los Superclásicos que definirán la Copa Libertadores con hinchas visitantes.
Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio.
Este lunes mantendrán una reunión cara a cara, pero ya tienen una decisión tomada: no habrá millonarios en la Bombonera, ni xeneizes en el Monumental. Y se lo manifestarán al Gobierno a través de una carta.
Las finales continentales se disputarán sólo con público local. En principio, serán los sábados 10 y 24 de noviembre, a las 15.30, aunque nadie descarta que puedan mudarse a los domingos 11 y 25.
“Lo más probable es que juguemos sin visitantes”, había adelantado Angelici el viernes a la noche en Pehuajó, durante la fiesta de la peña azul y oro local. Y esa misma tesitura tiene D’Onofrio. Ante la demanda de entradas y más allá de la rivalidad, los dos dirigentes quieren la exclusividad de sus estadios.
“¿Cómo hacemos para quitarles 4.300 lugares a nuestros socios para alojar al máximo rival? ¡Nos matan!”, confió un allegado al Tano, en diálogo con Clarín. El mismo pensamiento tienen en Udaondo y Figueroa Alcorta. La tribuna Centenario alta, el espacio que se reservaba para los visitantes, estará ocupada por fanáticos de River.
El presidente Macri y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Antes del partido de este domingo ante Estudiantes, D’Onofrio habló del tema. Y se descargó: «Los clubes tenemos que reorganizarnos para jugar con los visitantes, pero esto no se puede hacer de un día para el otro«. En las tribunas del Centenario hubo unos 6mil hinchas de River y desde el centro de la hinchada se entonó el conocido hit del verano con insultos para el Presidente de la Nación, Mauricio Macri. El tema se sintetizó y se reconoce con la sigla MMLPQTP.
Y agregó: “Un día nos levantamos y nos enteramos que jugamos tal día y con visitantes… Nosotros hablamos con Conmebol y les dijimos que después del 15 noviembre no se puede jugar a la tarde porque el calor te mata. Después, saltó lo de la comunidad judía».
Las quejas de la colectividad golpean a River y a Boca. Por el Cabalat Shabat, les piden a los dirigentes que cambien el horario para después de las 20 o lo pasen para el domingo.
“Fue una jugada política. Macri se quiso congraciar con la gente y el costo lo tendrán que pagar los clubes”, deslizaron en ambos clubes ante las consultas de Clarín.
“Acá nadie quiere imponer nada. Nosotros le garantizamos la seguridad. Después, es una decisión de cada club. Lo que estamos discutiendo no es por seguridad, es por capacidad de los estadios”, le manifestaron a este diario desde la Casa Rosada.
La imagen que no se verá: hinchas de River en la Bombonera.
Y aunque cerca de Macri estimaron que nunca cambió su discurso, el viernes por la mañana dijo que la decisión era afrontar el Superclásico con visitantes y esa misma tarde les pasó la pelota a Boca y a River.
Varios de sus asesores le aconsejaron que más allá de sus ganas de mostrar que es posible organizar un partido de esta magnitud con dos hinchadas, no era el mejor momento para encabezar el “cambio cultural» que proponía la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Sin ir más lejos, en el peaje de Hudson hubo una guerra de piedrazos entre los hinchas de River que viajaban a Quilmes y un grupo identificado con camisetas de Boca de la villa aledaña.
Ni los clubes ni el Ministerio de Seguridad de la Ciudad, representado por Martín Ocampo, estaban de acuerdo con la movilización de hinchas para estas finales. Y aunque en las últimas horas intentaron armar una logística para complacer al Presidente, Macri también entendió que podrían facturarle algún incidente grave.
En un país convulsionado política y económicamente, a un año de las elecciones, el riesgo era demasiado grande.
FUENTE: CLARIN